El gurú de humo de la Política 2.0
Posted by Luis Carlos Díaz | Posted in Hoguera digital, PolíticaAhí viene el tipo que va a citar la campaña de Barack Obama para decir que las redes sociales tienen el poder de influir en las elecciones. Juegos pirotécnicos y manuales de bolsillo empiezan a abundar sobre las claves, trucos, tips y recomendaciones de los nuevos gurúes de esa masa viscosa llamada Web 2.0. Hay que tener cuidado con ellos, porque de recomendadores está llena cualquier especialidad, pero de analistas críticos, profundos y con conocimiento del terreno hay una escasez terrible. En 2012 tendremos elecciones y mucho vendedor de humo estará pescando en el río revuelto de los candidatos que quieran pescuecear en Internet.
Truco fácil
La ilusión Obama es muy sencilla. Se le muestra al político incauto una mano vacía, luego un pañuelo bordado con los logos de Twitter, Facebook, una página web y voilá, aparecerá la banda presidencial al soplarlo con banda ancha. Pocos explicarán al candidato de la MUD o del PSUV con ganas de figurar que la campaña de Obama se basó más bien en la construcción de complejas y bien diferenciadas bases de datos de voluntarios, donantes y activistas regionales, con los que se tejieron eficientes redes de comunicación y empatía durante toda la campaña. Twitter sirvió para promocionar el rastro de la gira nacional (en ese momento era una novedad), Facebook servía para aglutinar voluntades, y la web tenía la posibilidad de personalizar contenidos a las necesidades geográficas o temáticas de los ciudadanos.
Nada se hizo solo y hubo mucha arquitectura previa para que luego las cosas parecieran automáticas. En el equipo de Obama participaron personas contratadas directamente de los equipos de Google, Facebook, y hasta recuerdo que algunos de los compañeros más talentosos de Global Voices Online se fueron de permiso varios meses a urdir las plataformas digitales que sostuviesen todo ese esfuerzo. No fue un pasante con un blackberry, o un grupo de jóvenes con buena voluntad recién graduados en periodismo, era la maquinaria mejor engrasada que había visto campaña digital alguna.
Sin embargo el golpe maestro estuvo en lo que todos adolecen: la campaña de Obama se sostuvo en decenas de miles de microdonaciones de gente común, fondos por los que se respondió de manera transparente, con posibilidad de hacer seguimiento de su uso. En la era 2.0 eso captura más empatía que besar viejitas. Ya empezaron para 2012.
Por pedacitos
Otro truco de prestidigitador es el de la mujer diseccionada: el gurú 2.0 le dirá al político que es importante que tenga una cuenta abierta en toda red social, entendiendo su "toda" por Facebook y Twitter. Por lo general no saben diferenciar las posibilidades entre perfil, página y grupos, o tienen el pésimo criterio de seleccionar como nombre "PerencejoAlcalde2012". El gurú le dirá que es importante tener videos en YouTube porque eso es "viral" y que diga al aire que tienen un buzón de correo electrónico para recibir propuestas de la gente. Por lo general la dirección de correo no se entiende y las propuestas las manda el mismo gurú con otra cuenta para justificar sus altos honorarios. El escaso talento creativo para los videos termina siendo el acetaminofén de esa viralidad, y la mata desde chiquita.
Pocos hablan de integración: toda ventana que abra un político en la 2.0 debe estar integrada a una misma página web o blog. Esa debe ser la base de operaciones para evitar la dispersión digital.
Seguidores no son votos
Un elemento en el que los políticos y algunos de sus chapuceros 2.0 no terminan de entender es que el trasvase no es ley. La fama del mundo analógico puede impulsar a los políticos en la red para ganar seguidores, pero una vez allí está en una carrera nueva sobre un cesped distinto. El Social Media Expert de cajita pocas veces sabe de fama. Sumar seguidores en Twitter no es ganar un solo voto más: la gente te sigue para observarte, esperar errores y no perdonarlos. Multiplicar fanáticos en Facebook no siempre es ganar voluntarios: hacer un clic es millones de veces más fácil que moverse. Los videos cursis en YouTube pueden generar más burlas que respeto, sobre todo cuando no se conoce el lenguaje de la gente. El gurú dirá que más siempre es mejor y que pueden hablar bien o mal mientras hablen. Error: una crisis digital acaba con la poca reputación de un político en un tweet.
Si algo ganan los políticos con la Web 2.0 es el contacto crudo con las audiencias, pero para eso hay que saber escuchar. La segunda ganancia es la interacción con ellos: hacer un pulso de Twitterzuela jamás será igual que conocer la realidad, pero es un espacio interesante para dejarse ver más humano. Trasladar monólogos, consignas, escritos en mayúsculas y errores gramaticales se paga caro, por eso acercarse a las redes sociales con cautela, respeto por la diversidad de la gente y mucho buen humor siempre será mejor que dejarle el trabajo a otros. El gran potencial de la Política 2.0 es que le permite al político tejer su propia agenda de incidencia en el debate público, arreando a los medios y picando adelante. Pero si no sabe de Internet, no se deje engañar por gurúes de consejos mágicos: las campañas en las redes no son ni más baratas ni más certeras, son sólo un frente nuevo que no se puede despreciar.
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN .
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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