LIDERAZGO
El final de la era Clinton
PEDRO RODRÍGUEZ CORRESPONSAL
WASHINGTON. Entre titulares con tono de obituario político y ante obstáculos electorales imposibles de obviar tras cinco meses de primarias, la candidatura presidencial de Hillary Clinton ha empezado a enfrentarse al escenario de admitir su derrota de forma pronta y digna para no comprometer las posibilidades de Barack Obama en las presidenciales de noviembre. Los susurros dentro del Partido Demócrata para un punto y final se han convertido durante las últimas 48 horas en un coro al que empiezan a sumarse algunos de los más destacados seguidores de la ex primera dama.
Aunque la senadora por Nueva York sigue haciendo campaña y solicitando donaciones desesperadamente necesitadas, se han empezado a plantear toda clase de incentivos para entrar por el camino de una conclusión. Empezando por ayuda económica para saldar las previsibles grandes deudas acumuladas por la candidatura de Hillary. Pero también con promesas de que el apellido Clinton seguirá teniendo un lugar de primera fila en la política de Estados Unidos. Sin que hayan faltado tampoco renovadas especulaciones sobre la posibilidad de compartir un «ticket» encabezado por Obama a pesar de las poderosas razones para que esta opción no se materialice.
Por lo menos, el temor a que esta lucha se prolongue hasta la mismísima convención nacional del Partido Demócrata convocada para el 25-28 de agosto en Denver, fue negado ayer por el presidente de la campaña de Hillary Clinton. Terry McAuliffe indicó que los demócratas tendrán un nominado para principios de junio. Además de reiterar que «si Hillary no gana, tanto ella como el presidente Clinton y sus seguidores ayudaremos al senador Obama».
Con todo, Hillary parece dispuesta a continuar por lo menos hasta la siguiente primaria prevista este martes en Virginia Occidental. Estado rural de mayoría blanca cuyo perfil coincide con el de las jurisdicciones donde la ex primera dama ha obtenido buenos resultados. Aunque, según habría reconocido ella misma, el hecho de ser la mujer que ha llegado más lejos en la política de Estados Unidos le obliga a perseverar y no tirar la toalla.
Además de insistir en que se contabilicen los resultados de las primarias de Florida y Michigan, anulados por no seguir las reglas del Partido Demócrata, la senadora también ha vuelto a argumentar que ella es la opción más fuerte para las presidenciales de noviembre. Destacando en declaraciones al diario «USA Today» que ella ha demostrado que es capaz de atraer a una coalición más amplia de votantes, incluido el bloque de clase trabajadora blanca hasta ahora reacio a respaldar a Barack Obama. Según la ex primera dama, «ésa es la gente que uno tiene que ganar».
Bill Clinton, empeñado
De puertas para dentro, la mayor parte del equipo electoral de Hillary Clinton estaría apostando por una salida elegante en aras de preservar la unidad del Partido Demócrata y aliviar las grandes tensiones generadas por la existencia de dos formidables candidatos. Sin embargo, unas cuantas voces del entorno de la ex primera dama estarían insistiendo en mantener la lucha hasta la convención nacional de Denver. Entre ellos se encontraría su propio esposo, Bill Clinton.
Con todo, el consenso en la Prensa de Estados Unidos y en círculos políticos insiste en que ha comenzado el principio del final de la era Clinton, que durante los últimos 16 años ha dominado el Partido Demócrata. Un final que según todas las predicciones no va a ser fácil, ya que plantea una transición cuando menos complicada, empezando con un profundo cambio generacional en puestos de liderazgo.
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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