Ni la ciudadanía ni el periodismo que nace en función de ella tienen paciencia para contener las consecuencias de la ambición. Presidenta: detenga la formación de esta Tangentópoli con la sinceridad que le ha estado ocultando a los medios tratando de protegerse de sus posibles ataques.
Impávido. Parecía que la imagen se había congelado, pero sólo era Camilo Escalona el que había quedado inmóvil ante la pregunta de Tomás Mosciatti. «¿Quién es el militante del año del Partido Socialista?», le insistía el periodista de la Radio Bío Bío, pero no hubo respuesta del candidato al timonel PS. «Sebastián Dávalos», tuvo que responder el entrevistador. El hijo de Michelle Bachelet había tenido que renunciar al área sociocultural de la Presidencia, y hoy junto a su esposa están siendo investigados por supuestos delitos en los que la mandataria posiblemente fue invocada, con o sin su consentimiento.
Mosciatti prosiguió:
—Camilo, a ver, ¿usted ha escuchado acerca de que la Presidenta podría haber dicho que podía renunciar? ¿Lo ha escuchado?
Hubo un silencio incómodo, breve. El ex senador mira hacia abajo, se escucha el aire acondicionado del estudio.
—Lo he leído, responde Escalona. «Hay artículos en la prensa que así lo han dicho», agregó.
—Sí, pero usted no se informa por los medios, tiene otros canales de información, replicó Mosciatti.
—A algo iba usted con esto, dice Escalona mientras levanta sus cejas y se recuesta levemente en el mesón de la entrevista.
— Si lo ha sabido por otros medios… como lo hemos sabido varios… que la Presidenta ha hablado de renuncia. Mosciatti pregunta levantando la ceja cuando usa la primera persona plural, reconociendo que él es uno de los que sabe de lo que le está preguntando a Escalona.
—Por otros medios no. Lo he leído, de articulistas responsables de los medios digitales…
—Y no ha sido desmentido, interrumpe Mosciatti.
—Así es, no ha sido desmentido, efectivamente.
Hoy son dos casos los que tienen a Michelle Bachelet viviendo un Vía Crucis cuyo destino se desconoce y donde las cruces son de amplio conocimiento: Caval y SQM.
Nadie le está limpiando la frente a la mandataria mientras las carga, no se sabe si en la alegoría será crucificada por la opinión pública y no se avistan cerca ángeles que muevan las rocas de su tumba en caso de que muera y pretenda resucitar.
¿Por qué pondría su cargo a disposición? ¿No es que acaso esto era una caza de brujas sin sentido?
¿Qué duele más, Presidenta: que en el caso menos grave, su hijo y su nuera presuntamente abusen de su nombre para beneficiarse, o que posiblemente las campañas y vidas de sus funcionarios y/o compañeros de partido o coalición hayan sido financiadas por el ex yerno del dictador por el que tanto lucharon para que recibiera la justicia que merecía?
La minera no metálica más grande del mundo esta semana explotó su yacimiento más peligroso, y desbordó los tranques de la corrupción que Chile no vivía desde los Pinocheques y que en ése entonces fue silenciada por un amago de intervención militar justificado por un "respeto a la institucionalidad", el mismo por el que hoy abogan senadores y diputados; ministros y voceros.
El Subsecretario General de Gobierno, Rodolfo Baier, reconocía días atrás los servicios entregados a la minera del ex yerno de Augusto Pinochet. "El que nada hace, nada teme", decía tranquilo frente a los micrófonos de los medios, que estaban duplicados, en el caso de que si uno no funcionaba, el otro obtuviera la cuña importante, la que desmentía al vocero de gobierno que horas antes había negado conocer la relación de su subsecretario con SQM. "Los trabajos fueron efectivamente realizados, no hay boletas falsas", decía Baier.
Después de este episodio, el 1 de abril, se conoció que uno de los recaudadores de las campañas de Frei y Bachelet —en la primera y la segunda campaña—, Giorgio Martelli, militante del PPD; estaba siendo investigado por boletas de SQM. El gobierno respondió rápido: "Él no presta servicios al gobierno". En la letra chica del punto de prensa de Álvaro Elizalde venía la bomba. El vocero reconocía a Martelli como recaudador de las campañas.
Ayer, Ciper dio a conocer que el encargado de la agenda legislativa del gobierno también estaba siendo investigado por pagos recibidos desde Soquimich. Además, tres ministros de suma confianza de Bachelet fueron nombrados por la Radio Bío Bío como receptores de aportes de SQM. La lista parece no terminar y las redes del gobierno con la minera son tan evidentes que cada estación del calvario de la Mandataria pareciera ser más insoportable.
El trabajo de la comisión creada por Bachelet para regular la relación de la política y los negocios parece anularse con cada paso en falso que da la estrategia comunicacional de La Moneda: el más evidente, es el que dio Samuel Donoso, el amigo del Ministro del Interior Rodrigo Peñailillo, que en el ejercicio de su profesión de abogado de SQM se agarró de las instituciones que pudo para evitar que el escándalo saliera a la luz pública.
Las paredes de Palacio susurran el cambio de gabinete como si fueran ataques de aviones y tanques, como si algo de la historia quisiera recordarle a la clase política las consecuencias de ambicionar tanto el poder.
Presidenta, es probable que haya mencionado su intención de renunciar, incluso a personas que ni siquiera son de su extrema confianza. Si la probabilidad fuera más cierta y menos probable, no entendemos ni logramos ponderar su intención de mencionarla.
Es probable que esté cansada e indignada. Nuestro llamado a usted es a no esperar la decisión de las instituciones: sea proactiva; ése es el mandato que tiene de nosotros.
Ni la ciudadanía ni el periodismo que nace en función de ella tienen paciencia para contener las consecuencias de la ambición. Presidenta: detenga la formación de esta Tangentópoli con la sinceridad que le ha estado ocultando a los medios tratando de protegerse de sus posibles ataques