Decenas de miles de personas desfilaron por el palacio presidencial de Argentina para dar un último adiós al ex presidente Néstor Kirchner.
La Plaza de Mayo acogió a los ciudadanos, que aguardaron pacientemente -algunos, por más de veinte horas- para entrar a la capilla ardiente instalada en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos.
La convocatoria se originó de manera espontánea, tan pronto se conoció la noticia de la muerte del líder político, ocurrida el miércoles por un paro cardiorrespiratorio, y continuó hasta entrada la madrugada del viernes. En las primeras diez horas del velatorio, se estimaba que habían pasado por allí más de 30.000 personas, según cifras oficiales entregadas a BBC Mundo.
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Adentro, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó los homenajes a su esposo.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó los homenajes a su esposo.
Sin quitarse los anteojos oscuros, recostándose a ratos en el hombro de su hija Florencia y flanqueada por su otro hijo, Máximo, la mandataria resistió horas junto al cajón cerrado. Lo acarició, acomodó las banderas argentinas que lo cubrían y agradeció con gestos y miradas los saludos de los visitantes.
Visiblemente agotada, fue ella quien tuvo palabras para los afligidos ciudadanos: entre abrazos, acercándose regularmente a la fila de quienes aguardaban para ver el cajón, les pidió que se cuidaran y siguieran adelante.
Recibió a cambio aplausos, gritos de apoyo y cánticos espontáneos con las manos en forma de V victoriosa.
No hubo banderas, estandartes ni fotos, prohibidos para la ocasión. Pero muchos visitantes llevaron crespones de luto en las solapas, escarapelas del bicentenario y consignas escritas en sus camisetas: "Fuerza, Cristina", fue la más repetida.
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Con compañía
A lo largo de la jornada pasaron por la Casa Rosada la mayoría de los presidentes latinoamericanos.
Junto a la mandataria estuvieron ministros y funcionarios de distinto rango, de pie en su mayoría por largas horas. Entre ellas, la titular del ministerio de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, hermana del difunto.
También llegaron a lo largo de la jornada la mayoría de los presidentes latinoamericanos, a despedir a quien era, desde mayo pasado, el secretario general de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).
El primero en llegar, el boliviano Evo Morales. Lo siguieron los mandatarios de Uruguay, José Mujica -quien llegó acompañado de referentes de la oposición de su país-, de Chile, Sebastián Piñera, y Ecuador, Rafael Correa.
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A su turno, el jefe del estado paraguayo, Fernando Lugo, calificó a Kirchner como un "seguidor del sueño de la Patria Grande" de Bolívar y San Martín.
Amigo y compañero integracionista de América del sur. Argentina y América están de luto
Fernando Lugo, presidente de Paraguay
"Amigo y compañero integracionista de América del sur. Argentina y América están de luto", expresó.
Por la noche, acercó su pésame el venezolano Hugo Chávez, con quien Fernández se abrazó hasta quebrarse en llanto.
También la visitaron el colombiano Juan Manuel Santos y el presidente vecino Luiz Inacio Lula da Silva, quien canceló su asistencia al cierre de campaña de su partido, ante las elecciones brasileñas del domingo.
Los referentes de la oposición dijeron presente sólo en parte: fueron criticadas las ausencias del ex mandatario Eduardo Duhalde y del actual vicepresidente Julio Cobos, ambos enfrentados con el matrimonio Kirchner.
Sin embargo, ambos manifestaron que la asistencia había sido desaconsejada desde el mismo gobierno, para "evitar todo tipo de provocaciones" con los manifestantes kirchneristas.
Homenaje, afuera
Hubo más: actores y actrices, religiosos, dirigentes de grupos defensores de los derechos humanos y otras organizaciones sociales, y hasta el ex futbolista Diego Maradona.
"Vinimos a recordarlo por su gestión, porque se ocupó de devolverle dignidad al país", señaló Luis Ruiz.
"Argentina perdió un gladiador, un hombre que se la jugó siempre por sus ideales y nos sacó del pozo", dijo el ex seleccionador nacional, y comparó a Néstor Kirchner con el Che Guevara.
Sin embargo, los verdaderos protagonistas del homenaje fueron los ciudadanos comunes, que hicieron fila, bajo el sol y la polvareda que levantaba el viento en la plaza.
"Soy chileno pero llevo 45 años en Argentina y cómo no le voy a agradecer, si me ayudó mucho. Un gran presidente, como nuestro finado (Salvador) Allende", dijo a BBC Mundo Orlando Muñoz, a la salida de la capilla ardiente.
"Vinimos a recordarlo por su gestión, porque se ocupó de devolverle dignidad al país. La gente espera lo que sea, lástima que adentro te hacen circular… fue todo muy rápido, no pudimos quedarnos más", señaló Luis Ruiz, integrante de la juventud sindical.
Sobre el futuro, ese que comenzará a escribirse tan pronto acabe el duelo, muchos entregaron pronósticos.
Los ciudadanos hicieron fila para despedir a Kirchner.
"A todos los gorilas (antiperonistas), les vamos a mostrar que esto no termina", declaró María Eugenia, estudiante de La Matanza, a BBC Mundo.
"A mí me da un poco de duda las peleas dentro y fuera del gobierno que puedan surgir, sobre todo cuando estamos tan cerca de una elección (en 2011)", opinó, más cauta, Esther Fernández, una ama de casa que acompañó a sus hijos a la manifestación.
La Plaza fue un canto constante. La marcha peronista tuvo especial protagonismo, seguida de las arengas contra Cobos y otros políticos opositores. En la misma proporción en que entregaron ofrendas para Néstor, los presentes acercaron mensajes de apoyo a Cristina.
Sobre la fachada de la Casa Rosada, las coronas florales se acumularon hasta marchitarse. Las revisaban, cuidadosamente, un oficial y un perro de la policía antiexplosivos.
Desde el viernes, las flores y el duelo se mudarán al sur. En la ciudad de Río Gallegos, capital de la provincia natal de los Kirchner, Santa Cruz, el cementerio se alista para un entierro que, pocos lo dudan, pondrá un final anticipado a una era: la de quien fuera un hombre clave en la política argentina de la última década.