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La utilización de transgénicos sigue enfrentando a los agricultores | Más de 8.000 personas, según COAG, participaron en Zaragoza en una manifestación para decir ''basta ya'' de agricultura transgénica, mientras que por otra parte, agricultores de ASAJA defienden este cultivo para que sus explotaciones sean rentables. | Redacción 20/04/2009 0:00:01 | La Plataforma Rural, de la que forman parte una veintena de organizaciones agrarias, ecologistas y sociales, entre las que se encuentra COAG, ha elegido Zaragoza para manifestarse por ser la capital de la comunidad en la que se dedica un mayor número de hectáreas al cultivo transgénico, 30.000 de las 80.000 que se siembran en toda España.
En el manifiesto, que han leído Juan Carlos Simón, agricultor de COAG, y Carme Freire, agricultora del Sindicato Labrego Galego, frente a la Delegación del Gobierno, se han recordado que los países europeos que ya han prohibido esta agricultura -Francia, Polonia, Austria, Luxemburgo, Grecia, Hungría y recientemente Alemania- lo han hecho basándose en evidencias científicas sobre sus daños al medio ambiente y sus efectos en la salud humana y animal.
En su protesta, la organización subraya que el uso de transgénicos multiplican el uso de productos químicos en el campo, no han demostrado ser más productivos, no aportan mejora en la calidad de los alimentos, no solucionan el hambre ni la pobreza y provocan un deterioro y pérdida de la biodiversidad agrícola.
Los manifestantes han querido hacer ''una fiesta'' de la protesta que ha unido a representantes de las organizaciones agrarias COAG y su unión en Aragón UAGA, Greenpeace, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Iniciativa Legislativa Popular de Cataluña, de la Unión de Consumidores UCE-UCA y de la Asociación de Federaciones de Barrios de Zaragoza.
También han asistido el alcalde de Marinaleda (Sevilla), Juan Manuel Sánchez; el representante de la federación estatal y coordinador de IU en Aragón, Adolfo Barrena; el diputado al Parlamento europeo de Iniciativa per Cataluña Raúl Romeva y miembros de Chunta Aragonesista, entre otros.
Banderas de numerosas comunidades autónomas ondeaban sobre multitud de carteles con lemas contra los transgénicos, que circulaban a su vez entre berenjenas, tomates y mazorcas de maíz andantes, un ataúd en el que yacía la ''agricultura'' o un carro repleto de productos alimenticios (cereales, chocolates, harinas o galletas) que Greenpeace denuncia que poseen u ocultan que contienen componentes transgénicos.
Unos veinte autobuses procedentes de toda España y en torno a diez llegados de varios municipios aragoneses ha fletado la Plataforma Rural para reclamar al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y a la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, ''la prohibición inmediata del cultivo de maíz transgénico y de cualquier otro experimento a campo abierto con organismos modificados genéticamente''.
Defensores de los OGMs
Por otra parte, la Asociación General de Productores de Maíz (AGPME) y la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos (Cesfac) han defendido su derecho a acceder a las innovaciones biotecnológicas y a elegir su forma de vida, en el VI Foro de Biotecnología ''Valle del Ebro'', que se ha celebrado hoy en Zaragoza.
Durante la jornada, organizada por la Asociación General de Productores de Maíz de España (AGPME) en colaboración con la Fundación Antama, agricultores e industria de piensos han destacado los beneficios derivados de la aplicación de la biotecnología en el ahorro del uso de fitosanitarios y como oportunidad para enfocar nuevos sistemas de producción.
Han asegurado que, contra la biotecnología, existe una demagogia que no se sostiene y no entienden que todavía sea cuestionada, cuando se trata de la tecnología agraria más investigada y con los niveles de seguridad más altos. "Cuando a los colectivos contrarios se les han acabado los argumentos sobre seguridad sanitaria, han recurrido a los medioambientales. Son los científicos los que tienen que determinar la seguridad de estos productos".
El vicepresidente de AGPME, Carlos Ferrer, ha demandado para los agricultores los mismos derechos que poseen otras actividades, que pueden hacer uso de la biotecnología para sus fines, y ha apostado por que la biotecnología esté disponible para cultivos como el maíz y sin renunciar a opciones como las plantas oleaginosas para el desarrollo de biocarburantes.
El secretario general de la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos (Cesfac), Jorge de Saja, ha señalado que la biotecnología está presente en la formulación de los piensos, tanto en la Unión Europea (UE) como en el resto del mundo, y ha considerado que ''decir que no a una tecnología que es tan importante para el tejido socioeconómico es una soberana estupidez''.
"Hoy por por casi el 100% de los piensos en España proceden de soja o maíz modificado genéticamente", añadió Jorge de Saja. "Soja y maíz cuya seguridad ha sido avalada por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria".
Por su parte, el representante del grupo Probio, Ignacio Eseverry, ha abogado por que el agricultor español disponga de las tecnologías que existen en el mercado, lo que contribuye a un aumento en su producción y en una mejora de su economía, y ha destacado las aportaciones de la biotecnología a la agricultura y especialmente al medio ambiente, al reducir el uso de fitosanitarios.
Los agricultores presentes en la jornada se han mostrado convencidos de que el cultivo de maíz transgénico les está permitiendo producir más y de mejor calidad, y destacaron que seguirán trabajando en defensa de sus explotaciones y familias y, en definitiva, del medio rural.
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