Ley de igualdad de género en EE:UU. impulsa participación femenina en los deportes
(Datos muestran los duraderos e importantes beneficios del deporte) (966)
Por Jeffrey Thomas
Redactor del Servicio Noticioso desde Washington
Washington - "En Estados Unidos a nadie se excluirá por razón de sexo de los programas o actividades de carácter educativo que reciban ayuda federal, no se le negarán los beneficios de dichos programas o actividades, ni se le hará objeto de discriminación con arreglo a ellos". Ley Patsy T. Mink de Igualdad de Oportunidades en la Educación.
En 1972, con la excepción de los colegios universitarios y universidades históricos afroestadounidenses, prácticamente ningún colegio universitario ofrecía becas deportivas a las mujeres. Los programas atléticos para la mujer generalmente consistían en poco más que permitirles participar en las cuadrillas de animadoras.
En las escuelas secundarias de Estados Unidos la situación no era mucho mejor: unas 300.000 chicas participaban en deportes, o sea 1 de cada 27. No tenían el mismo acceso a entrenadores que los chicos, sus instalaciones deportivas no se comparaban en cuanto a calidad y sus competiciones y partidos no recibían la misma atención ni recursos.
En 1972 se aprobó legislación sobre derechos civiles prohibiendo la discriminación por razón de sexo en las escuelas estadounidenses, tanto en materia académica como en cuestiones deportivas. Popularmente conocido como "Título IX," fue renombrado Ley Patsy T. Mink de Igualdad de Oportunidades en la Educación en 2002, tras la muerte de la congresista de Hawái, que fue su autora principal.
Mink se enfrentó a la discriminación en las tres universidades a las que asistió en las décadas de 1940 y 1950, y creía que se le negó la admisión en la facultad de medicina por ser mujer. "Al principio no quería estar en la política", dijo una vez a un periodista. "Quería ser una profesional, servir a la comunidad, pero entonces no contrataban mujeres. No poder obtener un trabajo en ningún sitio cambió las cosas".
Cuando se convirtió en la primera mujer de color y la primera mujer estadounidense de ascendencia asiática, elegida en 1964 como miembro de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, promovió los derechos de los inmigrantes, las minorías, la mujer y los niños. El Título IX fue el corolario de sus logros legislativos y su efecto en la participación de la mujer en los deportes ha sido profundo.
Hoy casi 3 millones de chicas participan en deportes en la escuela secundaria en Estados Unidos (alrededor de una de cada tres).
Según las estadísticas más recientes (2005), la Primera División de la Asociación Atlética Nacional Universitaria (NCAA) contaba con un promedio del 54 por ciento de mujeres y en 1990 el promedio era del 31 por ciento, según la NCAA y el Departamento de Educación de Estados Unidos. Entre 1971 y 2005, la participación femenina en deportes universitarios aumentó en 456 por ciento.
La Primera División, el nivel más alto de los miembros de la NCAA, exige que los colegios o universidades patrocinen al menos siete deportes tanto para mujeres como para hombres (o seis para hombres y ocho para mujeres) y que tengan dos equipos deportivos para cada género.
Se exige a las universidades estadounidenses dar las mismas oportunidades para la participación en los deportes a ambos sexos y que se les otorguen la misma cantidad de becas deportivas. También deben tratar del mismo modo a los equipos de hombres y mujeres en cuanto a la asignación de recursos, la programación de actos, publicidad y acceso a entrenadores.
Aunque entre el público estadounidense el Título IX es muy popular, no ha dejado de ser controvertido.
"El Título IX ha eliminado barreras para la participación de la mujer en los deportes, pero también ha causado daños, en parte porque ha llevado a la adopción de un sistema destructivo de cuotas", escribió Christina Hoff Sommers, académica residente en la institución American Enterprise Institute, una organización de investigación de políticas de tendencia conservadora con sede en Washington.
Según ella, las universidades que no pueden atraer la misma cantidad de hombres y mujeres para que participen en los deportes suelen eliminar los equipos de hombres para evitar el castigo del gobierno, los recortes de fondos y las demandas judiciales.
En un informe reciente de la Coalición Nacional para la Educación de Mujeres y Niñas se halló un "impresionante progreso", pero también se estableció que "queda mucho por hacer, ya que las pruebas muestran que las niñas y las mujeres continúan sufriendo discriminación en muchas actividades educativas, y suele ser de una forma más sutil que antes de que se aprobara el Título IX".
El informe también sostiene que "al contrario de lo que las críticas" indican, las oportunidades para que chicos y hombres practiquen deportes han seguido incrementando desde 1972, aunque a un ritmo más lento que el de las chicas y las mujeres, que tenían muy pocas oportunidades antes del Título IX."
La participación en los deportes no es una trivialidad. Las investigaciones muestran que los beneficios de tal participación son importantes y duraderos.
Un estudio publicado en 2007, por ejemplo, mostraba cómo el participar en un equipo deportivo de escuela secundaria tenía efecto en mejorar las posibilidades de que una joven finalizara sus estudios en el colegio universitario en un 41 por ciento.
"Si la meta es que las chicas adquieran una educación superior, nuestros hallazgos favorecen la idea de que las chicas participen en deportes en la escuela superior", dijo Mikaela Dufur, profesora de sociología en la Universidad de Brigham Young en UTA y coautora de la investigación.
Un estudio de 2002 mostró que los deportes ayudan a los estudiantes a mejorar su expediente académico en la escuela secundaria más que ninguna otra actividad extraescolar. Reducen el uso de drogas ilícitas, mejoran la salud, las calificaciones, incrementan la confianza y hay otras investigaciones que han hallado más beneficios.
El texto completo ( http://www.ncwge.org/PDF/TitleIXat35-summary.pdf ) (en inglés) (PDF, 12 páginas) del informe de la Coalición Nacional para la Educación de Mujeres y Niñas está disponible en el sito Web de la organización.
(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web: http://usinfo.state.gov/esp)
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(Datos muestran los duraderos e importantes beneficios del deporte) (966)
Por Jeffrey Thomas
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Washington - "En Estados Unidos a nadie se excluirá por razón de sexo de los programas o actividades de carácter educativo que reciban ayuda federal, no se le negarán los beneficios de dichos programas o actividades, ni se le hará objeto de discriminación con arreglo a ellos". Ley Patsy T. Mink de Igualdad de Oportunidades en la Educación.
En 1972, con la excepción de los colegios universitarios y universidades históricos afroestadounidenses, prácticamente ningún colegio universitario ofrecía becas deportivas a las mujeres. Los programas atléticos para la mujer generalmente consistían en poco más que permitirles participar en las cuadrillas de animadoras.
En las escuelas secundarias de Estados Unidos la situación no era mucho mejor: unas 300.000 chicas participaban en deportes, o sea 1 de cada 27. No tenían el mismo acceso a entrenadores que los chicos, sus instalaciones deportivas no se comparaban en cuanto a calidad y sus competiciones y partidos no recibían la misma atención ni recursos.
En 1972 se aprobó legislación sobre derechos civiles prohibiendo la discriminación por razón de sexo en las escuelas estadounidenses, tanto en materia académica como en cuestiones deportivas. Popularmente conocido como "Título IX," fue renombrado Ley Patsy T. Mink de Igualdad de Oportunidades en la Educación en 2002, tras la muerte de la congresista de Hawái, que fue su autora principal.
Mink se enfrentó a la discriminación en las tres universidades a las que asistió en las décadas de 1940 y 1950, y creía que se le negó la admisión en la facultad de medicina por ser mujer. "Al principio no quería estar en la política", dijo una vez a un periodista. "Quería ser una profesional, servir a la comunidad, pero entonces no contrataban mujeres. No poder obtener un trabajo en ningún sitio cambió las cosas".
Cuando se convirtió en la primera mujer de color y la primera mujer estadounidense de ascendencia asiática, elegida en 1964 como miembro de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, promovió los derechos de los inmigrantes, las minorías, la mujer y los niños. El Título IX fue el corolario de sus logros legislativos y su efecto en la participación de la mujer en los deportes ha sido profundo.
Hoy casi 3 millones de chicas participan en deportes en la escuela secundaria en Estados Unidos (alrededor de una de cada tres).
Según las estadísticas más recientes (2005), la Primera División de la Asociación Atlética Nacional Universitaria (NCAA) contaba con un promedio del 54 por ciento de mujeres y en 1990 el promedio era del 31 por ciento, según la NCAA y el Departamento de Educación de Estados Unidos. Entre 1971 y 2005, la participación femenina en deportes universitarios aumentó en 456 por ciento.
La Primera División, el nivel más alto de los miembros de la NCAA, exige que los colegios o universidades patrocinen al menos siete deportes tanto para mujeres como para hombres (o seis para hombres y ocho para mujeres) y que tengan dos equipos deportivos para cada género.
Se exige a las universidades estadounidenses dar las mismas oportunidades para la participación en los deportes a ambos sexos y que se les otorguen la misma cantidad de becas deportivas. También deben tratar del mismo modo a los equipos de hombres y mujeres en cuanto a la asignación de recursos, la programación de actos, publicidad y acceso a entrenadores.
Aunque entre el público estadounidense el Título IX es muy popular, no ha dejado de ser controvertido.
"El Título IX ha eliminado barreras para la participación de la mujer en los deportes, pero también ha causado daños, en parte porque ha llevado a la adopción de un sistema destructivo de cuotas", escribió Christina Hoff Sommers, académica residente en la institución American Enterprise Institute, una organización de investigación de políticas de tendencia conservadora con sede en Washington.
Según ella, las universidades que no pueden atraer la misma cantidad de hombres y mujeres para que participen en los deportes suelen eliminar los equipos de hombres para evitar el castigo del gobierno, los recortes de fondos y las demandas judiciales.
En un informe reciente de la Coalición Nacional para la Educación de Mujeres y Niñas se halló un "impresionante progreso", pero también se estableció que "queda mucho por hacer, ya que las pruebas muestran que las niñas y las mujeres continúan sufriendo discriminación en muchas actividades educativas, y suele ser de una forma más sutil que antes de que se aprobara el Título IX".
El informe también sostiene que "al contrario de lo que las críticas" indican, las oportunidades para que chicos y hombres practiquen deportes han seguido incrementando desde 1972, aunque a un ritmo más lento que el de las chicas y las mujeres, que tenían muy pocas oportunidades antes del Título IX."
La participación en los deportes no es una trivialidad. Las investigaciones muestran que los beneficios de tal participación son importantes y duraderos.
Un estudio publicado en 2007, por ejemplo, mostraba cómo el participar en un equipo deportivo de escuela secundaria tenía efecto en mejorar las posibilidades de que una joven finalizara sus estudios en el colegio universitario en un 41 por ciento.
"Si la meta es que las chicas adquieran una educación superior, nuestros hallazgos favorecen la idea de que las chicas participen en deportes en la escuela superior", dijo Mikaela Dufur, profesora de sociología en la Universidad de Brigham Young en UTA y coautora de la investigación.
Un estudio de 2002 mostró que los deportes ayudan a los estudiantes a mejorar su expediente académico en la escuela secundaria más que ninguna otra actividad extraescolar. Reducen el uso de drogas ilícitas, mejoran la salud, las calificaciones, incrementan la confianza y hay otras investigaciones que han hallado más beneficios.
El texto completo ( http://www.ncwge.org/PDF/TitleIXat35-summary.pdf ) (en inglés) (PDF, 12 páginas) del informe de la Coalición Nacional para la Educación de Mujeres y Niñas está disponible en el sito Web de la organización.
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Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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