Los episodios que marcaron la relación de ese partido con La Moneda: La "semana negra" del Gobierno que arrastra a la DC
BLANQUITA ARTHUR ES UNA EXTRAORDINARIA , INTELIGENTE E INFORMADA PERIODISTA A QUIEN CONOCÍ DESDE MUY JOVEN
La renuncia de la subsecretaria de Chiledeportes tras ser visada por Belisario Velasco, la caída del embajador Huepe, el conflicto de Foxley por sus gestiones ante TVN y la amenaza de que Patricio Walker no suba a la testera de la Cámara preocupan al partido, pero también a Palacio.
BLANCA ARTHUR
El viernes a las 6 de la tarde, la presidenta de la Democracia Cristiana, Soledad Alvear, había abandonado la sede del partido. Estaba en su casa con su familia y preocupada de su nieto que había llegado de Estados Unidos.
Escapaba quizás, de esa manera, al terremoto que había sacudido a su colectividad durante toda la semana, que tuvo su remezón final con la renuncia de la recién nominada subsecretaria de Chiledeportes, Ana Loreto Ditzel, activa militante DC y considerada muy cercana a la propia Alvear.
De hecho, en La Moneda confirman que ella fue la principal promotora de su nombramiento para el controvertido cargo, en el que alcanzó a durar menos de 48 horas, luego de haber sido fuertemente cuestionada por su vinculación con las acusaciones de participación de políticos en el caso Spiniak.
La orden en la DC fue mantener silencio.
Hasta que a última hora del viernes se optó por entregar un breve comunicado de tres puntos en que se culpa a la oposición de hacerla caer, se respalda a Ditzel y se reconoce su calidad humana, política y profesional. Junto con ello, valoran el gesto de que renunciara a su cargo.
Responsabilidades compartidas
No era mucho más lo que se podía decir, porque las aguas no estaban quietas al interior de ese partido. Primero, porque ni siquiera todos los integrantes de la mesa tenían la certeza de que había sido la propia Alvear quien la había recomendado, sino porque se quejaban de que en el Gobierno Belisario Velasco no hubiera analizado todos sus antecedentes, como también de que al ser revelados, la misma Ditzel no hubiera dado el paso al lado de inmediato.
La ley del silencio, violada sólo por ese breve comunicado, obedeció asimismo a que se tenía conciencia de que el partido se veía doblemente afectado por el hecho de que su nombre fue visado en el Gobierno por el único ministro que tiene esa colectividad en el equipo de La Moneda.
Aunque en la reunión que sostuvieron la tarde del viernes la Mandataria y los timoneles de RN y la UDI ésta criticó la ofensiva opositora para sacar a Ditzel -empleando el argumento de que habían caído en lo mismo que antes criticaron, esto es validar acusaciones sin fundamento en contra de una persona-, lo cierto es que el daño ya estaba hecho.
El episodio, en definitiva, le pasaba la cuenta no sólo a Alvear, sino también al jefe de gabinete, puesto que, además de no considerar las referencias de Ditzel, al proponer su nombre a la Presidenta Michelle Bachelet, actuó sin coordinarse con el titular de la Secretaría General de Gobierno, Ricardo Lagos Weber, cartera encargada de relacionarse con Chiledeportes.
Tanto, que el mismo vocero justificó la designación basándose en que Belisario Velasco le había dado el pase. Definitivamente el ministro había vivido una de sus peores semanas, ya que asistió como espectador tanto al nombramiento de la ex funcionaria del Sename en Chiledeportes, como a la intervención del canciller Alejandro Foxley en Televisión Nacional, con el fin de sacar de pantalla un documental sobre la Guerra del Pacífico.
Ambos temas se relacionaban directamente con la cartera que dirige el hijo del ex Presidente, quien no ocultó su molestia al interior del Gobierno por esta situación.
Incendio diplomático
Más allá de que la responsabilidad final en el episodio Ditzel corresponde a La Moneda, que mostró una conducta "amateur" al no investigar los datos de quien iba a poner para un cargo que se aguardaba con expectación, lo concreto es que quedaban en la mira como autores del error tanto la presidenta del partido como el ministro del Interior.
Las complicaciones para la Democracia Cristiana se agravaron porque el remezón fue antecedido por otros movimientos telúrico-políticos que también sacudieron a la misma tienda.
Habían pasado pocas horas desde el bochornoso caso que le costó su salida al embajador en Venezuela, Claudio Huepe. Un destacado militante que cometió el imperdonable error de revelar por televisión una conversación privada con la Presidenta, en la que ésta le confidenció que no había apoyado a ese país para el Consejo de Seguridad de la ONU para evitar conflictos internos, en particular con su propio partido, que se oponía.
En la DC, aunque entendieron que Huepe había quedado en una situación insostenible, lamentaron profundamente su caída: es un rostro emblemático del partido, además de muy querido por los partidos de izquierda.
Más cuando la situación se producía en los precisos momentos en que otro de sus ministros estrella, el canciller Alejandro Foxley, había protagonizado un incidente que, a lo menos, le movió el piso en el apoyo político de La Moneda.
Ello, porque sus gestiones ante TVN para evitar que se transmitiera la serie "Epopeya" sobre la Guerra del Pacífico, argumentando razones de prudencia para no afectar las relaciones con Perú, habían sido conocidas por el equipo político -y por la propia Presidenta- ex post.
Como única recompensa, se evaluó que el caso Huepe de alguna manera actuó como salvavidas de Foxley, en la medida en que éste debió asumir la responsabilidad de recibir sus explicaciones, luego de que Bachelet decidiera no hacerlo.
Pero no es todo.
Amenaza parlamentaria
En la DC está latente la amenaza de un nuevo temblor con características de terremoto, si es que se llegan a cumplir los vaticinios de algunos diputados "díscolos" de que podría no salir elegido Patricio Walker como Presidente de la Cámara de Diputados, por los reparos que les merece a algunos parlamentarios de izquierda su postura en los temas llamados "valóricos".
Al cuadro general de esta "semana negra" para la Democracia Cristiana, se suman otros hechos anteriores, como los cuestionamientos al ministro de Transportes, Sergio Espejo, por la puesta en marcha del Transantiago. Otros personeros del oficialismo, por su parte, han reclamado que en la propia DC dejaron solo al secretario de Estado.
Los problemas de la DC también inquietan a los inquilinos de Palacio, quienes saben que, pese a los compromisos de lealtad, dicha tienda experimenta una profunda desafección con el Gobierno.
Por eso, casual o no, la suma de episodios que han tenido en estos días como protagonistas a militantes demócratacristianos debería marcar, necesariamente, parte importante de la agenda de corto plazo de La Moneda.
En La Moneda confirman que fue la propia Soledad Alvear la que recomendó a Loreto Ditzel para el cargo de directora de Chiledeportes.
En la DC está latente la amenaza de un nuevo temblor con características de terremoto, si es que se llegan a cumplir los vaticinios de algunos diputados "díscolos" de que podría no salir elegido Patricio Walker como presidente de la Cámara de Diputados.
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