Darfur y noproliferación)
Por Stephen Kaufman
Redactor del Servicio Noticioso desde Washington
Washington - Uno de los presidentes más queridos en Estados Unidos, Thomas
Jefferson, se preguntó "¿
en qué país de la Tierra preferiría vivir?". Como
primera respuesta dijo "ciertamente en el mío, donde están mis amigos, mis
relaciones y los afectos y recuerdos más dulces en mi vida". Pero, agregó
"¿cuál sería mi segunda opción?". Su respuesta: Francia.
Antes de ser presidente, Jefferson sirvió entre 1784 y 1789 como embajador
de Estados Unidos en Francia, donde fue testigo y celebró el espíritu de la
Revolución Francesa de 1789, que consideró consistente con los ideales que
inspiraron a las colonias americanas para liberarse de sus gobernantes en
Gran Bretaña. El éxito de la revolución en Estados Unidos, que se produjo
entre 1775 y 1783, en gran parte fue resultado de la ayuda francesa.
Sin embargo en años recientes, la relación bilateral ha sido considerada
como fría y caracterizada por la competición, lo que llegó a un punto
diametralmente opuesto cuando Francia y Estados Unidos entraron en
desacuerdo por la remoción forzosa del poder del gobierno Baath en Iraq en
el año 2003.
El presidente Bush se reúne con el presidente francés Nicolas Sarkozy
durante el fin de semana y Charles Kupchan, profesor en la Universidad de
Georgetown y director de Estudios sobre Europa en el Consejo de Relaciones
Exteriores, dijo que hay motivos para creer en que los dos países tendrán
una relación confiable en áreas de mutua preocupación, como la situación
humanitaria en Darfur, Sudán, y la no proliferación de armas nucleares.
"Estados Unidos y Francia tienen que ser los aliados más estrechos, como de
hecho lo fueron", dijo Kupchan, en referencia a la relación de ambos países
en el siglo XVIII. Los dos países "son bastante similares en cuanto a que
como naciones se consideran a sí mismas los fundadores de la democracia
liberal".
Parte la razón de las frías, e incluso "relaciones directamente
competitivas" radica en esa similitud, añadió: "Han buscado la misma
posición de liderazgo en el denominado 'mundo libre'".
El ex-presidente francés Charles de Gaulle, aliado durante la Segunda
Guerra Mundial, estableció la fórmula moderna de desafío a Estados Unidos
con el fin de afirmar el nacionalismo y la autonomía de Francia, aseveró
Kupchan, y desde entonces los dos países se han dedicado "al juego infantil
de quién es el mejor" según el que, aún cuando compartían intereses
comunes, cada uno sospechaba de que el otro lado estaba tratando de socavar
su poder, o reafirmar el propio.
Esas percepciones algunas veces son correctas, aunque con frecuencia no lo
son, añadió, pero "esos criterios más o menos están arraigados en la
burocracia y en la imaginación pública".
Sarkozy "podría ser el líder francés que nos saque de esa era de rivalidad
franco-estadounidense", reflexionó Kupchan aunque de ocurrir el cambio este
se produciría "lentamente y en incrementos". Dijo que espera que ambos
países "pasen la página" en su relación. Actualmente Estados Unidos está
dispuesto a mejorar la cooperación, y si Francia está dispuesta a mostrarse
como un asociado confiable "Washington aprovecharía la oportunidad",
declaró.
En última instancia "ambos países son democracias liberales que buscan lo
mismo para sus pueblos y básicamente las mismas cosas en el sistema
internacional: estabilidad y crecimiento económico".
El surgimiento no solamente de Sarkozy, sino también de la Canciller Angela
Merkel en Alemania, es positivo para las relaciones transatlánticas. "Ahora
tenemos en el corazón de Europa a dos dirigentes que son atlantistas y que
también son partidarios de la Unión Europea", dijo Kupchan. Este es un
nuevo acontecimiento, dado que antes los dirigentes fueron lo uno o lo
otro. "Ahora será más fácil para que una Unión Europea sólida se asocie con
Estados Unidos en lugar de la competir, dado que el liderazgo en ambos
lados no toma esto como un juego de todo a cero".
El docente agregó que es posible que Francia siga distanciándose de
cuestiones como Iraq y Afganistán. "Los puntos en los que considero que
habrá una creciente cooperación entre Estados Unidos y Francia son
Darfur... y en cuanto a Irán, para tratar de reforzar las sanciones. Parece
tener bastante interés en contener el programa nuclear de Irán".
Estados Unidos y Francia también pueden cooperar en fomentar el desarrollo
económico en África, especialmente al norte de ese continente, donde ambos
comparten la meta de combatir el extremismo religioso en los países de
mayoría musulmana. Y ambos tienen firme interés en apoyar al gobierno
democráticamente electo del primer ministro Fuad Siniora en Líbano.
(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de
Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de
Estados Unidos. Sitio en la Web:
http://usinfo.state.gov/esp)