(El Mercurio) En unos 30 días, el grupo Luksic finalizará la etapa de construcción de Esperanza, su cuarta apuesta minera, que se suma a Michilla, El Tesoro y Pelambres. Esta fase, que tomó una década, requirió una inversión total de US$ 2 mil 500 millones, y estará en pleno régimen cuando zarpe el primer embarque de concentrado de cobre producido en esta faena ubicada en la región de Antofagasta, en el corazón del denominado "Distrito de Sierra Gorda". Christian Thiele, gerente general de Minera Esperanza, adelanta que los planes para esta inversión, la más grande realizada por los Luksic en este negocio, no se detienen. En un par de semanas, dice, comenzarán el diseño para la ampliación de Esperanza, lo que incluye desarrollar la vecina mina Telégrafo. La inauguración, en tanto, está programada para el próximo 7 de abril. Nueva planta
Y eso no es todo. En paralelo Antofagasta Minerals (AMSA), el brazo minero del clan, le dará el vamos al estudio que determinará la construcción de una planta para producir molibdeno, subproducto del cobre que ayuda a las mineras a contener los costos de producción del metal rojo. Si bien Thiele no tiene estimaciones de inversión, sí adelanta el impacto productivo de la ampliación. "En el punto de mayor desarrollo de los dos proyectos, podríamos duplicar las 200 mil toneladas de cobre, que es la producción inicial. Es importante comenzar estos trabajos ahora, considerando que Esperanza nos tomó toda una década", dice Thiele. Agrega que en tres años el directorio de AMSA tendrá toda la información para decidir la construcción de Telégrafo y de la planta de molibdeno.
Salto productivo
Al cierre de 2011 Esperanza -cuando esté en plena capacidad de operación- sumará 200 mil toneladas de cobre fino a la producción total de AMSA, que así completará unas 750 mil toneladas anuales del metal rojo. Estos niveles permitirán que el holding salte cuatro lugares (del doce al ocho) en el ranking mundial de productores de cobre. Thiele explica que la fase de puesta en marcha de Esperanza, en la cual se prueban y afinan todos los procesos de la extracción y proceso del mineral, marca el inicio de "los primeros veinte años de vida del distrito minero de Sierra Gorda, la que según mi percepción podría superar los 100 años". Así se refiere a la zona donde está Esperanza y en la que AMSA ha detectado al menos otros cuatro yacimientos, que evalúa desarrollar. Ahí también está El Tesoro.
Thiele comenta que las características técnicas de Esperanza hicieron compleja su construcción y los obligaron a imponer varios récords, no sólo por la baja ley de mineral, sino que por la profundidad del yacimiento. De hecho, para hallarlo debieron remover rocas estériles equivalentes al cerro Santa Lucía, volumen nunca antes visto en la industria. Agua de mar sin desalar, una de las innovaciones que hace sustentable este proyecto.
Todos los proyectos mineros del grupo Luksic enfrentaron desafíos en su ejecución. Por ejemplo, en 2001 El Tesoro fue inaugurado el mismo día en que la libra de cobre marcó el mínimo histórico de US$ 0,59. En términos técnicos, los desafíos de Esperanza tampoco han sido menores. Así lo indica Christian Thiele, su gerente general.
Junto a una ley de mineral baja (promedia 0,5%), un yacimiento al que era difícil llegar, el desarrollo del proyecto se enfrentaba a la escasez de recursos hídricos. Todo ello suponía el reto de hacer que toda la operación tenga los costos más bajos. Sin duda que la solución para abastecer el agua marca una de las mayores innovaciones de Esperanza. En todos sus procesos (excepto el consumo del campamento) usan agua de mar sin desalar.
Para hacer esto posible, el diseño del proyecto consideró adaptar todos los procesos de la planta, lo que permite limitar los costos asociados a este recurso sólo a su bombeo desde la costa en Michilla hasta piscinas que están en la faena, a través de un acueducto de 145 kilómetros. Thiele añade una serie de eficiencias que hacen de Esperanza un modelo que el resto de la industria está observando. Por ejemplo, dice, hace un mes el presidente ejecutivo de Codelco, Diego Hernández, visitó las instalaciones. Otro avance que destaca es que la estructura de dotación de esta minera es inversa a la del resto de la industria, pues el 70% del personal es de planta y el 30% corresponde a contratistas. De ellos, el 70% son aprendices entrenados por la empresa, donde el 20% son mujeres. Todos ellos desarrollan una serie de conductas eficientes, que a juicio de Thiele hacen que "estemos haciendo una minería nueva, distinta a la anterior, donde el concepto de sustentabilidad pasa por lo comercial, operativo, las comunidades y el ambiente". El beneficio asociado al molibdeno
El molibdeno es un subproducto que permite rebajar los costos de producción del cobre, pues sus ventas actúan como un crédito. Su precio ronda los US$ 15 por libra, aunque en 2004 logró un máximo de US$ 34 por libra. Por ahora, Antofagasta Minerals beneficia el molibdeno sólo en Los Pelambres. En 2009 produjo 7 mil 800 toneladas del metal, mientras que a septiembre de 2010 acumuló 6 mil 400 toneladas. Este metal se usa para fabricar acero inoxidable, pigmentos y catalizadores. Inversión Esperanza requirió en total US$ 2.500 millones y se convirtió en la mayor inversión del grupo Luksic en este negocio.
Fuente/ El Mercurio |
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