Alrededor de 10 mil empresas serían afectadas por una eventual alza tributaria
El Ministro de Hacienda ha planteado la posibilidad de financiar parte del plan de reconstrucción con un alza de impuestos que no afectaría ni a Pymes ni a personas naturales, sino a las grandes empresas.
Alejandro Sáez
Aunque no estaba en el programa de gobierno, el terremoto abrió la caja de Pandora de la discusión tributaria. El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, planteó una eventual alza de impuestos para financiar los altos costos de la reconstrucción. Como en el debate aparecieron detractores y partidarios, "El Mercurio" revisó cuál es la realidad de los impuestos en Chile. Y encontró varios datos interesantes.
El ministro ha manifestado que las Pymes y las personas no se tocarán, sino sólo las grandes empresas. Según el Servicio de Impuestos Internos sólo cerca de 10.400 empresas entran en la categoría de grandes. En su página de internet, este organismo clasifica a las sociedades de acuerdo a su nivel de ventas. Las grandes sobrepasan una facturación de 100.000 unidades de fomento anuales (alrededor de US$ 4 millones). Otras 890 mil son medianas o pequeñas, según los criterios de este ente fiscalizador.
El análisis de los tributos también revela que Chile sigue siendo un país relativamente pobre. ¿Cómo se mide eso?: el 82,6% de los ingresos de las personas no paga impuestos directos. "Eso demuestra lo baja que son las rentas en el país", afirma el economista de Aserta Consultores, Hernán Frigolett. "En los países más desarrollados los impuestos directos (a la renta) son más altos que los indirectos (como el IVA) porque el nivel de ingresos individuales es mucho mayor", dice Pablo Vera, socio de tax and legal de Deloitte. De hecho, sólo 16.898 personas pagan la tasa marginal más alta del 40%.
El impuesto que no ha entrado en el debate es el IVA. Es el más importante, porque aporta el 48,5% de los ingresos tributarios en un año. En Chile, la tasa es del 19%, lo que es similar a los países europeos, pero más alta que naciones como Corea del Sur (10%), Japón (5%) y Malasia (10%).
El sistema tributario se fue rediseñando desde fines de los setenta y los ochenta con el objetivo de promover la inversión. Con ajustes temporales en el tiempo, se estableció una tasa relativamente baja.
Hoy esa tasa está en 17%. Este nivel, según escribió el mismo ministro de Hacienda Felipe Larraín cuando era columnista de "El Mercurio", es equivalente a la de Estados Unidos en la década de los cuarenta, cuando esa nación mostraba niveles de desarrollo equivalentes al Chile actual. Es más reducida que el promedio de los países industrializados y mayor que la de naciones como Singapur.
Por eso, elevar el impuesto a las empresas no es tarea sencilla. "Mi mundo ideal es que el impuesto a las empresas se mantenga tal cual. Pero frente a la emergencia, tal vez sea necesario subir la tasa marginalmente y mejorar el sistema de donaciones que es muy malo", dice Pablo Vera de Deloitte.
Pero hay algunos sectores enemigos de los impuestos por los efectos indeseados que generan. Para Bettina Horst, subdirectora de Libertad y Desarrollo, "plantear la discusión sobre los impuestos enreda el tema del financiamiento de la reconstrucción. Hay que conocer primero el cronograma de gastos a través de los años y diseñar fórmulas creativas de financiar el proceso. De ellas, el alza de impuestos es la menos novedosa", plantea.
Otros expertos han contraargumentado que un alza a las empresas recaudaría muy poco por punto porcentual.
Sin embargo, Hernán Frigolett es de quienes creen que se puede subir la tasa al 19% y que ello rendiría US$ 350 millones. Poco, si se mira respecto de los US$ 30.000 millones que costaría la reconstrucción, pero mucho si, por ejemplo, ese dinero se utiliza para pagar los intereses de una deuda de US$ 4 mil millones, en el mercado interno, a una tasa de UF+4%.
PROPUESTA
Algunos economistas como Hernán Frigolett proponen elevar el impuesto al 19%.
El esquema tributario chileno está pensado para que quienes paguen sean finalmente las personas. El impuesto a las empresas es bajo para promover que los recursos se reinviertan. En cambio, la tasa máxima a las personas es alta, para que se desincentive cuando los dueños de las firmas hacen retiros de sus sociedades. Por eso es importante para el buen funcionamiento del esquema local que la gente cumpla con el pago.
"En 1998, Impuestos Internos hizo un estudio caracterizando a la población, y el 9% de los chilenos aparecía como lo que se llamaba los 'caraduras', aquellas personas que estaban dispuestas a saltarse todas las reglas. Y había como un 25% de la población que eran los hombres buenos, aquellos que siempre cumplen. Se hizo ese mismo estudio en 2007. Los 'caraduras' subieron de 9% a 15% y los 'hombres buenos' bajaron de 25% a 20%. La población, en su conjunto, tiene hoy una mayor propensión a no cumplir", explicó el saliente director del Servicio de Impuestos Internos, Ricardo Escobar. A su juicio, los sectores de más ingresos no ven con malos ojos no pagar impuestos, porque no reciben grandes beneficios por lo que pagan.
En Chile, los sectores altos deben pagar impuestos, pagar por la educación, salud, el uso de las autopistas, tienen un impuesto específico a los combustibles por el uso del auto. Quizás el único beneficio se da a nivel del mejor entorno de las casas donde viven -sujetas a contribuciones- que están rodeadas de más luminarias y áreas verdes.
EVASIÓN
Según Escobar, los sectores de más altos ingresos no ven con malos ojos no pagar impuestos.
Saludos,
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