Un grupo de médicos evaluará la salud mental de Anders Behring Breivik -responsable de la masacre de Noruega- para saber si está apto para ser enjuiciado. ¿Qué elementos podrían tener en cuenta?
De acuerdo a la policía y al abogado de Breivik el sospechoso admitió haber cometido los asesinatos pero no la responsabilidad criminal.
En otras palabras, no cree que deba ser condenado por el hecho.
Su abogado, Geir Lippestad, aseguró: "Pensó que era atroz cometer estos actos pero en su cabeza eran necesarios. Quería atacar a la sociedad y a la estructura de la sociedad".
Se cree que Breivik está vinculado a grupos de extrema derecha y podría haber estado planeando el doble ataque desde hace años.
Para Jeremy Coid, profesor de psiquiatría forense de la Universidad de Londres, es probable que exista un profundo nivel de desorden mental subyacente a esta ideología.
"En este momento no sabemos lo suficiente sobre sus motivos para diagnosticar su salud mental. Sin embargo, creo que es probable que sufra de un desorden", asegura.
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"Una enorme furia"
Investigadores noruegos han estado estudiando las visiones de extrema derecha de Breivik, quien divulgó un manifiesto de 1.500 páginas explicando parte de su ideología.
El psicólogo forense Ian Stephen asegura que se trata de "uno de los más temibles documentos" que ha leído.
"Esta persona es alguien quien claramente tiene una enorme furia. Y la fuente de esa furia necesita ser descubierta"
Jeremy Coid, profesor de psiquiatría forense de la Universidad de Londres
"Está escrito por un hombre que es absolutamente meticuloso en el desarrollo de una filosofía y que ha investigado todo (...) y ha formulado esta política de odio absoluto hacia cualquier cosa nórdica", agrega.
El profesor Coid traza un paralelismo con el Nail Bomber, que atacó en 1999 a negros y homosexuales en Londres.
Durante su juicio, David Copeland aseguró que era nazi y que creía en una raza superior.
Después se le diagnosticó esquizofrenia paranoica.
Sin embargo, en su juicio la fiscalía rechazó aceptar su declaración de culpabilidad por considerar que sufría una enfermedad mental.
"El ataque de Noruega va en la misma línea, donde creencias de extrema derecha se une a una psicosis paranoica o un trastorno delirante", dice Coid.
"Esta persona es alguien quien claramente tiene una enorme furia. Y la fuente de esa furia necesita ser descubierta", agrega.
El profesor explica que se pueden hacer, básicamente, tres diagnósticos: que Breivik sufra de una psicosis paranoica -o un trastorno delirante-, que tenga una personalidad narcisista o que tenga un desorden de personalidad esquizoide.
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¿Aislado de la sociedad?
"En términos de las personas que sufren una enfermedad psicótica, todo parece centrarse en las creencias que tengan", dice Coid.
Los expertos también intentarán analizar cómo él percibe su identidad.
En algunas imágenes apareció vestido con indumentaria militar y de la francmasonería. En otras aparecía de buen aspecto y acicalado.
Breivik, de 32 años, dijo que tenía "otra dos células" trabajando con él.
"Se ve grandioso y la grandiosidades, a menudo son una característica de una personalidad delirante y paranoica", asegura Coid.
"Querrán determinar -agrega- si se regodea con ser el centro de atención. Obviamente disfruta usar medallas y uniformes. Cuando alguien con personalidad narcisista comete una atrocidad suele ser alguna herida contra su psiquis, y el ataque podría ser una revancha narcisista, por ejemplo contra un jefe".
Este caso, asegura, parece estar en un nivel mucho más profundo.
Y la clave para el diagnóstico estará en saber si Breivik tenía amistades íntimas o una novia.
"Me interesaría saber si en el pasado tenía relaciones normales y si su salud mental se ha deteriorado desde entonces. Si no tenía a nadie, entonces estamos hablando de alguien cercano al Unabomber, que estaba aislado de la sociedad".
Se ha sugerido que Breivik podría haber copiado palabras e ideas del Unabomber, Ted Kaczynski, quien está preso en Estados Unidos por enviar bombas a través del correo entre las décadas del 70 y 90, matando a tres personas e hiriendo a otras 23.
Si se trata de alguien aislado de la sociedad, "esto indicaría una personalidad más esquizoide, un individuo con una forma de autismo y una creciente obsesión con una ideología de extrema derecha", opina el profesor.
"Apostaría que es un delirante y paranoico. Pero en la corte sería difícil que la fiscalía acepte que está enfermo mentalmente. La gente asume que alguien así está descontrolado y es caótico. Breivik, sin embargo, parece centrado y organizado", dice Coid.
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