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| | Cultura. El coleccionistas Andrés Blaisten lamenta que el 80 por ciento de la población nunca haya visitado un museo. Saúl Castillo | |
El coleccionista es el depositario temporal de los bienes culturales de un país; sin embargo, en México no existen apoyos, incentivos o estímulos por parte del Estado para su promoción, asegura Andrés Blaisten.
En entrevista con Crónica señala que nuestro país sigue enfrentando retos importantes frente al coleccionismo, que van desde la falta de incentivos fiscales y de reconocimiento público, la mala adquisición de acervos por parte del Estado e incluso el problema de los museos vacíos.
Durante la charla realizada en el Museo Blaisten, ubicado en el Centro Cultural Tlatelolco, el reconocido coleccionista, detalla que recientemente adquirió dos óleos que enriquecerán su colección de arte. Una es Vista de Toledo de Angelina Beloff, pintora y primera esposa de Diego Rivera; y El mono de las artes de Alfonso X. Peña, donde ofrece una crítica o parodia sobre los especialistas del mundo del arte que no saben leer sobre arte.
En este sentido, el también experto en arte del siglo XX considera que uno de los principales problemas que enfrentan las colecciones públicas de arte es que muchas de éstas se encuentran embodegadas, aunque quizá el problema medular podría estar en la forma como las adquiere el Estado.
"Me parece bien que el Estado destine fondos para la adquisición del arte, pero ésta tendría que hacerse de forma más inteligente, y no de la manera como se ha hecho, porque destina diez millones de pesos que debe gastarlos en menos dos meses o de lo contrario el recurso se convierte en subejercicio y se pierde. ¡No se puede comprar arte así!", explica.
Así que se necesitaría un fondo revolvente destinado a la adquisición de obras de arte, donde el recurso que no se gaste en un año pueda ser utilizado el siguiente, en espera de que surja alguna oportunidad, porque cuando un museo debe gastar un monto en un tiempo límite seguramente encontrará muy pocas oportunidades de nivel, asegura.
"Bajo esa presión los museos compran lo que hay a la venta y no siempre lo disponible en ese momento es lo mejor. Entonces adquieren obras buenas, regulares y malas porque simplemente es lo que había. Esta no es la mejor forma de hacer colecciones".
Asimismo refiere que Inglaterra es uno de los países más fuertes en materia de coleccionismo, aunque esta actividad siempre ha dependido de los momentos de auge financiero, como sucede hoy con China, país que está igualando el mercado del arte de Estados Unidos.
"En China hay una gran demanda de arte porque en este momento cuenta con muchos recursos. Es un país en expansión que recibe dinero de todo el mundo y ellos van experimentando un fenómeno expandido del coleccionismo de arte. Aunque en el caso de América Latina, México y Brasil siguen siendo los de mayor tradición", expresa.
SIN ESTÍMULOS FISCALES. Considerado uno de los más importantes visores del arte mexicano, Andrés Blaisten explica que el coleccionismo sigue siendo una actividad bastante solitaria, en la cual México aún tiene mucho por trabajar en materia de estímulos fiscales que promuevan dicha actividad.
Estos estímulos debe asegurarse por tres vías: la deducción fiscal a corporaciones que adquieren obras de arte, la eliminación de impuestos a piezas que provienen del extranjero y la eliminación de impuestos por la venta de obras, describe.
"Estados Unidos, por ejemplo, se caracteriza por ser el país con el mayor número de colecciones de arte privadas y públicas, pero eso se debe a que cuentan con una política de apertura hacia el arte, es decir, cualquier pieza que entra a este país, no paga impuestos", dice. Esto ha provocado que muchas colecciones que no son de norteamericanos sean enviadas a Estados Unidos, y con el tiempo muchas de éstas se transforman en donaciones por decisión de los propios coleccionistas, añade.
Pero en el caso particular de México, comenta que cuando una obra de arte llega desde la India, debe pagar sus impuestos, como sucede con el IVA del 16 por ciento. De tal forma que si la pieza está valuada en un millón de dólares, deberá pagar de entrada 160 mil dólares, por lo que muchos coleccionistas prefieren llevar sus obras a Estados Unidos, donde se pueden ahorrar ese dinero.
SIN RECONOCIMIENTO. Otro factor pendiente del Estado mexicano es la falta de reconocimiento a los coleccionistas. Es decir, el coleccionismo no es visto como una actividad importante que genere un valor agregado cultural al país.
En casi todo el mundo, explica, los coleccionistas son cuidados, reconocidos y premiados por el Estado o la iniciativa privada; sin embargo, en México se trata de una labor solitaria.
"Creo que si en México se reconociera la labor del coleccionista, seguramente mucha gente se sentiría más estimulada a adquirir obras de arte. Así como se reconoce a los artistas y a personajes de la cultura, sería importante que el coleccionista en México entrara en el estatus de personalidad en el medio de la cultura", apunta.
Esto demuestra que en México falta una cultura de la sociedad a favor del arte, asegura. "Y ahí es donde tenemos que trabajar mucho, y el Estado tiene que hacer conciencia entre la sociedad de la importancia del arte y de participar activamente. Mi labor no debe ser la excepción sino la regla. En otros países, por ejemplo, la población tiene la tradición de adquirir y conservar piezas de arte, y eso es algo que deberíamos emular".
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