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miércoles, noviembre 18, 2009

USEC Un cambio cultural en la actividad empresarial y económica

Un cambio cultural en la actividad empresarial y económica
 

Fuente: Periódico Alba del Tercer Milenio Nº250
 

La Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa (UNIAPAC), que celebró su XXIII Congreso Mundial 'Valores para la construcción de un mundo mejor' en el Hotel Camino Real, Ciudad de México, del 30 de septiembre al 2 de octubre, ha sido rotunda en sus conclusiones. Afirma que "un evidente déficit de valores y la consiguiente pérdida de confianza generalizada en diversos actores económicos han sido las causantes principales de la crisis financiera, económica y productiva que sacude al mundo". 

El texto final del Congreso, que consta de nueve puntos, señala también que "el afán desmedido de lucro, la especulación irresponsable, el egoísmo y la codicia, permiten que exista un capitalismo sin restricciones, que antepone intereses particulares por  encima del Bien Común y del respeto integral a la dignidad de la persona humana".  

Esta organización, fundada en 1931, que acoge en su seno a más de 35.000 empresarios de los cinco continentes, sostiene que "restablecer una economía de mercado centrada en la persona, es condición necesaria no sólo para una sana convivencia, sino para impulsar un auténtico desarrollo y condiciones aceptables de equidad en los distintos países y regiones". 

El Congreso tuvo el honor de contar con la presencia del presidente de  México, Felipe Calderón, quien en su intervención manifestó que: todos los que tienen responsabilidad en la sociedad deben unirse y lograr la verdadera solidaridad. "Hemos de ser responsables no sólo de nosotros mismos, sino de los demás, que ésta es la verdadera solidaridad, la verdadera responsabilidad social. Eso implica que quienes hemos recibido, quienes más oportunidades hemos tenido en la vida, de educación, de patrimonio, de valores, incluso, somos los que tenemos un mayor compromiso con quienes menos tienen", manifestó el presidente.  

Ante el millar de asistentes al Congreso de la UNIAPAC, procedentes de diversas partes del mundo, el presidente Calderón reconoció la labor que está llevando a cabo esta organización. Señaló en la necesidad de "una cultura de la solidaridad, en lugar de una cultura del odio; una cultura de la justicia y de la búsqueda deliberada de la justicia en un mundo terriblemente injusto".  

Faltan mujeres

La mujer del presidente de México, Margarita  Zavala, también participó en la inauguración del Congreso, señalando lo que para unos fue una anécdota, pero para otros un 'tirón de orejas, cuando dirigiéndose a los presentes dijo: "No lo tomen a mal, pero en el programa de lo que yo vi, sí siento que faltan mujeres. Ahí les dejo la tarea para el siguiente congreso y también a las mujeres se lo encargo". Y añadió que "las mujeres han aportado mucho en el tema de la responsabilidad social y estoy segura de que se da más en este tipo de Congresos".  

Previamente había expuesto el privilegio que había tenido por haber crecido bajo una formación en valores, "lo cual me hacen más responsable de mis actos. La justicia, la solidaridad, la subsidiariedad forman parte de la formación familiar, además de la formación escolar". 

A continuación intervino el presidente de la UNIAPAC, José Ignacio Mariscal, quien entre otras cosas manifestó que como empresarios "decimos sí a la competitividad, sí a los resultados, sí a la eficacia y a la eficiencia, pero también sí a la dignidad de toda persona humana. Sí a la solidaridad y a los valores propios de los seres inteligentes y libres". Hizo un  llamamiento para que el mundo se abra al cambio, en el sentido de trascender lo material, la avaricia, el egoísmo, y abrirse a las relaciones fraternas, francas y solidarias con los demás seres humanos. Y resaltó que "esto implica una profunda transformación en pensamiento y acción. En UNIAPAC estamos comprometidos para lograr este cambio".  

El arquitecto José Ignacio Mariscal, que dejó su cargo al término del Congreso insiste en la necesidad de formar en virtudes pública y hacer un mayor esfuerzo para que la empresa asuma y respete la dignidad humana y reconozca la primacía del trabajo sobre el capital. En este sentido  hace especial hincapié en el aspecto educativo, señalando que "la formación que existe, tanto en el aspecto académico como en la vida social, da en muchos casos antivalores. Las personas estamos inmersas en el consumismo y en situaciones muy materiales, sólo en el tener y no en el ser. Esto tenemos que explicarlo, de manera práctica y concreta, como formación en las empresas, en las escuelas, en las universidades, en los cursos de posgrado".

Como persona y como empresario está convencido de que hay que partir de la integridad de la persona. Sin esto no hay nada". Constata que la actual crisis ha venido por ocuparnos sólo del crecimiento económico más que del desarrollo humano integral. "Un crecimiento que olvida a la persona y se limita a considerarla sólo como productora y consumidora está condenado al fracaso, porque niega otras dimensiones y excluye a millones de personas", afirma Mariscal. Asimismo, se muestra crítico con los dirigentes porque "en general los empresarios no entienden la trascendencia, la fuerza y la solidez de estos principios".

África, la esperanza

Sobre el futuro de la organización que ha presidido durante los últimos tres años, Mariscal siente que en Europa se está estancando, "probablemente por la descristianización que se vive allí y falta de motivación" y gráficamente describe que la responsabilidad de cuidar al prójimo se ha pasado al Estado. Es más optimista respecto  a América Latina, "donde hay un espíritu enorme por estas cosas". La gran esperanza es África, en donde se está haciendo una gran promoción, porque "creo que es el continente que más necesita de todos estos valores por las grandes crisis que ha vivido, y que aún vive, de hambre, de pobreza, de luchas fratricidas". Por último, en Asia van a comenzar dos grupos en Hong Kong. También se inicia la andadura en Malasia y siguen trabajando las asociaciones de Tailandia y Singapur. "A todos ellos, dice José Ignacio Mariscal, les podemos llevar cosas concretas y prácticas que les sirvan de herramientas para aplicarlas en las empresas y no se queden en buena voluntad".  

Como queda dicho, uno de los temas centrales del Congreso de UNIAPAC ha sido el documento 'La rentabilidad de los valores', que para Luis de la Peña Stettner, presidente de la Unión Social de Empresarios de México, "es una herramienta que tiene dos características: la profundidad y la sencillez. Profundidad al ofrecer a la empresa y a sus integrantes líneas de acción capaces de provocar un cambio cultural en la actividad empresarial y económica, donde el paradigma ético se sitúa como referente fundamental; y la sencillez, en tanto que orienta y posibilita la aplicación de este método a todo empresario". 

El puesto que ahora ocupa en la cúpula del empresariado y como director general de Aceitera El Gallo, no le impide recordar que su experiencia más significativa la tuvo dentro de una empresa familiar en la que estuvo involucrado. "Me conmovió, señala, que en una situación muy problemática, antes de que yo lo solicitara, personas de niveles medios de la empresa ya habían decidido poner dinero a disposición de la gerencia para que pudiera salir adelante. Es una de las vivencias que más me han marcado y que me han confirmado que con valores no hay utopía". Por ello, no duda en aconsejar que "vale la pena experimentar, porque nos llevaremos siempre una experiencia positiva. Si nos centramos en ver en qué manera se satisfacen las necesidades de las personas que intervienen en el trabajo veremos como crece la productividad. Si lo pensamos bien, no es otra cosa que el cuidado de las personas". 

Inculcar la conciencia de que la persona debe ser el centro de la empresa es uno de los principales objetivos de Germán  Araujo, director general de USEM  confederaciones (Unión Social de Empresarios de México), organización que, reconoce, es poco conocida en México. "Quizá, señala, porque no busca tener presencia en los medios de comunicación, aunque sí en el medio empresarial. Algunos han definido nuestra acción como una labor de sótano, que se hace de persona a persona". Reconoce que es una tarea lenta, porque "los valores en el ámbito de los negocios no son para tener un curso y ya está. Los valores se transmiten por las vivencias, por el contagio testimonial de que sí es posible hacer las cosas de otra manera". 

USEM Confederaciones tiene unos 1.200 socios, de los de cuota, aunque en sus diferentes actividades pueden participar hasta 20.000 empresarios. Germán Araujo afirma que las cosas están  cambiando, que la gente asume un grado de conciencia solidaria importante, con  mejores sueldos, mejores condiciones laborales, mejores condiciones ambientales… Pone de ejemplo la acción de Aceros Cáliz,  del Grupo ADO, en Chihuahua. Recuerda que "ante la inseguridad, los secuestros, la delincuencia organizada y el narcotráfico, ellos pudieron marcharse del país. Pero no lo han hecho, asumiendo un compromiso de sacar adelante el estado. La empresa ha ido creciendo, pasando de tener poco más de 60 empleados a casi 1.200, en seis años".  

Valores morales

Margarita Zavala citó en su discurso de inauguración al empresario Roberto Servitje, presidente del Consejo de Administración de Bimbo, una empresa familiar con 65 años de historia. El negocio comenzó con 36 personas y hoy cuenta con 74 fábricas en todo el mundo, con más de 100.000 colaboradores, siendo una de las empresas más  importantes de América Latina. Cuando se le pregunta por qué está USEM responde con naturalidad que nació en una familia de clase media, que su padre murió cuando él tenía ocho años y que su madre, una catalana de fe, le inspiró ciertos valores cristianos. Estudió con los Hermanos de La Salle y luego con los jesuitas en Canadá. "Todo eso deja un sustrato de valores morales, dice. Cuando uno comienza a ser patrón, cuando ve a sus empleados con tantas carencias, no sólo económica, también de educación, se necesitaría ser muy malvado para no tratar de que estas personas se realicen en todos los órdenes". 

Como empresario y como persona se siente profundamente responsabilizado en difundir los conceptos de justicia, de solidaridad, de subsidiaridad, de respeto a las personas.

Para Enrique Sáiz, director general de  Mabe, una compañía con más de 20.000 empleados, el primer punto dentro de una empresa socialmente responsable tiene que ser la protección de la familia. Trata de aplicarlo en su empresa y afirma que es "una forma de ver la vida, aunque a veces no puede ser tan fácilmente compartida ni tan explícitamente aplicado". Asegura que hay que permitir que haya una racionalidad familiar, permitiendo que la gente pueda disponer de tiempo para compartir con quienes convive cada día. Una manera de hacerlo es mediante eventos en los que  el empleado pueda llevar a la empresa a su familia. "Nosotros, dice Enrique, en verano organizamos un acto para que los trabajadores traigan a sus hijos y que estos conozcan lo que hacen sus padres, que conozcan el entorno, que vayan a comer con ellos.  También hacemos que acudan las esposas, dándoles ciertas dinámicas de aprendizaje".  Se refiere asimismo a la flexibilidad que hay que tener con ciertas problemáticas y afirma con rotundidad que "la nuestra es una empresa que cuida a la familia".  

Con la expresiva frase "hoy día estamos poniéndonos unos en los zapatos de otros", José Guadalupe López, presidente de la empresa Vianney, especializada en ropa de hogar, explica lo que están haciendo en responsabilidad social. Integrado en USEM Aguas Calientes, resalta la importancia de los cursos que se imparten en dicha organización, a los que se invitan tanto a líderes sindicales como a sacerdotes, "porque hay muchos que queriendo defender a los pobres dejan muy mal parados a los empresarios, que en muchos casos están luchando por servir bien a Dios a través de sus negocios". Ve muy positivo el  diálogo que se ha establecido con los sindicatos para trabajar juntos en la manera de cumplir mejor con la responsabilidad social empresarial y asegura que "en todo México no hay mejor relación entre líderes sindicales y empresarios".

Vianney es una empresa en la que trabajan 2.100 personas, en la que según José López "estamos buscando pasar de la manufactura  a la 'mentefactura' y hacerles partícipes a todos. Queremos a las personas con sus manos, con sus ideas, con su corazón, con su entusiasmo. Queremos que formen parte del sueño de un trabajo. Toda persona debe conocer las directrices  de la empresa y con esa premisa la persona desempeña mucho mejor y con más entusiasmo sus funciones".  

Falla la comunicación

Óscar Acosta es el director de Jabil, una empresa  puntera en electrónica y en manufactura para telefonía. Entre sus 9.000 empleados hay cerca de 150 de discapacitados, ciegos, sordos, en sillas de ruedas… Han contratado 30 personas mayores de 60 años que quieren seguir trabajando; también a portadores del VIH y a homosexuales. "Llevamos siete años con esta política de contratación de todo tipo de personal y no hemos tenido ningún tipo de discriminación", dice con orgullo. Al igual que cuando reconoce que su familia "lo es todo" y a la que dedica al cien por cien. Con dos hijos adolescentes -chico y chica- se implica en impartir cursos sobre cómo controlar el estrés o como manejar los problemas con los hijos o cómo evitar que se 'enganchen' a Internet. 

Por encima de todo Óscar Acosta se considera una persona feliz y cada día da gracias a Dios por ello. Asegura que tiene una filosofía y que la aplica todos los días, la filosofía de la Mejora Continua, con su mujer como mejor crítica, con un diálogo constante. Reconoce que en su grupo de trabajo ha tenido que hacer alguna depuración, "porque había gente que no tenía los valores bien arraigados y había problemas con ellos por abuso de poder, por discriminación. Ahora formamos un grupo en el que siento que la gente quiere hacer más". 

El Consejo de Administración de Aserta, una empresa financiera, está presidido por Juan Murguía, quien hace un tiempo se dio cuenta de que la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) no está reñida con el trabajo empresarial. "Es más, asegura, la experiencia te demuestra que cuando aplicas esos valores en tu vida  personal y empresarial de manera congruente se potencia lo empresarial, y desde luego lo humano". 

Hace una pequeña autocrítica cuando manifiesta que a los cristianos y a la Iglesia les falta capacidad de comunicar a la sociedad moderna los valores de la DSI. "En nuestra sociedad sigue existiendo la idea que si tú hablas de religión como político está mal", asegura Murguía. E insiste en que "aún hay esa cultura de que yo no debo hablar de religión en la empresa. Hay católicos muy buenos, que trabajan en mil  campos, están comprometidos y quieren ser congruentes, pero en términos generales lo hacen con discreción. Lo importante es que seas lo que dices".

Afirma que él trata de ser congruente entre la fe y la vida. "Pienso, dice, que uno se va formando progresivamente y adquiriendo sensibilidad humana y social". Considera imprescindible preparar a las siguientes generaciones para que perduren los valores en los que cree, y "el reto es  que los laicos tomemos la batuta, ya que en el clero no hay suficientes vocaciones".  

Agustín Irurita, consejero corporativo de ADO y Aserta, pone sobre la mesa de debat  que en muchos casos la responsabilidad social es un tema de prestigio que las empresas persiguen para presentarse ante la sociedad con una serie de acciones, pero que en el fondo no existe el sentido original. Para él, "la responsabilidad social empresarial es: El otro importa y es igual que tú".

De formación católica, quiso ser jesuita, pero la muerte de sus padres y las circunstancias le impidieron entrar en la orden de San Ignacio. Sobre la encíclica Caritas in veritate estima que "desde el punto de vista conceptual el Papa es un gran filósofo, que plantea muy bien el tema del  amor. Pero a nosotros nos toca la aplicación práctica en el día a día en la decisión de ser congruente con aquello que uno piensa que debe buscar en su acción".  

'FinComún' es una financiera popular, que nace como una obra social buscando atacar las causas estructurales de pobreza en Iztapalapa, al frente de la cual se encuentra Vicente Fenoll. Siempre tuvo una fuerte inquietud social y a los 24 años crea la Fundación Juan Diego, que representa el encuentro de dos mundos. Cuenta que "nosotros tratábamos de juntar al que tiene con el que no tiene; al que sabe con el que no sabe; al joven con el mayor". De aquí surge la idea de conocer una experiencia que se está desarrollando en Colombia y que es la Caja Social. Pensó que eso se podía hacer en México y surge Fin-  Común con la idea de que si se tiene acceso a ciertos servicios -educación, salud, etc- se pueden tener oportunidades.  Después de una estancia de siete años en España, se crea un servicio financiero para la gente pobre. En la actualidad tiene 140.000 clientes, con 95 oficinas y con cerca de mil empleados. Todo ello después de 15 años y  cuando todavía no se conocía este tipo de operaciones como 'microcréditos'.  

Fenoll es testigo de mil historias. Ha visto como las casas con piso de tierra ya tienen cemento; las que tenían techo de lámina ya lo tiene de teja; el que no tenía la certeza de que su hijo fuera al colegio, ya ve que está acudiendo a la escuela. "Hace poco, recuerda, me llamó una señora dándonos las gracias porque después de estar  seis años con nosotros su hijo se había  graduado como doctor. Gracias a un préstamo que le hicimos hizo que su negocio creciera y saliera adelante".

Cocoyoc es tierra de coyotes en Náhuati, en la que se fundaron cerca de 60 monasterios, de diferentes órdenes religiosas, seguramente atraídas por la riqueza ecológica y de agua que había en la zona. Paulino Rivera, presidente de USEM Ciudad de México, tiene allí un hotel y algunos proyectos inmobiliarios, en los que trabajan 10.000 personas, con un objeto social muy claro, "de manera que coincidan el valor agregado social de las empresas con los valores intrínsecos sociales que nos unen". La comunidad es la gran receptora de los beneficios, ya que prácticamente el 80% de los ingresos del ayuntamiento proceden de su grupos empresarial.

El valor de lo intangible

Ramón Hernáiz, presidente de Vitex, recuerda  que hace dos años estuvo a punto de cerrar su empresa por causa de una huelga de 35 días. Pudo salvar la situación  a base de diálogo, reconociendo que no  hay nadie que tenga la razón. Hablando de responsabilidad social asegura que "si cada empresario nos preocupáramos por la gente que está con nosotros para hacerles mejores ciudadanos, mejores personas,  donde la vida familiar mejore, se crearía un espíritu de colaboración que beneficiaría a todos". Para Hernáiz la verdadera rentabilidad de la empresa es si se viven los valores fundamentales.  

Más allá de la buena voluntad es lo que viene practicando Eduardo Undurraga, gerente general de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), que da trabajo a más de 4.000 empleados, con 36.000 empresas y dos millones de trabajadores afiliados. Para este chileno, que lleva 40 años trabajando en ACHS, 28 de ellos como máximo responsable, "las empresas no sólo valen por los resultados contables que dice el balance económico, también lo intangible cuenta. La imagen, los talentos que hay, cómo se proyecta y es aceptada en la sociedad significan mucho".  

Undurraga asegura que "la fe ha sido muy importante en mi trabajo, porque me da una fuerza mayor para enfrentar las  dificultades". Sus creencias le han permitido ayudar en lo personal a humanizar la empresa, de manera que todos los años la dirección de la misma conoce lo que opina el personal sobre lo que se está haciendo y cómo se está haciendo. Así se pueden reorientar las decisiones para lograr objetivos y que los empleados estén más contentos.

Reconoce que cuesta promover una cultura de valores, pero "el gran reto es que tenemos que desarrollar un plan masivo para que más empresas puedan aplicar temas de sustentabilidad como se está haciendo a nivel mundial".

En esta línea de sustentabilidad se mueven los proyectos en Paraguay, según Pascual Rubiani, que es presidente latinoamericano de la UNIAPAC. Él, que es director ejecutivo y fundador de MASS Publicidad, relata con entusiasmo la creación de Desarrollo Agrícola Paraguayo, una empresa que desde su inicio se maneja con criterios de responsabilidad social, "pese a que en este país la agricultura empresarial genera un cierto conflicto, ya que las explotaciones son más bien familiares". La empresa se dedica a la producción de alimentos de forma sostenible y trabaja en alianza con organizaciones de la sociedad civil para todo el desarrollo de las cuestiones sociales y ambientales. De hecho tiene un gerente social y ambiental en el mismo nivel que el gerente del área de producción. Hoy en día trabajan más de 400 familias campesinas, a las que se les da asistencia técnica dentro de un modelo agroecológico.  Con esta y otras muchas iniciativas espera que Paraguay pueda despegar como país, superando esa terrible realidad de que el 35% de la población sea pobre y un 19% viva en la pobreza extrema.

Pascual Rubiani, que es licenciado en Economía por la Universidad Católica 'Nuestra Señora de la Asunción', lleva muchos años trabajando dentro de la Iglesia y buscando la transformación del mundo empresarial. Por eso, desde que en 2007 fuera elegido presidente de UNIAPAC Latinoamérica, se ha empeñado en propagar la rentabilidad de los valores. De hecho de aquí surgió el primer borrador del documento del mismo nombre. Asegura que "América Latina ha sido un verdadero

'think tank' (una institución investigadora) de la responsabilidad social empresarial".  Una responsabilidad que liga a su fe como cristiano, "ya que en la medida en que somos seguidores de Jesús nuestra actividad  empresarial se vuelve una entidad de servicio, más misión en este mundo, que permite generar cambios en relación con la persona humana".

Justicia y caridad

El arzobispo de Yucatán, Emilio Berlie Belaunzarán, celebró al final del congreso una eucaristía en la basílica de Guadalupe. En su homilía hizo un llamado a todos los empresarios para que sigan manteniendo sus políticas empresariales a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, centrados en la persona, con una exigencia de comportamiento ético. El arzobispo también habló de la última encíclica del papa Benedicto XVI, Caritas in veritate, que "es el principio sobre el que gira la Doctrina Social de la Iglesia, un principio que adquiere forma operativa en criterios orientadores de la acción moral". Recordó que el papa insiste en el aspecto de la justicia, ya que quien ama con caridad a los demás, es ante todo justo con ellos. No basta decir que la justicia no es extraña a la caridad, que no es una vía alternativa o paralela a la caridad: la justicia es 'inseparable de la caridad', intrínseca a ella.

 

Fotografías:
http://www.presidencia.gob.mx
FUENTE:
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Saludos
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
DIPLOMADO EN GESTION DEL CONOCIMIMIENTO DE ONU
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