¿Vuelve a ser Alemania la locomotora de Europa?
Los empresarios alemanes reflejan más optimismo. El paro baja al 8% y las exportaciones crecen a pesar de la fortaleza del euro.
El euro sube como nunca y la crisis financiera sacude los mercados internacionales. Pero Alemania, como si nada. Por un lado, los presupuestos públicos están saneados por primera vez en décadas y el paro baja mes tras mes. En marzo podría hacerlo hasta los 3,5 millones de personas. Esto supondría que en poco más de dos años la tasa de desempleo habría descendido del 12,5% a alrededor del 8%. Y más allá de las grandes cifras macroeconómicas, también las empresas miran al futuro con optimismo.
Contra todo pronóstico, el índice de confianza empresarial del instituto Ifo subió este mes en 0,7 puntos, hasta alcanzar los 104,8. Este indicador, elaborado a partir de encuestas a unas 7.000 empresas, se considera el barómetro más fiable sobre el humor del empresariado alemán.
Las compañías consultadas coincidieron en señalar que este mes de marzo ven las cosas mejor que en febrero. Pero no sólo eso. También creen que sus expectativas de negocio van a mejorar en el próximo medio año, y pese a la fortaleza del euro ven más posibilidades de exportación que nunca. "Estos resultados indican que la coyuntura ha ganado impulso en Alemania desde comienzos de este año", señaló el presidente del Ifo, Hans-Werner Sinn.
La fortaleza del metal
Las empresas atienden cada vez más pedidos, sobre todo en sectores como el metalúrgico y electrotécnico, donde se crearon en enero pasado 27.000 nuevos puestos de trabajo. Se trata de la mayor subida desde la primera mitad de los años sesenta. Este sector emplea a 3,58 millones de personas en Alemania. En enero pasado había 147.000 empleos más que en el mismo mes del año pasado. El presidente de la patronal Gesamtmetall, Martin Kannegiesser, habla de un "extraordinario rendimiento" del sector.
¿Significa todo esto que Alemania ha recuperado su condición de locomotora de la economía europea? Es pronto para decirlo, pero los pronósticos de los organismos apuntan en dirección positiva. Mientras la Organización de Cooperación Económica y Desarrollo (OCDE) advertía esta semana que la economía de EEUU está a punto de estancarse, pronosticaba al mismo tiempo para Alemania un crecimiento un 0,6% en el primer trimestre y un 2,5% para el conjunto del año. "Hay que decir que este primer trimestre ha sido claramente mejor de lo que esperábamos", señaló el experto en economía alemana de la OCDE,
Felix Hüfner. "De momento, no notamos grandes efectos de la crisis", añadió. Una explicación de este fenómeno es que las empresas alemanas dependen menos de recursos financieros externos que las de otros países. Sin embargo, Hüfner no cree que pueda decirse que Alemania no sufrirá en absoluto los efectos de la crisis financiera. "Sucederá en algún momento. Habrá que ver cuándo, y con qué fuerza". De momento, los nubarrones aún no se ven en el horizonte.
Los últimos datos de la evolución de las exportaciones no confirman los temores de frenazo por la fortaleza del euro. Según la Oficina Federal de Estadística, las exportaciones subieron en enero en un 9% respecto al mismo mes de 2007. Es el mayor aumento de los últimos cinco meses.
El presidente de la Confederación de Comercio Exterior y Mayoristas, Anton Börner, explica esta evolución contracorriente por un aumento de los pedidos de países emergentes y petroleros, que ha compensado el encarecimiento de las mercancías alemanas en el extranjero a causa del euro. "Estas cifras nos permiten esperar que los efectos de la crisis financiera de EEUU sigan siendo limitados para Alemania", señaló Börner a la televisión pública ARD.
Más desigualdad
Pero la actual bonanza de la economía alemana tiene también aspectos menos halagüeños. El Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) publicó este jueves un estudio según el cual la diferencia entre ricos y pobres es cada vez mayor. En el año 2000, unos 49 millones de alemanes (un 62% de la población) pertenecían a lo que se entiende por "clase media". Ahora son 44 millones, un 54 %. "En los últimos años, la clase media se ha ido reduciendo al mismo tiempo que los salarios reales de este grupo", señala Markus Grabka, experto del DIW. Las controvertidas reformas sociales del anterior Gobierno del canciller socialdemócrata Gerhard Schröder son para unos el origen de la creciente desigualdad, mientras que otros las consideran el motor del actual impulso económico.
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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