Resulta obvio para los que se han quedado sin empleo, principalmente en los últimos 3 años, que las redes sociales son un medio imprescindible para estar al tanto de las ofertas de empleo y ser candidato en los procesos de selección que inician empresas y headhunters.
El que tiene esta necesidad da el paso, se da de alta en varias redes sociales, y se pone a aplicar los interminables pasos que indican las más de 100 listas que hay que cumplir para encontrar trabajo en internet.
Hay otros para los que su necesidad de encontrar trabajo es menos acuciante que el miedo a perder su intimidad, a que le roben el código de seguridad, que suplanten su personalidad o que bajen una foto suya en postura poco decorosa de una noche loca.
Como Headhunter & Talentist dedico muchas horas a investigar en la red, a detectar el talento. Busco los mejores profesionales para cada empresa y asesoro a los profesionales para que aumenten su visibilidad mediante las técnicas de marketing y la tecnología disponible.
La consultoría de marketing personal no es sólo para cambiar de trabajo, puede ser para crecer en la misma compañía o para captar más clientes si eres un freelance o profesional por cuenta propia. Es para los que quieren pensar desde ya en su desarrollo profesional a largo plazo. Es buscar el queso antes de que se acabe (ya conocéis el famoso libro "¿Quién se ha llevado mi queso?").
Explicando mi actividad durante mis vacaciones en charlas de playa y toalla, he comprobado informalmente la realidad de los datos proporcionados por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI) y por la Consultora Tatum en mayo de 2010. En Extremadura, Murcia, Castilla León y Galicia hay menos internautas, menos cultura internet, y por lo tanto más miedos, mitos y leyendas sobre el significado real de las redes sociales y de la reputación personal on line.
Me he dado cuenta de que para aquellos que no tienen una extrema necesidad de buscar trabajo fuera de las Comunidades Autónomas de alta penetración de internet como Madrid, Cataluña o País Vasco, pertenecer a una red social profesional es algo que "sólo trae cosas malas y es una pérdida de tiempo".
Pero ¡CUIDADO!, porque no se trata de que la crisis pasará y que entonces no volveré a tener que buscar trabajo (y por lo tanto estar en una red social). Tampoco se tratará de que por ser funcionario (y por lo tanto empleado per seculam seculorum) sólo necesito del facebook para contactar con mis amigos del colegio.
Se trata de que la próxima generación vive on line, es digital. Y esa generación, que ahora tiene 10, 12, 20 ó 25 años, que juega a video-juegos en red y ocupa puestos de becarios en tu compañía, es la misma con la que competirás profesionalmente en diez o quince años, cuando todavía estés en activo y con la que te encontrarás en clara desventaja. Porque estos jóvenes respiran la tecnología, la aprovechan, y nosotros seguimos creyéndonos los mitos y leyendas (erróneos) que nos dan una excusa para no reciclarnos.
Una red social profesional es como pertenecer a un club social de los de toda la vida. Por eso, los mitos y leyendas de internet, al sacarlos de ese contexto y extrapolarlos a algo tan sencillo y tan cercano a nosotros pierden toda su fuerza y dejan de tener sentido. Espero que os resulte ejemplificador esta breve comparativa:
Red Social on line | Club Social | Conclusión |
Mito | Costumbre |
Si te das de alta pueden aprovecharse al ver tus contactos y a quién conoces. | Hay una lista de miembros, con los que coincides en eventos organizados para socializar | ¿Para qué si no es para conocer a gente te unes a un club o a una red social? |
Extraños pueden usar la información personal contra ti y atentar contra tu privacidad | Es raro que proporciones datos íntimos a otros miembros del club, salvo que sean conocidos tuyos | ¿Por qué aceptas extraños en tu red? ¿Invitarías a cualquiera a tu casa? ¿Abrirías tus álbumes de fotos personales a un desconocido? No lo hagas tampoco en una red social |
Los seleccionadores y tus jefes de la empresa pueden acceder a información comprometida (fotos en fiestas, etc) | Cuando haces una fiesta en casa ¿te desnudas y luego la cuelgas en el tablón de socios del club social? ¿Te dejas grabar borracho y lo proyectas en la sesión de tarde de la asociación? | Si ni se te ocurre hacer estas imprudencias en tu club, ¿por qué las cometerías en una red social? |
El desconocimiento de un nuevo medio suele dar lugar a errores, los individuos y comunidades forjan sus costumbres a base de comportamientos de "prueba y error". Hubo quién cometió las metedura de pata que dieron lugar a estos mitos, pero eso fue en el pasado y todos hemos aprendido de ellos. Igual pasó cuando aparecieron las cámaras de fotos, las grabadoras de vídeo, el teléfono
muchos hicieron alguna foto, video o llamada desafortunada, pero eso no les quita el valor a los avances.
Los primeros en incorporarse a nuevas olas han ayudado con sus errores a que otros mejoren su uso y experiencia. Y lo mismo ocurre con la tecnología y las redes sociales.
Desaprovechar las ventajas que proporcionan las redes sociales es una tontería, y sobre todo, un error, porque como hemos visto, el que no aprenda a utilizarlas en su beneficio quedará relegado por otros que sí lo harán, y sobre todo por jóvenes que con su frescura e intuición digital nos supondrán una dura competencia profesional en breve.
Muchas compañías están haciendo un gran esfuerzo por modernizarse incluyendo dentro de sus procesos la tecnología y el social media, aprovechando las ventajas que el conocimiento compartido puede aportar a sus negocios. ¿Crees que habrá opción para elegir si adaptarse o no la tecnología en un entorno competitivo?
Una última tendencia que quiero reseñar es la transformación en la radiografía profesional en España. A los asalariados y funcionarios se está sumando cada vez más otro tipo de profesional: el freelance, el consultor por cuenta propia, el profesional libre que trabaja por proyecto. A Abogados, arquitectos, economistas y diseñadores se suman consultores de todo tipo.
Las empresas han reducido plantilla y recurren a proveedores externos especializados. Profesionales que prefieren gestionar su tiempo y su conocimiento. Muchos de ellos pertenecen a la nueva generación, a la generación digital. Las encosertadas políticas de empresa y los horarios rígidos no van con ellos, pero eso no significa que no sean muy buenos en aquello que hacen, porque lo son.
¿Cómo se llega hasta ellos? El boca oreja ahora es internet, en las redes sociales demuestran su trabajo, se dan a conocer, se desarrollan y ganan visibilidad. Potenciales clientes buscan y encuentran estos proveedores, pero no en forma de nombre y apellido en una página web estática. Encuentran al profesional, su trabajo, sus recomendantes, la opinion de sus clientes y contactos que les refrendan (o no) y que ayudan a decidir si es el profesional que necesitan para ese proyecto.
Muchos de los actuales profesionales asociados a disciplinas no tecnológicas, como abogados o arquitectos, piensan que esto no va con ellos. La tradición que pesa sobre su profesión les hace menospreciar el poder, y sobre todo, la necesidad de ser accesible on line. Pero nuevamente será la nueva generación, para los que es obvio e incluso natural crear un espacio de interlocución de tú a tú con sus clientes, los que les harán sombra y se harán paulatinamente con el mercado. Un mercado que, como no, en unos años estará formado principalmente por la nueva generación digital.
Este no es un artículo pesimista, muy al contrario. Es francamente optimista. Porque la tecnología nos hace ser más productivos, crecer, aprender. Lo que pretendo es ayudar a romper miedos y barreras, y animar a los profesionales a potenciar su red social y su visibilidad profesional para que mejoren su competitividad en el mercado.
Los humanos necesitamos una razón para hacer las cosas. Y si el miedo hizo que muchos huyeran del ogro tecnológico desconocido, que sea pues el miedo a quedar fuera del mercado el que les impulse a romper sus prejuicios. No os centréis en mitos y leyendas erróneas, y temed realmente al daño que os puede hacer la ignorancia tecnológica.
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