TRAS INSCRIPCIÓN DE CANDIDATURAS PARA MUNICIPALES
El gran test que preocupa a los políticos
Reconociendo su carácter local, las elecciones de octubre son consideradas por todos los sectores como determinantes para las presidenciales del próximo año.
Por Blanca Arthur
Ese entusiasmo que, en medio de algunas pancartas, mostraron los líderes políticos cuando acudieron a inscribir sus listas para las municipales de octubre, contrasta con el poco interés que se percibe en la ciudadanía con dichas elecciones.
La verdad es que no se trata de un fenómeno nuevo, porque la abstención siempre ha sido más alta en este tipo de comicios, aunque no puede ignorarse que en esta oportunidad por primera vez el voto será voluntario, lo que además coincide con la creciente desafección que existe hacia la política.
Eso hace que el desafío de atraer electores sea doblemente difícil, el que recaerá en forma directa en los cerca de 1.600 postulantes a alcaldes, más los aproximadamente 10.000 a concejales, tarea de la que, en ningún caso, se desentenderán ni el gobierno, ni las cúpulas de todo el espectro político.
Por el contrario, dirigentes de los distintos sectores reconocen que estarán especialmente atentos a cómo se desarrollen las campañas, sobre todo teniendo en cuenta el factor de incertidumbre que introduce que la inscripción automática amplía el padrón electoral a más de 5 millones de potenciales nuevos electores.
Termómetro para 2013
Claro que la principal razón del interés de los políticos por lo que suceda en las municipales, no radica en la gestión que puedan realizar los alcaldes o concejales en sus comunas. Lo que les importa es que dichas elecciones son consideradas el gran test que puede determinar el resultado de las presidenciales del próximo año.
Distintos son los argumentos que se esgrimen para ello, comenzando por el que apunta a que -como se ha demostrado- el control territorial otorga una ventaja indesmentible para el candidato presidencial que cuente con el respaldo del alcalde.
Pero no es lo único. Porque similar importancia se le otorga a que la medición de fuerzas que se da en estos comicios -aun cuando exista una distorsión por el factor local- puede instalar la sensación de triunfo o derrota en las distintas coaliciones, produciendo un clima favorable para quienes aparezcan como ganadores.
Es lo que admiten en el mundo político, aludiendo al ejemplo de las dos últimas presidenciales, en que los resultados de los comicios del 2004 fueron el preámbulo del triunfo de la Concertación al año siguiente, mientras la buena performance de la Alianza en 2008 habría sido clave para que ganara Sebastián Piñera en 2009.
Considerando que, de acuerdo a dichas experiencias en el mundo político se acepta la tesis de que en las municipales estaría en juego lo que ocurra el próximo año, el mundo político ha comenzado a focalizar su interés en los resultados de octubre.
Cálculos oficialistas
Con un cuadro político en que la baja popularidad que exhiben en las encuestas tanto el Presidente, como su gobierno, a lo que se suma la preeminencia que mantiene Michelle Bachelet, no son pocos, incluso en el oficialismo, los que creen que en esta oportunidad, la importancia de las municipales será mínima.
No es, sin embargo, la mirada que tienen en La Moneda, aunque no desconocen que la mala evaluación del gobierno podría afectar el resultado electoral, arriesgando a que ello entierre la aspiración de que la actual coalición gobernante mantenga el poder por otro período.
Pero la sensación imperante en palacio es que dicha inquietud no significa que estén pesimistas, ni que den todo por perdido, sino por el contrario, consideran que las municipales pueden ser una oportunidad que cambie, precisamente, esa impresión de derrota que se ha instalado, básicamente por la potencia que muestra Bachelet.
En esa línea, la apuesta del gobierno, tal como se lo han manifestado a los partidos, es que los comicios de octubre deberían marcar un punto de quiebre respecto a cómo se percibe el cuadro político actual.
Para sostener dicha tesis -que es compartida por dirigentes de la oposición- las autoridades aluden a que, por distintas razones, la coalición oficialista deberían obtener un resultado que dé cuenta de lo que dicen los sondeos, no necesariamente será lo que se exprese en las urnas.
Con una mirada optimista, creen que, aun cuando no repitan la performance del año 2008 -en que la Alianza ganó en prácticamente todas las capitales regionales- los resultados de octubre estarán por encima de los cálculos producto del actual escenario.
Entre los factores que en palacio estiman que podrían beneficiarlos, es que de aquí a tres meses, la ciudadanía pueda percibir los logros del gobierno, especialmente en el campo económico-social, que es justamente lo que La Moneda les ha pedido a los dirigentes de loas partidos que enfaticen en la campaña.
Otra realidad que podría jugar a favor del oficialismo, es que compite con una sola lista RN-UDI, lo que exceptuando algunos casos como Recoleta o Las Reina en que postulan por fuera candidatos aliancistas, impide la dispersión de votos que amenaza a la oposición.
Tanto es así que desde la propia Concertación reconocen que el panorama para el oficialismo puede ser menos oscuro de lo que parece, claro que, en la medida en que el gobierno no cometa errores importantes, ni la competencia entre los dos partidos que se dará en la elección de concejales, distraiga el propósito central de obtener un resultado que les permita exhibir un ánimo de triunfo similar al de los comicios de 2008.
Inquietudes opositoras
Esa percepción no significa, en ningún caso, que los dirigentes opositores desconozcan que si cuentan con una candidata tan potente como Bachelet, la influencia de las municipales en la presidencial podría no tener la influencia de ocasiones anteriores.
Quienes en esa línea ni siquiera se cuestionan el triunfo, apuntan a que con el acuerdo que logró toda la oposición, incluido el Partido Comunista, para presentar candidato único a alcalde -lo que no ocurrió en los comicios pasados- podrían incluso recuperar o ganar algunas comunas importantes que están en manos de alcaldes de RN o la UDI, consolidando así su preeminencia frente al oficialismo.
Nadie desconoce que efectivamente ello puede ocurrir, pero dicha mirada tan optimista no es, sin embargo, compartida por todos los dirigentes que están pendientes del proceso electoral.
Es que no son pocos los que aluden a que la competencia de candidatos de otras listas opositoras, comenzando por la del PRO, de Marco Enríquez-Ominami, más la del PRI, o la del MAS junto a los Humanistas, pone en riesgo el triunfo en algunas comunas que de no darse esta dispersión, tendrían ganadas.
Paralelamente a ello, en la oposición no esconden la inquietud, que también les produce el clima que podría producirse en la campaña, dada la pugna que se dará entre entre las dos listas a concejales que enfrentará al bloque DC-PS con el frente de izquierda compuesto por el PPD, el PR más el PC.
El temor de algunos personeros -tesis es seguida con interés desde el oficialismo- es que la guerrilla en la oposición puede llegar a extremos impensados, desde el momento en que está en juego la pretensión del llamado frente de izquierda que lidera el senador Guido Girardi (PPD) para quedarse con la hegemonía que hasta ahora ha tenido el eje histórico DC-PS.
De acuerdo a la percepción que existe en el mundo político, un escenario como ése podría terminar opacando el triunfo que, en términos generales, se supone que lograría la oposición por el sólo hecho de que cuenta con más respaldo que la derecha. El ánimo del día "D"
Tal como apuntan en la dirigencia política, en elecciones como éstas, es determinante quién logre instalar la sensación de triunfo.
Eso explica la importancia que adquiere lo que ocurra en aquellas comunas consideradas emblemáticas, por tratarse de las principales capitales regionales, o bien por ser las más populosas, donde quien sea el alcalde puede influir de manera importante en la inclinación del electorado hacia uno u otro candidato presidencial.
Por eso las miradas están puestas principalmente en Santiago, donde tanto si es derrotado el UDI Pablo Zalaquett, como si pierde su retadora, la PPD, Carolina Tohá, puede determinar el ánimo que impere después de los resultados. Una situación que, quizás con menos intensidad, se repite en Valparaíso, Concepción, La Florida o Maipú, en las cuales, lo que suceda podría equilibrar el triunfo o la derrota de Santiago.
Lo concreto, a estas alturas, es que el test tiene inquietos a todos los sectores políticos
Ese entusiasmo que, en medio de algunas pancartas, mostraron los líderes políticos cuando acudieron a inscribir sus listas para las municipales de octubre, contrasta con el poco interés que se percibe en la ciudadanía con dichas elecciones.
La verdad es que no se trata de un fenómeno nuevo, porque la abstención siempre ha sido más alta en este tipo de comicios, aunque no puede ignorarse que en esta oportunidad por primera vez el voto será voluntario, lo que además coincide con la creciente desafección que existe hacia la política.
Eso hace que el desafío de atraer electores sea doblemente difícil, el que recaerá en forma directa en los cerca de 1.600 postulantes a alcaldes, más los aproximadamente 10.000 a concejales, tarea de la que, en ningún caso, se desentenderán ni el gobierno, ni las cúpulas de todo el espectro político.
Por el contrario, dirigentes de los distintos sectores reconocen que estarán especialmente atentos a cómo se desarrollen las campañas, sobre todo teniendo en cuenta el factor de incertidumbre que introduce que la inscripción automática amplía el padrón electoral a más de 5 millones de potenciales nuevos electores.
Termómetro para 2013
Claro que la principal razón del interés de los políticos por lo que suceda en las municipales, no radica en la gestión que puedan realizar los alcaldes o concejales en sus comunas. Lo que les importa es que dichas elecciones son consideradas el gran test que puede determinar el resultado de las presidenciales del próximo año.
Distintos son los argumentos que se esgrimen para ello, comenzando por el que apunta a que -como se ha demostrado- el control territorial otorga una ventaja indesmentible para el candidato presidencial que cuente con el respaldo del alcalde.
Pero no es lo único. Porque similar importancia se le otorga a que la medición de fuerzas que se da en estos comicios -aun cuando exista una distorsión por el factor local- puede instalar la sensación de triunfo o derrota en las distintas coaliciones, produciendo un clima favorable para quienes aparezcan como ganadores.
Es lo que admiten en el mundo político, aludiendo al ejemplo de las dos últimas presidenciales, en que los resultados de los comicios del 2004 fueron el preámbulo del triunfo de la Concertación al año siguiente, mientras la buena performance de la Alianza en 2008 habría sido clave para que ganara Sebastián Piñera en 2009.
Considerando que, de acuerdo a dichas experiencias en el mundo político se acepta la tesis de que en las municipales estaría en juego lo que ocurra el próximo año, el mundo político ha comenzado a focalizar su interés en los resultados de octubre.
Cálculos oficialistas
Con un cuadro político en que la baja popularidad que exhiben en las encuestas tanto el Presidente, como su gobierno, a lo que se suma la preeminencia que mantiene Michelle Bachelet, no son pocos, incluso en el oficialismo, los que creen que en esta oportunidad, la importancia de las municipales será mínima.
No es, sin embargo, la mirada que tienen en La Moneda, aunque no desconocen que la mala evaluación del gobierno podría afectar el resultado electoral, arriesgando a que ello entierre la aspiración de que la actual coalición gobernante mantenga el poder por otro período.
Pero la sensación imperante en palacio es que dicha inquietud no significa que estén pesimistas, ni que den todo por perdido, sino por el contrario, consideran que las municipales pueden ser una oportunidad que cambie, precisamente, esa impresión de derrota que se ha instalado, básicamente por la potencia que muestra Bachelet.
En esa línea, la apuesta del gobierno, tal como se lo han manifestado a los partidos, es que los comicios de octubre deberían marcar un punto de quiebre respecto a cómo se percibe el cuadro político actual.
Para sostener dicha tesis -que es compartida por dirigentes de la oposición- las autoridades aluden a que, por distintas razones, la coalición oficialista deberían obtener un resultado que dé cuenta de lo que dicen los sondeos, no necesariamente será lo que se exprese en las urnas.
Con una mirada optimista, creen que, aun cuando no repitan la performance del año 2008 -en que la Alianza ganó en prácticamente todas las capitales regionales- los resultados de octubre estarán por encima de los cálculos producto del actual escenario.
Entre los factores que en palacio estiman que podrían beneficiarlos, es que de aquí a tres meses, la ciudadanía pueda percibir los logros del gobierno, especialmente en el campo económico-social, que es justamente lo que La Moneda les ha pedido a los dirigentes de loas partidos que enfaticen en la campaña.
Otra realidad que podría jugar a favor del oficialismo, es que compite con una sola lista RN-UDI, lo que exceptuando algunos casos como Recoleta o Las Reina en que postulan por fuera candidatos aliancistas, impide la dispersión de votos que amenaza a la oposición.
Tanto es así que desde la propia Concertación reconocen que el panorama para el oficialismo puede ser menos oscuro de lo que parece, claro que, en la medida en que el gobierno no cometa errores importantes, ni la competencia entre los dos partidos que se dará en la elección de concejales, distraiga el propósito central de obtener un resultado que les permita exhibir un ánimo de triunfo similar al de los comicios de 2008.
Inquietudes opositoras
Esa percepción no significa, en ningún caso, que los dirigentes opositores desconozcan que si cuentan con una candidata tan potente como Bachelet, la influencia de las municipales en la presidencial podría no tener la influencia de ocasiones anteriores.
Quienes en esa línea ni siquiera se cuestionan el triunfo, apuntan a que con el acuerdo que logró toda la oposición, incluido el Partido Comunista, para presentar candidato único a alcalde -lo que no ocurrió en los comicios pasados- podrían incluso recuperar o ganar algunas comunas importantes que están en manos de alcaldes de RN o la UDI, consolidando así su preeminencia frente al oficialismo.
Nadie desconoce que efectivamente ello puede ocurrir, pero dicha mirada tan optimista no es, sin embargo, compartida por todos los dirigentes que están pendientes del proceso electoral.
Es que no son pocos los que aluden a que la competencia de candidatos de otras listas opositoras, comenzando por la del PRO, de Marco Enríquez-Ominami, más la del PRI, o la del MAS junto a los Humanistas, pone en riesgo el triunfo en algunas comunas que de no darse esta dispersión, tendrían ganadas.
Paralelamente a ello, en la oposición no esconden la inquietud, que también les produce el clima que podría producirse en la campaña, dada la pugna que se dará entre entre las dos listas a concejales que enfrentará al bloque DC-PS con el frente de izquierda compuesto por el PPD, el PR más el PC.
El temor de algunos personeros -tesis es seguida con interés desde el oficialismo- es que la guerrilla en la oposición puede llegar a extremos impensados, desde el momento en que está en juego la pretensión del llamado frente de izquierda que lidera el senador Guido Girardi (PPD) para quedarse con la hegemonía que hasta ahora ha tenido el eje histórico DC-PS.
De acuerdo a la percepción que existe en el mundo político, un escenario como ése podría terminar opacando el triunfo que, en términos generales, se supone que lograría la oposición por el sólo hecho de que cuenta con más respaldo que la derecha. El ánimo del día "D"
Tal como apuntan en la dirigencia política, en elecciones como éstas, es determinante quién logre instalar la sensación de triunfo.
Eso explica la importancia que adquiere lo que ocurra en aquellas comunas consideradas emblemáticas, por tratarse de las principales capitales regionales, o bien por ser las más populosas, donde quien sea el alcalde puede influir de manera importante en la inclinación del electorado hacia uno u otro candidato presidencial.
Por eso las miradas están puestas principalmente en Santiago, donde tanto si es derrotado el UDI Pablo Zalaquett, como si pierde su retadora, la PPD, Carolina Tohá, puede determinar el ánimo que impere después de los resultados. Una situación que, quizás con menos intensidad, se repite en Valparaíso, Concepción, La Florida o Maipú, en las cuales, lo que suceda podría equilibrar el triunfo o la derrota de Santiago.
Lo concreto, a estas alturas, es que el test tiene inquietos a todos los sectores políticos
Fuente:
Saludos
Rodrigo González Fernández
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