DIPUTADO EDMUNDO ELUCHANS
Probidad y aporte de la Alianza
CARTA DE EDMUNDO ELUCHANS AL MERCURIO
Señor Director:
Una democracia moderna exige una adecuada legislación sobre probidad y transparencia; por eso, en general, estamos de acuerdo con el artículo de opinión de Rafael Blanco (2 de julio), responsable del Gobierno en esta materia. Como miembro de la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados e integrante del grupo de parlamentarios de la Alianza que desde la época de la ministra Veloso venimos trabajando el tema, he conocido de cerca a Blanco y valoro su trabajo.
Ello no es obstáculo, sin embargo, para expresar mi desilusión por el pobre reconocimiento que hace al aporte decisivo que nos cupo a los parlamentarios de la Alianza en la aprobación del proyecto sobre acceso a la información pública. Decir solamente que hubo "altos niveles de consenso tanto en la Concertación como en la Alianza" es profundamente egoísta.
Primero, no señala que este proyecto tuvo origen parlamentario. Los senadores Hernán Larraín y Jaime Gazmuri tuvieron la iniciativa de legislar sobre la materia; el que el Ejecutivo haya hecho uso de sus facultades constitucionales presentando una moción sustitutiva no cambia esta situación. Luego, como este proyecto requiere de quórum especial, la simple mayoría de la Concertación no es suficiente para aprobarlo, siendo necesarios nuestros votos. Entendiendo que legislar sobre este importante asunto es un deber de Estado, comprometimos nuestro esfuerzo y contribuimos, de manera decisiva, a la aprobación de un texto que mejora sustancialmente en diversos aspectos la proposición gubernamental.
Para muestra un botón: el Consejo para la Transparencia a que alude Blanco diciendo "que tendrá a su cabeza un consejo de cuatro miembros, elegidos por acuerdo de la Presidenta y los dos tercios del Senado, asegurando de este modo su independencia respecto del gobierno de turno", en la indicación del Gobierno era muy distinto. En efecto, contemplaba cinco miembros, uno designado simplemente por la Presidenta y los otros cuatro con acuerdo de dos tercios del Senado, quórum que de no alcanzarse en las dos primeras votaciones disminuía, sin más, a simple mayoría. En la práctica, por su sola voluntad el Gobierno podía nominar a los cinco miembros del consejo. En consecuencia, hemos sido los parlamentarios de la Alianza los que exigiendo equilibrio en la designación de los miembros del consejo hemos asegurado su independencia respecto del gobierno de turno.
EDMUNDO ELUCHANS U.
Diputado
Rodrigo González Fernández
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