Claro está Raimundo Espinoza, presidente de la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC) y director de Codelco hace más de dos décadas, de la crítica situación que hoy día enfrenta la mayor productora de cobre del mundo. Recuerda que como trabajadores fueron los primeros que pusieron este punto en la mesa cuando el Estado no se manifestó con la fuerza necesaria a la hora de capitalizar la empresa. Por eso, Espinoza es claro: "Acá es el Estado el que no ha puesto ni una puta luca en Codelco", afirma, utilizando los mismos términos mencionados por el presidente ejecutivo de la estatal, Nelson Pizarro, el martes pasado, cuando al referirse a la situación de la compañía dijo: "No hay plata, viejo, entiéndeme, no hay un puto peso".
¿Qué lectura hace de las declaraciones que el martes realizó el presidente ejecutivo de la firma?
Me causa extrañeza el revuelo que han causado las declaraciones, porque nosotros como trabajadores dijimos que esta situación iba a ocurrir, porque a medida que esta empresa se ha venido endeudando, anticipamos que iba a llegar un momento en que la capacidad de deuda iba a ser insostenible.
¿Quién es el responsable de la situación que enfrenta la minera?
Desde nuestro punto de vista, aquí hay un responsable y es el Estado de Chile que no se preocupó de la empresa y la estrujó como una vaca lechera. Y producto de esta crisis hoy nos encontramos en una coyuntura que es compleja. Hoy se habla de que no hay lucas, pero acá es el Estado el que no ha puesto ni una puta luca en Codelco y eso que como empresa hemos entregado al Fisco más de US$ 110 mil millones en más de 40 años.
¿Por qué Nelson Pizarro recurrió a estas palabras si en la interna él ha transparentado la situación crítica de la compañía?
Estamos en una situación bastante compleja. Está el alto endeudamiento de la empresa y una decisión que tiene que tomar el gobierno sobre capitalizar a la compañía y hasta ahora no hay una definición clara respecto de eso. Ahora, eso no significa que producto de esta crisis los trabajadores vamos a entrar en una crisis de pánico y que vamos a cambiar nuestra forma de negociar. Nosotros vamos a defender nuestros contratos colectivos. Vamos a conversar con la administración y vamos a ponernos de acuerdo, pero no a cualquier costo.
¿Cree que sus declaraciones se dan en el contexto de la larga negociación colectiva que está viviendo Salvador?
Le han tratado de dar esa lectura, pero yo no las veo en ese contexto. Las veo en el contexto de la crisis que vive hoy Codelco, la que primero es una responsabilidad del Estado, porque se ha despreocupado y, peor aún, ha endeudado a la empresa y ha utilizado los recursos en otros lados.
¿Qué esfuerzo están dispuestos a hacer los trabajadores para sortear este escenario?
Nosotros siempre hemos estado preocupados de los costos y lo hemos hecho no sólo cuando el cobre ha estado bajo, sino también cuando los precios estuvieron altos. Hoy, nosotros estamos usando mejor nuestros tiempos muertos, estamos teniendo un mejor rendimiento de los equipos. En la jornada también se han hecho cambios. Hace 15 años, una jornada laboral de 12 horas no se podía hacer en Codelco y ahora hemos sido flexibles. Estamos trabajando en jornadas de 12 horas.
¿Dónde están usando esa jornada de trabajo?
En Gaby, Ministro Hales, Radomiro Tomic, Andina y en la fundición de Potrerillos. Pero ¿qué más podemos hacer nosotros? Se están haciendo muchas cosas, el año pasado firmamos un nuevo acuerdo con la administración y se está trabajando en ello, pero todavía no generan los resultados. Nosotros entendemos que hoy para poder manejar la empresa producto de las transformaciones que tiene, hay que hacer las cosas distintas de como se hacían hace 15 años, pero en Codelco hace falta algo mayor. Hace falta un acuerdo nacional entre Codelco, el gobierno y los trabajadores, si no esta cosa no resulta. Pero eso significa dejar muchas posiciones e intereses de lado.
Si lo comprenden, ¿por qué no aceptaron el último acuerdo para terminar el conflicto en Salvador?
Yo le quiero quitar dramatismo a la negociación de Salvador. Es una negociación colectiva reglada que está dentro del Código del Trabajo. Lo que estamos haciendo es discutir nuestro contrato, ver qué aspectos podemos mejorar y si no, entonces fijemos una nueva política. En Salvador estamos dentro de los plazos normales de una negociación reglada y que termina el 31 de agosto. Esperamos que en el transcurso de la próxima semana se presente una nueva oferta en la mesa y ahí decidiremos.
¿Esta situación se puede extremar el próximo año en Chuqui dada la realidad que vive la faena más cara de Codelco?
Hay que recordar que en la última negociación colectiva, los trabajadores hicieron un acuerdo en los contratos colectivos en término de la reducción de las dotaciones. En Chuqui tendrán que sentarse a la mesa, porque ninguna de las dos partes va a tratar de sacar ventaja. Van a construir un acuerdo, porque queremos tener estabilidad en el trabajo, queremos mantener nuestras conquistas (contratos colectivos) y queremos ver si hay solución respecto del tema económico.
En lo económico, ¿por qué ha costado tanto hacer entender a los trabajadores que los bonos millonarios se acabaron?
Creo que hay gente que lo entiende y gente que no lo entiende. Ahí va a depender de la capacidad de los dirigentes y de la administración para llegar a acuerdos. Acá lo importante no es el que gana más o el que pierde, lo importante es el empate. Cuando un partido está complicado y no se puede definir, lo más conveniente es que saquen un punto cada uno y nadie salga con la zanahoria diciendo yo gané.