M. Soledad Vial
El jueves en la noche, de la mano de sus cuatro hijos, bajó la cumbre del cerro Santa Lucía, iniciando con una fiesta ciudadana su carrera por seguir otros cuatro años en la alcaldía más emblemática del país.
A contar del viernes, las jornadas del ahora candidato Pablo Zalaquett comienzan con mañanas de feria, consultorios, casa a casa por la tarde, visitas a grupos vecinales, en la noche, cuando algunos vecinos le abren su casa para comer, conversar "hasta que las velas no ardan, mi problema no es terminar, es hasta qué hora los vecinos resisten" dice riendo el hiperkinético político UDI, que el 2000 logró romper el feudo DC en La Florida y en la pasada elección, frenó las aspiraciones de Jaime Ravinet de regresar a la alcaldía de Santiago.
Zalaquett sabe que tanto gobierno como oposición siguen de cerca la "madre de las batallas" de estas municipales, pero dice sentirse tranquilo. "Estoy ganando bien" afirma aludiendo a encuestas que le darían ventaja sobre la ex diputada PPD, Carolina Tohá. Además de la incansable energía que lo ha hecho famoso, de una larga lista de proyectos e inversiones, confía en la gestión que dejará $ 1.300 millones en la caja de un municipio que acumuló una millonaria deuda a fines de los 90, "y en un contexto de terremoto y de múltiples problemas", no deja de recalcar.
¿Su desafío más duro? Los 106.000 nuevos santiaguinos que según el precenso llegaron a la comuna, que salen temprano a trabajar, vuelven a dormir y sienten menos el "Santiago Vivo" que el alcalde sostiene haber construido en estos últimos cuatro años.
-¿Su imitación de Kramer le juega en contra o a favor en esta campaña?
-La verdad no sé, sí me hizo extremadamente conocido. Si gané algo fue por mérito mío, la gente admira que haya tenido humor, que sea capaz de reírme de mí mismo, de haber hecho dos payas y un "iiii" al inaugurar las fondas. La gente siente que aquí hay un gallo que trabaja profesional e incansablemente, y por eso tengo mucho voto Concertación que reconoce mi gestión y los recursos que he traído a la comuna.
-¿Cuánta incertidumbre hay en esta elección, Tohá dijo que es la más incierta desde el retorno de la democracia?
-Me siento muy tranquilo y sanamente confiado en el triunfo, la razón principal no son las encuestas que me favorecen, sino el afecto y reconocimiento que recibo en todas partes y grupos de la comuna.
-Pero al frente tiene a otra "campañera", que conoce muy bien la comuna y tiene una larga carrera política.
-Justamente, nos movemos en dos mundos diferentes, ella en el de la política tradicional y se hace acompañar de políticos, y yo en el ciudadano. La campaña municipal tiene que ver con la gente, que me conoce por mi trayectoria social y mis 12 años de alcalde.
-Sin embargo, usted brindó con el Presidente y sus ministros en las fondas, entre ellos, Golborne que está al borde de la carrera presidencial y es su amigo.
-Siempre es el gobierno quien invita a la fonda oficial. Como anfitrión, obviamente estuve con los ministros que llegaron. El caso del ministro Golborne es distinto y se ha mitificado mucho, hay una amistad de 15 años, nunca habría pensado que estaría en la política.
-¿Piensa hacer campaña con él o acompañarse de otros ministros y personalidades de la Alianza?
-No puedo desechar que algunos ministros con los que tengo amistad antigua y que la gente ve como líderes, me acompañen, como Carolina Schmidt que fue mi compañera de universidad o Luciano Cruz-Coke con quien he trabajado en proyectos de cultura.
-¿Su intención de no presidencializar la elección es porque en la comparación Golborne-Bachelet ganaría la ex Presidenta?
-Esta es una campaña a alcalde de Santiago, no a Presidente de la República. Esa interpretación es de los medios de comunicación, no de la gente, que siente aprecio por ambas figuras.
-Pero un gesto público de Michelle Bachelet a Tohá, ¿no sería desequilibrante?
-Aunque no es mi candidata, tengo cariño y respeto por Bachelet, parte de mis logros como alcalde los conseguí en su gobierno, pero los votos no son endosables; de hecho, ella ya no pudo traspasarlos a Frei.
-¿Cuánto impacto tendrá esta primera medición electoral del gobierno de la Alianza, en la presidencial?
-Un buen resultado electoral y un número importante de alcaldes y concejales siempre ayuda, pero no es definitivo ni mucho menos, el que tiene que ganar es el candidato presidencial y la plantilla parlamentaria será muy importante.
-¿Por qué decidió repostularse como alcalde, entre la Florida y Santiago ya van 12 años, y no saltar al Congreso?
-Quiero consolidar este "Santiago Vivo" que les ofrecí a los santiaguinos hace cuatro años, completar un proyecto macizo con trascendencia en todas las áreas de la comuna. Soy un hombre de acción, un gestor, me gusta ser alcalde y el contacto con la gente, tuve posibilidades de ser diputado por La Florida y también senador después, pero ésta es mi vocación.
"Ningún gobierno le hace a uno la pega"
-Hablemos de su gestión, ¿cuáles diría que son sus fortalezas?
-No quiero que se mire mi gestión como un cúmulo grande de cosas hechas, esto es un proyecto comunal a 8 años con un desarrollo integral, un Santiago donde sea atractivo vivir. Para conseguirlo, entre otras cosas, me paseé por el CORE -que es mayoría Concertación-, por los ministerios de Educación, Salud, Interior y la subsecretaría de seguridad Pública, entre otros, y los $ 4.000 millones que recibía la comuna antes del gobierno regional hoy son $ 42.000 millones.
"Me propuse lograr un desarrollo armónico entre el casco histórico y los barrios, que los santiaguinos sentían postergados y donde invertimos 60% de los recursos; conseguir un 'Santiago vivo e integrado' que identificara a la gente con su comuna, regularizara y ayudara a los inmigrantes que quieren instalarse dentro de las reglas de la comuna; para los que no quieren vivir en paz estamos trabajando con la PDI y el Ministerio del Interior".
"También poner en la mente de las autoridades y la gente que Santiago ya no es una comuna rica y necesita del aporte externo para salir adelante, además de una intensa gestión financiera para revertir la partida de grandes bancos, compañías de seguros, oficinas de abogados".
-¿Pero un gobierno de derecha habrá ayudado a un alcalde importante?
-He trabajado más tiempo con gobiernos de Concertación que de Alianza, ningún gobierno le hace a uno la pega. Cuando tomé la comuna tenía ingresos por $81.000 millones y una deuda de $2000 millones que Alcaíno había ido pagando, la estoy dejando con entradas de $114.000 millones y $1.300 millones en caja. Eso me permitió destinar $16.500 millones a inversión física y duplicar el presupuesto social en 4 años.
-¿Qué pasó con la gestión de sus antecesores como Lavín y Alcaíno, también de la Alianza?
-Ellos heredaron una municipalidad con una enorme deuda que había ido creciendo hasta niveles históricos. Para mejorar gestión se necesitan fondos propios y externos, en lo primero logramos en un momento complejo después del terremoto y con marchas, aumentar sobre 10% las patentes; permisos de circulación sobre $1.000 millones, recuperar $ 1.000 millones al ordenar la "vía pública" donde están feriantes, suplementeros, mote con huesillo, maniceros, que hoy trabajan con Santiago Innova y la Casa del Emprendedor.
¿Cómo respondió a la fuerte inquietud de los vecinos por el abandono de los barrios y la proliferación de torres que rompen el patrimonio?
-Cuando llegué, sentí el malestar por el crecimiento inmobiliario desordenado que ha perjudicado la calidad de vida de los vecinos y no respeta el patrimonio. Me hice cargo del desequilibrio entre el casco histórico y los barrios donde pusimos 60% de la inversión. Con participación de los vecinos, dividimos la comuna en 3 zonas, hicimos modificaciones al plano regulador disminuyendo drásticamente las alturas, que ya están aprobadas y sólo queda el tramo final en la zona sur. Al mismo tiempo hemos declarado 226 inmuebles de conservación histórica, 4 zonas de conservación histórica, 6 monumentos y 4 zonas típicas.
-Su contendora sostiene que gasta mucho y los resultados son pobres en otras áreas como seguridad, salud y educación, por ejemplo.
-La seguridad es un tema transversal al país, en Santiago hemos hecho todo lo que está en nuestra mano. De los 50 carabineros que había hoy tenemos 300, hemos cambiado 50% de la iluminación y viene el 50% restante, convertimos las 50 cámaras de seguridad análogas en 125 digitales, aumentamos casetas de seguridad, patrullaje, hemos cerrado 60 casinos ilegales y ordenado el comercio ambulante. Según la última Encuesta Nacional de Seguridad de Carabineros hemos disminuido en 15% la delincuencia en la comuna.
-¿Y respecto del "rezago" en salud del que habla Tohá, en una comuna tan importante y populosa como Santiago?
-Si hay algo de lo que me siento exitoso es de mi gestión en salud, diría que la más exitosa en la historia de la comuna de Santiago. Me encontré con un solo centro de salud familiar, el Domeyko, y una red de estaciones pequeñas de barrio sin atención integral, laboratorios, odontología, rayos, cirugía menor, por primera vez hemos proyectado un plan integral y en sólo 4 años inauguramos el centro Arauco, en el sector sur poniente de la comuna, una verdadera clínica pública. El segundo centro está en licitación y ya estamos planificando el tercero y cuarto para mi segundo periodo, más uno de especialidades. A eso sumamos una red de unidades móviles de geriatría, oftalmología y sicología, y otra de ambulancias.
"En Chile estamos en deuda con la educación pública"
-¿Qué balance hace de marchas y tomas estudiantiles que agudizaron la situación de los liceos de la comuna, golpeados también por el terremoto?
-Más allá de que en Santiago están los liceos más emblemáticos y de mayor calidad, comprendo que en Chile estamos en deuda con la educación pública. Es tan obvio como que hace una década la matrícula en los colegios públicos bordeaba el 60% y hoy estamos cerca del 38%, además de la baja en la calidad y las tomas recientes. Comprendo la razón y fin último del movimiento, explota con fuerza en el "pingüinazo" del 2006, se forma una comisión que integro, hacemos propuestas y no ocurre nada. Tenía claro, y se lo dije a Joaquín Lavín cuando asumió como ministro, de que esto explotaría.
-Como alcalde de una comuna con importantes liceos públicos, ¿qué está haciendo para evitar que resurja nuevamente?
-Buscar de la forma más creativa posible allegar los mayores recursos y asociatividad para mejorar infraestructura, equipamiento y calidad de la gestión dentro de los márgenes que permite el Estatuto Docente. Me encontré con una infraestructura muy precaria e invertí $24.000 millones, de los cuales $20.900 millones son externos. Toqué todas las puertas de empresas, comercio, gremios, fundaciones y el extranjero, hasta convencí al presidente de la Ille de France, un antiguo socialista, comprometiéndome a acompañarlo al Museo de la Memoria para ver a Salvador Allende, cuando visitara Chile para inaugurar el Instituto Superior de Comercio (Insuco).
"Para introducir innovación pedagógica nos hemos aliado con fundaciones y universidades. Pero esto es de largo aliento, queda mucho por mejorar y la subvención no lo permite, financiamos el 33% de los sueldos de los profesores y este año vamos a perder más de $ 1.000 millones de subvención".
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
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