-¿Cómo estuve hoy?
Le pregunta, a la salida de la radio Agricultura, a su guardaespalda.
Son las once de la mañana y la ciudadana Cecilia Pérez Jara, 39 años, acaba de terminar el programa "Las cosas por su nombre", que conduce junto a Fernando Villegas, con quien profundizan en la actualidad noticiosa. Debutó recién este lunes y, aunque a los auditores les gusta su voz, aún no se desprende totalmente del tono de vocera que adquirió como ministra del ex Presidente Sebastián Piñera. Falta que salga a la luz, en toda su magnitud, esa Cecilia "brava y encantadora", como se autodefine.
Su guardaespalda encuentra que estuvo mejor. Y no dice más, porque no es opinólogo sino un carabinero de civil con la misión de cuidarla. Así lo decidió el ministerio público y seguirá en su puesto hasta que el fiscal a cargo de investigar las amenazas que sufrió siendo intendenta y secretaria de Estado lo estime conveniente.
La abogada tiene tiempo hoy para llevar a diario a sus dos hijas (de 8 y 5 años) al colegio. Hace 17 días que abandonó su trabajo en La Moneda. La primera semana libre no pudo aprovechar la invitación de Piñera a Tantauco porque se dedicó a llevar a sus hijas al médico. Y la segunda partió con marido, hijas y papás a las Termas de Chillán.
Esta, la tercera semana fuera del gobierno, ya casi tiene copada su agenda 2014. Además del programa radial que satisface su entusiasmo por la comunicación, fue nombrada vicepresidenta de la fundación del ex mandatario, "Avanza Chile"; lo que por hoy copa su pasión por el servicio público. Y el próximo lunes, anuncia, inicia una nueva vida como académica. Esto último la llena de orgullo.
-No me di mucho descanso y ya estoy enfrentando desafíos. Debo haber sido la primera ministra de una universidad privada y, más allá del orgullo que me produce mi rol en la Universidad Andrés Bello, finalmente se da la posibilidad de poder reconocer el mérito de todos aquellos que somos de clase media, que a nuestros padres les cuesta educarnos, que hemos logrado sacar un título profesional a punta de esfuerzo y que hemos logrado llegar a los 39 años a la primera línea de la política.
Anda vestida de rojo y atrae la mirada de los clientes en el café, que se acercan a saludarla. Un turista español comenta: "En España a los políticos les tiran tomates en la calle".
No sabe que a Cecilia Pérez la amenazaron de muerte. Claro que ella hace la diferencia: esa es la violencia en los estadios, que ella combatió con fiereza; en la calle siempre la han abrazado, asegura: siendo intendenta, "con un abrazo protector", y después de ministra, "como amiga".
Lágrimas por las amenazas
A comienzos de mes formalizaron a un muchacho de 17 años, uno de sus últimos intimidantes. Las primeras amenazas las tuvo como intendenta de la Región Metropolitana.
-Fueron llamados telefónicos, mails... Y hoy día hay un fiscal que no solamente logra la identificación y formaliza a uno de los últimos autores de amenaza de muerte, sino que también está investigando el resto de las amenazas no solamente contra mí, sino contra Cristián Barra (su sucesor en la Intendencia), por el que hay formalizado un mayor de edad. Fueron amenazas de muerte severas, donde le decían que iba a terminar como Hans Pozo; vale decir, descuartizado. Entonces fue duro.
-Y cómo fue su primera amenaza telefónica?
-Fue a las diez de la noche del 25 de septiembre del año 2012, luego que de una reunión muy pequeña con dirigentes de Blanco y Negro se filtrara una decisión que consistía en borrar un mural de la Garra Blanca. Me llamaron a mi celular, se escuchaban muchas voces y una que me decía: "Si llegas a borrar el muro, eres mujer muerta". Sus padres se enteraron por el titular del día siguiente en "La Segunda", luego que el entonces ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, lo hubiera hecho público. El temor que vio en ellos la hizo llorar.
Cecilia nunca ha sido temerosa, y su marido la apoyó:
-Siempre recuerdo que siendo subsecretaria del Sernam, Carlos me dijo: "Yo creo que en algún minuto el Presidente te va a pedir que asumas otra responsabilidad. Lo único que te pido es que no sea la Intendencia. Vas a quedar muy expuesta".
Dos semanas después recibió un llamado del Presidente pidiéndole que asumiera la Intendencia.
-Yo le pedí unos minutos para poder conversarlo con mi marido y con mi ministra, que entonces era la Carolina Schmidt. Me dio cinco minutos y me dijo: "Yo llamo a la ministra, usted llame a su marido". Llamé a Carlos y me respondió que era un tema que ya lo habíamos conversado. "Pero tú sabes que no le puedo decir que no al Presidente", le refuté. Me pidió que lo conversáramos en la casa. "No tengo ninguna posibilidad, el Presidente me dio cinco minutos y ya llevamos tres", le contesté. Carlos se quedó en silencio y luego reaccionó: "Yo siempre te he respaldado y esta no va a ser la vez en que no lo haga". Entonces, nunca me reprochó, siempre estuvo al lado mío. Si se me cayeron algunas lágrimas con estas amenazas, él me decía que con mayor razón debía tener fuerza, había que luchar, porque la pelea que yo estaba dando era la de muchos que no tenían rostro.
Cree que valió la pena.
-¿Y la Garra Blanca estaba en su contra por las medidas que usted estaba tomando, o porque usted era de la "U"?
-No, porque también nosotros llevamos a juicio oral a dos líderes de Los de Abajo: al Anarkía y al Krámer. Hubo muchas querellas que presentamos contra distintas barras.
Los peores fuegos: De los amigos y de los enemigos
Cecilia Pérez no sólo fue brava con las barras. Durante la interpelación al ministro Harald Beyer, el entonces presidente del Senado Jorge Pizarro la increpó desde la testera del hemiciclo del Congreso, acusándola de haber insultado al senador del MAS, Alejandro Navarro.
-Era un proceso muy cargado de emoción. Sentíamos que había injusticia, que se estaba visibilizando el lado más sucio de la políitica con un hombre que venía del mundo de la reflexión, del análisis, que había aportado a gobiernos de la Concertación cada vez que se lo habían pedido, incluida la Presidenta Bachelet, y donde había sido muy maltratado.
Recuerda que cuando tomó la palabra el senador Navarro, uno a uno fue "insultando" a los ministros que fueron a apoyar a su entonces colega de Educación, que terminó destituido.
-Al ministro Chadwick lo presentó como símbolo de Chacarillas. A Cruz Coke le comentó: "Yo no sé si decirle ministro o director, la verdad es que usted no es nada". Y cuando llega el ministro Beyer, le dijo: "Ni siquiera sus colegas saben si se llama Harald o Harold; Bayer o Beyer; usted es... protector del lucro". Y a mí se me salió un chilenismo, que no justifico, que fue modular "huevón".
-¿Fue de los peores incidentes que tuvo?
-¿En cuanto a sentirme menoscabada en mi rol político y de mujer? No. Fue cuando el diputado Fidel Espinoza (PS) me insultó tratándome de imbécil luego que hice una crítica política a Michelle Bachelet. Y también el diputado Rincón, que hace pocas semanas me trató de tonta y algo más. Uno se da cuenta que si hubiese sido hombre, tal vez no hubiese tenido esos epítetos. Generalmente los que tienen menor análisis intelectual tratan de descalificar a las mujeres de esa forma.
-Y entre los "fuegos amigos", ¿cuál le afectó más: el de Allamand o el de Manuel José Ossandón?
-En lo humano, las críticas de Manuel José. Porque trabajé 6 años con él, porque lo quiero mucho, porque es un hombre que tiene mucha experiencia e hizo una de las gestiones más exitosas y dignas para los habitantes de Puente Alto. Estamos claramente distanciados, pero el cariño no se pierde de parte mía porque a él le debo mucho crecimiento político y profesional.
-A usted le gusta jugar fútbol. ¿Le gustaría enfrentarse a Francisca, la hija antropóloga y futbolista de Michelle Bachelet?
-¡Feliz! Yo soy arquera; creo que ella es defensa. Trataría de que no me metiera goles.
"Yo tengo esperanzas en Chahuán para dirigir RN"
Cecilia Pérez sigue militando en Renovación Nacional. Dice que las declaraciones más graves del "fuego amigo", fueron las de Andrés Allamand.
-Cuando el Presidente le pidió que asumiera el Ministerio de Defensa, le planteó: "Lo único que te pido es lealtad". Y la respuesta de Andrés Allamand fue: "Lealtad al mil por ciento". Cuando perdió las primarias hizo responsable primero de eso al Presidente y al gobierno. Y cuando perdimos finalmente la elección presidencial, decir que esta derrota electoral era del Presidente Piñera y del gobierno... Eso no se hace, porque es una falta de respeto y de lealtad no sólo hacia el Presidente, sino que a todos quienes compartieron con él no sólo un proyecto, sino un trabajo sin descanso, de emoción por los cambios que estábamos provocando, porque tengo la convicción de que nosotros hicimos un muy buen gobierno.
-¿Y no habrá sentido que lo dejaron botado, que el gobierno apoyó a Golborne y no a él?
-Andrés Allamand no es un niño. Es un hombre de trayectoria política. Y él, si se hiciera una reflexión profunda, se daría cuenta que quien perdió la posibilidad de ser el candidato único fue él.
Encontró "poco cristiano que le diera duro a Laurence Golborne". Y cuando no se sumó a la candidatura de Evelyn Matthei, "uno se da cuenta finalmente que lo que hace Andrés Allamand es velar sólo por su proyecto personal y no por un proyecto colectivo De modo que me siento muy lejana de su liderazgo".
-En las próximas elecciones de RN, todo indica que Cristián Monckeberg (candidato de Allamand) ganaría la presidencia del partido...
-Yo tengo esperanzas en Francisco Chahuán. Sin desmerecer los atributos de Cristián, que es mi amigo también. Yo veo en Francisco Chahuán un proyecto de inclusión, de reformulación de principios, y tengo mucha fe en que, si él puede concretar su lista, Renovación Nacional tenga un cambio profundo.
-Se dijo en un momento que "Amplitud" era el movimiento creado para Piñera 2018. Usted, que es íntima de Lily Pérez, ¿qué dice?
-Yo creo que hoy hay una convicción generalizada, más allá de voces aisladas, de que el gobierno y la figura del Presidente Piñera hay que cuidarlos mucho porque es, sin duda, el gran líder de la centroderecha. Y en eso se suma no solamente Amplitud; también Evópoli. Y una mayoría dentro de la UDI, y también voces importantes dentro de Renovación Nacional.
-Pero no necesariamente significa un Piñera 2018, ¿o sí?
-No, el Presidente lo ha dicho: que no está en sus planes repostularse a la Presidencia de la República, sino que a él le gustaría "que se generaran muchas flores, que crecieran muchas flores", dice él. Nosotros no sacamos nada, como hoy la Nueva Mayoría, de tener solamente una persona y no generar el crecimiento de liderazgos. Para que exista trascendencia, para que exista verdaderamente la posibilidad de tener muchos gobiernos nuestros, tiene que haber fortalecimiento de distintos liderazgos.
No cree en una "nueva derecha", sino en ampliar el abanico de la centroderecha con movimientos como Evópoli y Amplitud, para recuperar ese millón y tantos de votantes que permitieron tener a Piñera en la Presidencia. En lo personal, más allá de los liderazgos, ella cree en los proyectos:
-Y Renovación Nacional hoy tiene que volver a abrazar la meritocracia de la clase media, teniendo como principios básicos los valores; no los relacionados con la sexualidad, porque eso para mí no es un tema de valores: Un tema de principios es realmente cómo superamos la extrema pobreza; cómo a la clase media le damos más herramientas que no sólo sean su esfuerzo y su mérito; cómo hacemos realmente que el Estado asuma un rol subsidiario que fiscalice cuando tenga que fiscalizar, pero que también deje las libertades al emprendimiento y las que permiten la generación de nuevo empleos. No este Estado absolutista, totalitario, de retroexcavadoras, que pretenden destruir los cimientos de un país que hemos construido entre todos.
-¿Realmente cree que el gobierno de Michelle Bachelet va hacia un Estado absolutista?
-La frase del senador Quintana de la retroexcavadora no es una frase desafortunada, sino que realmente es un tema ideológico. Y veo que hay dos almas en la nueva Mayoría, y lo observo con preocupación: ¿Cuál va a ser el alma que finalmente va a primar: el alma absolutista de este Estado que hay que cambiarlo entero, que no permite que las libertades individuales tengan valor? Lo importante es saber cuál de las dos almas finalmente representa el sentir de la Presidenta Bachelet.