Con el fin de debatir sobre su situación actual y definir su estrategia frente al gobierno de Nicolás Maduro, la Mesa de Unidad Democrática (MUD), que agrupa a una decena de colectividades opositoras en Venezuela, se reunió ayer en lo que se conoció como la “encerrona” que, además, busca establecer la agenda de cara a las próximas elecciones parlamentarias de 2015. Tras la reunión, se designó a un vocero.
Según la prensa de ese país, la MUD se encuentra en una profunda revisión, que fue acelerada después de que el pasado 30 de julio su secretario ejecutivo, Ramón Aveledo, presentara su renuncia, según él, debido a “la misma presión de actores dentro de la mesa que limitaban la efectividad de su trabajo”. “La mesa debe resolver su política para determinar quién puede ocupar las funciones de secretario ejecutivo. Yo no soy la amalgama de la unidad. La amalgama tiene que ver con el compromiso de los partidos para trabajar por el país y la democracia de Venezuela”, dijo ayer en una entrevista con el diario El Universal.
Pero la presencia de Aveledo, un ex diputado de gran trayectoria, no era el único elemento de conflicto en la oposición, sino que también la estrategia adoptada para enfrentar al gobierno. Estas diferencias se hicieron evidentes a principios de año cuando grupos opositores, encabezadas por Leopoldo López, quien se encuentra detenido por incitar la violencia, y por la removida diputada María Corina Machado, pusieron en marcha lo que se conoció como “La Salida” (que derivaba de la frase “la calle es la salida” a la crisis del país), iniciativa con la que se manifestaron en contra del gobierno de Maduro mediante una ola de protestas. 43 personas murieron y decenas quedaron detenidas. Las protestas provocaron fricciones al interior de la oposición, debido a la dura represión en contra de los manifestantes y porque había sectores que favorecían un diálogo con el gobierno.
Sin embargo, a seis meses de que comenzaran las manifestaciones, la principal agrupación opositora está sin líder y una reunión con sus miembros había fracasado en dos oportunidades. Es por eso que el encuentro de ayer gozaba de gran importancia. “Se discutirá el nuevo esquema organizativo y eso incluye la vocería. También es parte de la agenda lo que será la estrategia política de la MUD”, dijo uno de los participantes al diario El Nacional de Caracas.
Sin embargo, pese al encuentro, existían fuertes críticas a “la encerrona”. El gobernador del estado Amazonas, Liborio Guarulla, dijo ayer que no asistiría porque en cada reunión aparecían propuestas distintas. “No podemos estar discutiendo todos los lunes lo que se le ocurra a cada organización política, la crisis es porque hay individualidades que quieren imponer criterios cada semana”, señaló.
A tal punto han llegado las críticas, que incluso hay voces que dicen que puede desaparecer, lo que fue descartado por algunos líderes. “La MUD es una instancia unitaria. Es la base de la oposición para enfrentar al gobierno. Podrá cambiar de nombre, pero su función será la misma”, dijo al diario El País de Colombia el diputado Edgar Zambrano, dirigente de Acción Democrática, quien agregó: “La Unidad es un estado de necesidad para la oposición”. Por su parte, María Corina Machado señaló al mismo diario que “la Unidad es esencial para la transición hacia la democracia”, pero advirtió que “la Unidad debe adecuarse al momento complejo que estamos viviendo”.
Por su parte el líder de la MUD, Henrique Capriles, instó ayer a la coalición opositora a buscar apoyos en el “chavismo” contra el gobierno de Maduro. En una entrevista a Televen, reiteró su rechazo a la “insistencia de algunos líderes opositores en centrar su atención en la renovación de la MUD, en lugar de en los problemas que aquejan al país”.
“La MUD no puede dividirse, porque no es un partido político ni una institución que aglutine un pensamiento homogéneo. Es, por diseño, un espacio de encuentro entre múltiples actores de la oposición que son heterogéneos, que tienen diferentes visiones del país, con muchos liderazgos que tienen intereses propios (legítimos) y por lo tanto son competidores naturales. Los une, sí, un objetivo mayor que es la necesidad de cambio de un gobierno al que califican no sólo de malo, sino antidemocrático”, explicó a La Tercera el analista político venezolano Luis Vicente León.
