El funcionario presentó en Beijing un informe conjunto del BM y el Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) del Consejo de Estado de China, que anticipa que el gigante sufrirá una paulatina desaceleración económica.
Sin embargo, resalta que tras haber superado a EEUU como principal exportador y fabricante global, volverá a ser la mayor economía del mundo en 2030, como lo fue entre los años 1500 y 1800.
El reporte recomienda reformas en la actividad empresarial, la tenencia de la tierra, el trabajo y el sector financiero, y pide fortalecer el sector privado, abrir los mercados a una mayor competencia e innovación, y garantizar la igualdad de oportunidades.
También advierte de las dificultades que plantean el envejecimiento y la reducción de la fuerza laboral, el aumento de la desigualdad, las tensiones ambientales y los desequilibrios externos.
"Los dirigentes de China han reconocido que el modelo de crecimiento del país, tan exitoso en los últimos 30 años, no funcionará en las décadas venideras", dijo Zoellick.
"Trampa del ingreso medio"
En su discurso en la capital china, el funcionario destacó el papel de los mercados emergentes en el crecimiento mundial, ya que fueron responsables en los últimos cinco años de dos tercios de la expansión económica.
"El desempeño económico logrado por China en los últimos 32 años ha sido excepcional: una tasa media de crecimiento del 9,9%; más de 600 millones de personas han salido de la pobreza", señaló.
Destacó que así se ha convertido en un país con un ingreso per cápita de US$ 5.000 anuales y ha alcanzado la condición de país de ingreso medio alto.
Sin embargo, señaló que el país debe hacer las reformas para evitar la "trampa de los países de ingreso medio", en referencia a las naciones que tras alcanzar esta etapa se han estancado y sido incapaces de convertirse en economías avanzadas, como le ha ocurrido a varios países latinoamericanos.
El funcionario destacó los factores favorables que presenta la situación de China, tales como "un alto nivel de ahorro, mano de obra abundante y con creciente grado de capacitación, grandes mercados", junto a "oportunidades externas, tales como la globalización, el acelerado crecimiento de otras economías emergentes, y nuevas tecnologías promisorias".
Hacia una economía de servicios
El informe anticipa una paulatina desaceleración del crecimiento chino, que a fines de la próxima década se reducirá a 5% anual, prácticamente la mitad del ritmo de los últimos 32 años.
El pronóstico adquiere relevancia, ya que diversos economistas señalan que el país debe crecer al menos a 8% anual para mantener el ritmo de creación de empleos (actualmente el desempleo urbano es de 4,1%) y mantener así la paz social.
También anticipa un aumento del peso del consumo sobre el PIB (de 48,6% en el período 1995-2010 a 66% en 2026-2030) y de los servicios (de 43% a 61,1%), lo que refuerza la idea de que China se transformará en una economía de servicios con gran importancia del consumo interno, ambas características de los países desarrollados.
Por lo mismo, anticipa un aumento del empleo en ese sector (de 34,1% al 59%) y una caída en la agricultura (de 38,1% al 12,5%).
También anticipa un menor papel de la industria (de 46,9% a 34,6%), lo que podría impactar en los precios de las materias primas a largo plazo.
Asimismo, se espera que haya una progresiva apreciación del yuan, que se transformará en una moneda internacional.