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| La Nación |
Fotos: AP
La heredera del imperio hotelero más popular del planeta y rostro habitual de las revistas del corazón, Paris Hilton, cumplió la mitad de su condena y ya está en la calle.
Sonriente y saludando a las cámaras que se encontraban en el lugar, la joven de 26 años dejó la cárcel de mujeres de Lynwood, en Los Ángeles, donde permaneció durante tres semanas cumpliendo la pena por violar las leyes del tránsito de California. La reducción de la condena se debió al buen comportamiento de la modelo.
Su puesta en libertad fue tan cubierta como lo fue su condena y sus días en prisión, el final de la teleserie protagonizada por Hilton convirtió a los alrededores de la prisión de mujeres en una fiesta animada de toda la ciudad, iluminada por flashes de centenares de fotógrafos y medios de prensa.
La salida se produjo poco después de la medianoche donde apareció sonriente y escoltada por guardias de la prisión. Hilton caminó segura de misma, como una modelo de pasarela hasta la limusina donde se encontraban sus padres, Kathy y Rick Hilton.
Como un ejemplo de socialité, la joven había pasado antes por el servicio de la cárcel para cambiarse y sustituir la tenida de presidiaria por una camiseta blanca, chaqueta verde, algo de maquillaje y el pelo recogido en una trenza.
Por ahora, Hilton retoma la atención de sus fans, y obviamente de los paparazzi. Ayer fue perseguida por aire y tierra mientras se trasladaba junto a sus padres a la mansión de sus abuelos, situada en el elegante vecindario Holmby Hills de Los Angeles. Nuevamente, Hilton sale a llamar la atención, como tanto le gusta.
Rodrigo González Fernández
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