NATALIA OLIVARES Y TIAGO COSTAS
No marchó junto a los otros dirigentes de la Concertación porque llegó pasadas las 11:30 horas al acto -acompañada de su hija y del diputado Marco Antonio Nuñez (PPD)-, pero de todas formas recibió insultos, le tiraron monedas y le lanzaron agua. Así, la ex ministra y candidata a la presidencia del PPD, Carolina Tohá, apenas logró ingresar al perímetro del escenario, debiendo retirarse minutos después, incluso antes de que el presidente de la CUT, Arturo Martínez, subiera al podio e iniciara su discurso por el Día de los Trabajadores.
"Traidores" y "vendidos" fueron los epítetos más suaves con que los principales dirigentes y parlamentarios de la Concertación fueron recibidos ayer en su intento por asumir, por primera vez en años, un rol protagónico en las actividades convocadas por los trabajadores con motivo del 1 de mayo.
En un duro revés para la apuesta del conglomerado de reconstruir su alianza con el mundo sindical, como una forma de dar señales de fuerza frente al nuevo gobierno, los partidos opositores terminaron transformándose en uno de los principales blancos de ataque de los manifestantes.
Figuras como el presidente del PS, Fulvio Rossi; el vicepresidente del PPD, Guido Girardi, y el senador Juan Pablo Letelier (PS), que desde temprano habían comenzado a llegar hasta los alrededores de Estación Central para participar de la marcha junto al resto de los trabajadores, debieron soportar los insultos, escupitajos y hasta intentos de agresión de algunos grupos que le enrostraban a la Concertación el haberse distanciado de los trabajadores mientras ocuparon el Gobierno.
Uno de los más afectados por los embates de los manifestantes fue el líder del PS, Fulvio Rossi -que junto al presidente del PC, Guillermo Teillier, lideró la avanzada de la movilización, sosteniendo el lienzo de la CUT que exigía "un Estado social, democrático y solidario"-, quien debió sortear los empujones y gritos para llegar hasta el escenario instalado en calle Brasil. Letelier, en tanto, terminó con un chicle pegado en el pelo.
Aunque sólo se hizo presente en el lugar al momento del acto (se excusó de participar en la marcha por encontrarse participando de la homilía en la Catedral), la directiva de la DC tampoco logró eludir los ataques de algunos grupos. A su llegada, tanto el presidente de la colectividad, Juan Carlos Latorre, como el senador Jorge Pizarro se transformaron también en víctimas de empujones y abucheos.
Finalmente, tras las palabras de Martínez -quien aprovechó también para cuestionar el rol de los partidos de la Concertación en el triunfo de Piñera- vendría el espacio para los mea culpa concertacionistas.
"Si yo no quisiera escuchar las críticas de la ciudadanía no vendría. Justamente vengo porque quiero escucharlas y dar la cara, creo que cometimos muchos errores", afirmó Rossi, justificando su presencia, y añadió que está "totalmente de acuerdo (con las críticas) y las recojo. La gente no está contenta porque perdimos las elecciones, tenemos una gran responsabilidad. Sería de una miopía inaceptable que no nos diéramos cuenta de eso".
Sus palabras fueron compartidas tanto por Latorre como por la presidenta del PPD, Adriana Muñoz. "Estamos en deuda y hoy día hay que enrumbar la acción", dijo la diputada.
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