| Berlusconi: claves de un regreso | |||||
La coronación de Silvio Berlusconi como primer ministro italiano por tercera vez confirma su protagonismo único en la escena política italiana. El magnate mediático deberá hacer un esfuerzo para satisfacer a los partidos miembros de su coalición. Pero, a medida que se publican todos los resultados de la elección, está claro que la política personalizada que vende Berlusconi es algo que los italianos están dispuestos a comprar. Algunos analistas dicen que -de una manera apabullante- la gente optó por un gobierno estable, encabezado por un líder que consideran fuerte. Sólo alguien como Berlusconi, razonan, puede encarar las profundas reformas que son necesarias para sacar al país de la delicada situación económica en la que se encuentra. Y pese a que Berlusconi ya ha gobernado dos veces a Italia en los últimos quince años, dice que ya tiene listas las soluciones para los problemas del país. Decisiones Apenas se empezaron a conocer los resultados, Berlusconi empezó a mencionar algunos de los nombres de su gabinete y dijo que tan pronto asuma, antes del mes que viene, buscará resolver la crisis de la aerolínea de bandera, Alitalia, y los problemas con la basura en Nápoles.
También propuso abolir un impuesto a la vivienda y ofrecer un bono para los padres que tengan hijos. Aún así, en temas económicos a Berlusconi le espera una serie de nuevos desafíos y el margen de maniobra para il Cavaliere es limitado. Como ya le advirtió el comisionado de temas económicos de la Unión Europea, el español Joaquín Almunia, el período "incierto" de la economía hace que "la prudencia sea la esencia" del nuevo gobierno italiano. En términos de política internacional, ya tiene en la agenda una reunión con el saliente presidente ruso, Vladimir Putin, para esta semana y muchos apuestan a una buena relación de Berlusconi con el mandatario francés, Nicolás Sarkozy. Una elección particular Pero los preparativos del nuevo gobierno no deben dejar de lado el análisis de los resultados de una elección histórica por varias razones.
El partido separatista y anti inmigración Liga Norte, aliado de Berlusconi, fue un claro ganador y tendrá un poder determinante en la coalición de gobierno. Ya en sus primeras declaraciones después de la elección, Berlusconi dijo que combatirá con fuerza la inmigración ilegal y perseguirá a los extranjeros que cometan crímenes, una noticia que será bien recibida por la agrupación presidida por Umberto Bossi. Otro hecho histórico es que la izquierda radical tuvo unas elecciones desastrosas y no consiguió ni un escaño: por primera vez desde el fin del fascismo, no habrá en el parlamento italiano ni un miembro que se defina como comunista o socialista. Así, el mapa político italiano queda inclinado hacia la derecha, y con muchos menos partidos con presencia en el parlamento que en el pasado. Y casi todo el poder estará concentrado en las manos de un vendedor de soluciones a quien Italia, por tercera vez, decidió creerle. | |||||
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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