Puerto Madero es un decorado sorprendente y único dentro del crisol delBuenos Aires, casi una pequeña ciudad dentro de esta gran urbe.Rescatado de su decadencia, sobre los diques abandonados y los terrenos baldíos se construyó un nuevo distrito que es hoy orgullo de los porteños con sus bellos muelles reciclados que alojan restaurantes donde se degustan carnes con los típicos cortes argentinos, sus impresionantes rascacielos acristalados, sus hoteles tope de gama y sus centros de negocios. Buenos Aires es la Boca, San Telmo, Recoleta... Es Caminito y la Plaza de Mayo, el tango y el fútbol, Evita y Carlos Gardel.
Pero es también Puerto Madero, el lugar donde se va a decidir mañana el futuro del deporte español y quién sabe si el comienzo de la remontada de nuestro estado de ánimo. El centro neurálgico del dictamen será el Hotel Hilton, clausurado desde el pasado sábado para cualquier persona ajena a la 125ª sesión del Comité Olímpico Internacional, incluidos curiosos de cualquier pelaje y condición y la prensa cuyo abundante caudal se dirige al centro ad hoc habilitado junto al establecimiento. En los accesos al Hilton, la policía, los guardias privados, los escáneres y detectores de metales garantizan la seguridad.
A buen seguro que los miembros del COI encontrarán satisfactoria su estancia en esta morada con 417 habitaciones de lujo de 42 metros cuadrados (para los más afortunados hay 17 suites de entre 65 y 105 m2), con sillones ergonómicos y vistas sobre una reserva ecológica y el skyline de Puerto Madero. El Hilton dispone del salón más grande dentro de un hotel de Buenos Aires (2.016 metros cuadrados, con capacidad para 2.700 invitados) y de un centro de convenciones de 6.600 m2 donde caben hasta 4.500 personas. Su business center cuenta con asistencia técnica personal.
Los protagonistas de la votación del sábado podrán ejercitarse en un fitness center equipado con aparatos de última generación y sacudirse el estrés en el spa con pileta exterior templada mientras se echan al coleto un cóctel en el pool bar. Y por supuesto degustar un buen ojo de bife en su exclusivo restaurante. La ocasión, sin duda, lo merece.
Máxima seguridad
El traslado de las personalidades desde el aeropuerto internacional de Ezeiza hasta el Hilton se realiza en una treintena de automóviles oficiales, autobuses y minibuses. Para simplificar las tareas de vigilancia, en las que participan la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Gendarmería, Prefectura y Policía de la Provincia, Metropolitana y Federal, se ha previsto un solo evento fuera del hotel: la apertura de la sesión en el Teatro Colón.
Para la cumbre se ha montado un centro de operaciones en la sede de la Policía Federal y en el propio Hilton, donde se vigilan todas las cámaras de seguridad existentes desde la salida del aeropuerto hasta Buenos Aires, incluidas, naturalmente, las del hotel. Los movimientos de los miembros del COI serán custodiados desde que aterricen en Buenos Aires hasta que lleguen a su confortable búnker de Puerto Madero. No se ha reparado en gastos: se utiliza seguimiento satelital por imágenes y equipos de geolocalización para un tranquilo tránsito de los los prohombres (y mujeres) olímpicos.
Centro de prensa
A la vera del Hilton, como queda dicho, se levanta el centro de prensa, una carpa de 5.000 metros cuadrados construida en el parque público Mujeres Argentinas. Ayer bullía con la llegada del grueso de los 2.000 periodistas que cubrirán el evento, muchos de ellos japoneses que probaban las conexiones para que nada falle el día de autos.
La carpa, equipada con equipos de frío-calor porque estos estertores del invierno austral pueden regalar en Buenos Aires las cuatro estaciones en un solo día, está cableada con cuatro kilómetros de tendido de fibra óptica y cuenta con 640 puestos de trabajo con ordenadores. En la parte posterior del Hilton se ha realizado un cerramiento especial para albergar una sala de conferencias con capacidad para 200 periodistas.
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