Salario Mínimo: ¿es suficiente el reajuste?
El gobierno propondrá al Congreso que el salario mínimo que rige para los mayores de 18 años y menores de 65 suba de $135 mil a $143 mil, mientras que al que rige para los excluidos en el grupo anterior, suba de $101 mil a $107 mil. Esta propuesta ha indignado a la CUT, que pedía un aumento de $15 mil y que se retiró de la mesa de negociaciones con el Ministro de Hacienda. Este último no requiere del acuerdo con la CUT y no es la primera vez que hay discrepancias profundas.
Habitualmente se asocia el salario mínimo con el valor de una canasta básica para una familia, y se propone elevar dicho salario hasta que logre financiar dicha canasta. Hay que analizar el tema con más cuidado ya que un porcentaje importante de los 2,2 millones de pobres que hay en Chile no tienen empleador, por lo cual el salario mínimo no tiene mayor relevancia. Muchos de ellos trabajan esporádicamente y otros se dedican a actividades por cuenta propia para obtener dinero. Para esas personas pobres no hay ningún beneficio en subir el salario mínimo, los ayuda mucho más una red social eficiente que complementa sus bajos ingresos propios con transferencias en dinero y bienes, de manera tal que al juntar su ingreso propio más la ayuda gubernamental alcancen un nivel de vida aceptable.
Para aquellos que si reciben el salario mínimo, hay que considerar el monto del incremento, ya que si se sube en exceso puede llevar a que una pequeña empresa deba despedir un trabajador por que no es capaz de afrontar el mayor costo laboral. No hay que analizar este fenómeno teniendo a la vista una gran empresa, ya que la realidad laboral de Chile se da en empresas que tienen menos de 20 empleados, en donde la situación financiera no es muy holgada. Las Pymes nuevamente han pasado a un segundo plano y el proyecto de ley que pretendía ayudarlas aún no llega al Congreso, por lo que debe analizarse bien antes de imponerle aumentos de salarios que no sean acordes a su realidad. Entiendo que $145 mil al mes parece irrisorio al comparase con el sueldo de un parlamentario, ministro o presidente de compañía, que reciben ese monto diario, pero tratar de imponer un salario que generaría más desempleo no es lo correcto.
Adicionalmente, hay que reconocer que el desempleo no es igual para cada tramo de edad. Los más jóvenes tienen más dificultad para encontrar empleo dada su poca o nula experiencia y por eso es que el salario para los menores de 18 años es más bajo. No porque se quiera perjudicar a esos trabajadores. Es preferible que muchos tengan trabajo a ese salario a que pocos tengan trabajo a un salario más alto. Es importante entender esto, ya que a primera vista parece una discriminación contra los jóvenes y al respecto basta recordar el problema que hubo en Francia cuando el anterior gobierno propuso que el primer contrato de trabajo de un joven fuese más flexible que el contrato estándar, que es bastante rígido. Esto se proponía para aumentar la posibilidad de que un joven fuese contratado, ya que el rígido contrato vigente provocaba que la tasa de desocupación juvenil fuera de 20%, similar a lo que pasa en Chile. Ustedes recuerdan el resto. Protestas juveniles, quema de autos, etc. Una política pública que ayudaría a los jóvenes a encontrar empleo fue rechazada por ellos mismos al ver el 1° contrato como algo que los perjudicaba.
En conclusión, en la discusión de este tipo de tema hay que ser muy prudente, como creo que lo está siendo el Ministro Velasco, ya que decisiones tomadas con ligereza pueden perjudicar a aquellos que se desea beneficiar
Habitualmente se asocia el salario mínimo con el valor de una canasta básica para una familia, y se propone elevar dicho salario hasta que logre financiar dicha canasta. Hay que analizar el tema con más cuidado ya que un porcentaje importante de los 2,2 millones de pobres que hay en Chile no tienen empleador, por lo cual el salario mínimo no tiene mayor relevancia. Muchos de ellos trabajan esporádicamente y otros se dedican a actividades por cuenta propia para obtener dinero. Para esas personas pobres no hay ningún beneficio en subir el salario mínimo, los ayuda mucho más una red social eficiente que complementa sus bajos ingresos propios con transferencias en dinero y bienes, de manera tal que al juntar su ingreso propio más la ayuda gubernamental alcancen un nivel de vida aceptable.
Para aquellos que si reciben el salario mínimo, hay que considerar el monto del incremento, ya que si se sube en exceso puede llevar a que una pequeña empresa deba despedir un trabajador por que no es capaz de afrontar el mayor costo laboral. No hay que analizar este fenómeno teniendo a la vista una gran empresa, ya que la realidad laboral de Chile se da en empresas que tienen menos de 20 empleados, en donde la situación financiera no es muy holgada. Las Pymes nuevamente han pasado a un segundo plano y el proyecto de ley que pretendía ayudarlas aún no llega al Congreso, por lo que debe analizarse bien antes de imponerle aumentos de salarios que no sean acordes a su realidad. Entiendo que $145 mil al mes parece irrisorio al comparase con el sueldo de un parlamentario, ministro o presidente de compañía, que reciben ese monto diario, pero tratar de imponer un salario que generaría más desempleo no es lo correcto.
Adicionalmente, hay que reconocer que el desempleo no es igual para cada tramo de edad. Los más jóvenes tienen más dificultad para encontrar empleo dada su poca o nula experiencia y por eso es que el salario para los menores de 18 años es más bajo. No porque se quiera perjudicar a esos trabajadores. Es preferible que muchos tengan trabajo a ese salario a que pocos tengan trabajo a un salario más alto. Es importante entender esto, ya que a primera vista parece una discriminación contra los jóvenes y al respecto basta recordar el problema que hubo en Francia cuando el anterior gobierno propuso que el primer contrato de trabajo de un joven fuese más flexible que el contrato estándar, que es bastante rígido. Esto se proponía para aumentar la posibilidad de que un joven fuese contratado, ya que el rígido contrato vigente provocaba que la tasa de desocupación juvenil fuera de 20%, similar a lo que pasa en Chile. Ustedes recuerdan el resto. Protestas juveniles, quema de autos, etc. Una política pública que ayudaría a los jóvenes a encontrar empleo fue rechazada por ellos mismos al ver el 1° contrato como algo que los perjudicaba.
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Rodrigo González Fernández
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