Para bailar tango se necesitan dos; para fijar el precio de la remolacha, también. Por un lado, los ejecutivos de Iansa, José Miguel Irarrázabal y Álvaro Prieto, por el otro los agricultores, liderados por Jorge Guzmán.
Mayo es el mes en que ambas partes se reúnen a negociar. Los primeros pasos consisten en hablar de los costos de producción. Los agricultores hablan de cuanto se ha encarecido todo en el último año, mientras en la azucarera intentan poner paños fríos. Para la última parte del mes se deja lo principal: cuál es el precio que Iansa pagará por la materia prima.
Sin embargo, para eso todavía falta un par de días. Mientras tanto, ni los industriales ni los agricultores muestran sus cartas.
"Esperamos que sea un valor que reconozca el costo extra que estamos pagando por insumos como los fertilizantes o la energía eléctrica", afirma Guzmán, presidente de la Federación Nacional de Productores de Remolacha.
"Llevamos 27% más de precontratos que a igual fecha del año pasado. Eso pasa porque la remolacha es un negocio interesante", retruca Álvaro Prieto, gerente agrícola de Iansa.
En la empresa confían en lograr entre 23.000 y 24.000 hectáreas. Los agricultores afirman que lo más seguro son 20.000 hectáreas y que la meta de la procesadora sólo se logrará "si el precio es muy bueno".
En el resto de los cultivos anuales, como el trigo, maíz o arroz, responsables de la mayoría de la superficie agrícola chilena, el comienzo del invierno también es tiempo de decisiones.
Aunque los agricultores de esos rubros no tienen la posibilidad de negociar un precio fijo con las empresas procesadoras, movimientos bruscos de entrada o salida todavía pueden producirse. Este período de decisiones en la siembra tiene elementos de sobra para volverlo un buen drama.
Apostar por crecer en un rubro o salirse de otro puede marcar la diferencia entre tener resultados azules o rojos al fin de la temporada 2012-2013.
Un productor de trigo puede verse tentado a emigrar a la ganadería por los excelentes precios de la carne. Otro tanto puede suceder con los de la cebada o avena.
"Tenemos tanta información que uno puede marearse. Lo mejor es sentarse con calma a analizar cuáles son las mejores propuestas que tiene el agricultor, pero hay que hacerlo con un ojo puesto en lo que sucede en el exterior, pues la crisis económica europea agrega incertidumbre", afirma Gastón Caminondo, presidente del Consorcio Agrícola del Sur (CAS).
A continuación algunos de los factores que marcarán las decisiones de siembra del año agrícola 2012-2013.
1 Incertidumbre con el dólar
¿Qué tienen que ver las fluctuaciones de la divisa norteamericana con los bolsillos de un maicero de Chimbarongo o un triguero de Nueva Imperial?
La respuesta: todo.
Chile tiene una de las economías agrícolas más abiertas del mundo. Eso significa que los precios internos están directamente relacionados con las vicisitudes de la Bolsa de Chicago, el corazón mundial de las transacciones de commodities. El punto central es que esos bienes se transan en dólares. Cambios en la cotización de esa moneda tienen el efecto opuesto en los bienes.
Un dólar más caro, es respondida por bajas en los commodities.
La semana pasada se hizo carne esa teoría. La crisis europea asustó a los inversionistas, que salieron a comprar dólares para refugiarse de la incertidumbre.
Como respuesta, las cotizaciones del aceite de raps canadiense bajaron 8% en solo dos días.
"La principal incertidumbre para este año agrícola no va a ser tanto desde el punto de vista productivo, sino que va a venir de los mercados financieros. Los productores vienen de un par de años de altos precios, por lo que pueden caer en un exceso de confianza. Mi recomendación a los agricultores es que operen con coberturas, seguros cambiarios, pues éste va a ser un año de alta volatilidad del dólar", explica Ricardo Baccarin, de la corredora de granos trasandina Panagrícola.
2 Optimismo triguero
Primero, las cifras sobre la mesa. El último informe del Ministerio de Agricultura de Estados Unidos, más conocido como Usda, sobre el stock mundial de trigo -lo que se guarda en los silos graneleros- indica que sería de 188 millones de toneladas, 4,5% menos que en la medición anterior.
La brecha no debería cerrarse en los meses que vienen, sino que todo lo contrario. El Usda proyecta que la producción mundial de trigo para 2012-2013 llegará a 677 millones de toneladas, 2,4% menos que su última estimación.
"Hay una tendencia al optimismo en el valor del trigo en Estados Unidos", afirma Eduardo Meersohn, gerente general de Cotrisa.
La principal carta para esa seguridad está en la tendencia alcista en los futuros de trigo en la Bolsa de Chicago, que la semana pasada registraban un alza cercana a 12% en la entrega a un año (ver infografía).
Para el ejecutivo de la empresa estatal hay espacio para un ligero aumento de la superficie triguera en Chile. Mientras que en los últimos 5 años el terreno dispuesto para ese fin oscila entre las 270.000 hectáreas y 280.000 hectáreas, esta temporada podría empinarse a las 285.000 hectáreas.
Ese exiguo crecimiento se debe a que, a pesar de las buenas perspectivas de precios, la zona triguera, básicamente la Novena Región, tiene opciones muy interesantes en el sector ganadero, por el alto precio de la carne, y por el auge del raps.
En todo caso, Gastón Caminondo, presidente del CAS, llama a los agricultores a no bajar la guardia.
"Hay dos elementos con los que hay que tener cuidado. Los costos de los insumos y la mano de obra están subiendo. El otro elemento clave es lo imprevisible de la política económica y agrícola argentina. El gobierno chileno va a tener que estar muy atento en los próximos meses para paliar las distorsiones de precio en el trigo que pueden llegar desde allá", explica el dirigente agrícola.
3 Maíz a la baja
Si el trigo se encamina a un año dorado, el maíz representa el otro lado de la moneda. Todo se debe a que la temporada de Estados Unidos marcha sobre ruedas. El área sembrada creció en 4,4% este año, debido a los buenos precios internacionales.
Además, después de un par de temporadas complejas en ese país, con exceso de lluvias primaverales en 2011, este año el clima está de perillas. Las siembras norteamericanas emergieron en cantidades récord. A comienzos de mes 32% ya lo había hecho, frente al promedio histórico de 12%.
Esos elementos elevaron las proyecciones del principal oferente mundial. El Usda espera para esta temporada una producción de 375,7 millones de toneladas en EE.UU., 20% más que en 2011. Las nuevas expectativas inmediatamente se reflejaron en los precios de los contratos a futuro (ver infografía).
En todo caso, la base de comparación son valores internacionales relativamente altos. Sin embargo, los maiceros chilenos alegan que esa tendencia no operó con igual fuerza a nivel interno en el último tiempo. Las empresas de carnes blancas, el principal poder comprador para ese grano en Chile, adujeron que debían competir con importaciones provenientes de Argentina, donde el maíz tiene un precio artificialmente bajo.
"Los altos precios de afuera no se han reflejado en lo que se paga en Chile. Aunque los precios no son malos, hay un diferencial en contra nuestra de casi 20%", reclama José Fabres, maicero de Chimbarongo.
En ese escenario, se espera una baja en la superficie del maíz nacional de entre 5 a 10% respecto de las 136.000 hectáreas sembradas el año agrícola 2011-2012.
4 Raps suena fuerte
La cuestión es simple. La demanda chilena por aceite de origen vegetal llega a las 300.000 toneladas, en el país producen entre 50.000 y 60.000 toneladas. Demanda hay de sobra, tanto para consumo humano como animal.
Por eso cuando los precios son buenos, como en la actualidad, hay una fuerte capacidad de respuesta de los agricultores. Según las empresas procesadoras, este año la siembra de raps debería rondar las 43.000 a 45.000 hectáreas, frente a las 37.000 hectáreas de la temporada 2011-2012. Buena parte del crecimiento se dará en las regiones de Los Ríos y Los Lagos.
La brecha entre la producción y la demanda, como es tradicional, va a ser suplida por las importaciones de aceite de raps canadiense y de soya argentino. El primero marca el techo y el segundo el piso de la banda de precios en que se mueve el aceite de raps chileno.
Teniendo en cuenta la incertidumbre de los mercados de commodities por la inestabilidad europea, este año ha crecido el número de agricultores que negoció contratos con las procesadoras a un precio fijo. "El 50% de nuestros productores tomaron esa opción", explica Alex Strodthoff, gerente general de empresas Agrotop.
5 Arroz estable
No tiene las grandes superficies del trigo o el maíz. Es más quitado de bulla que el pujante raps. A pesar de ese bajo perfil, el arroz cumple un papel vital para la economía agrícola de la frontera de la VII y VIII. Los agricultores de esa zona logran rendimientos sobre los 50 quintales en suelos de escasa calidad.
Afortunadamente, esos productores tendrán un horizonte tranquilo para 2012-2013, todo un lujo frente a la incertidumbre financiera mundial. De hecho, los precios internacionales se han mantenido estables en el último tiempo. El costo de internación de arroz largo fino paddy, el estándar con el que los procesadores chilenos fijan el precio pagado a los arroceros está a un tris de alcanzar los $16.000 el quintal, según los cálculos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrícolas, Odepa.
"Nos gustaría un precio más alto, que reflejara el aumento de costos de los agroquímicos, entre otros insumos, en el último año", explica Luis Contardo, presidente de la Federación Nacional de Arroceros de Chile.
En todo caso, los arroceros deberían beneficiarse de la tendencia al alza del dólar en los próximos meses, una de las dos variables que ocupa Odepa para calcular el precio referencial de internación.
Las fuentes consultadas por Revista del Campo estiman que para este año la superficie arrocera chilena debería moverse en torno a las 20.000 y 22.000 hectáreas.