Financiación pública anima las campañas presidenciales de EE.UU.
(Campañas de McCain y Obama se acusan mutuamente de abusar del sistema) (1245)
Por Ralph Dannheisser
Corresponsal especial del Servicio Noticioso desde Washington
Washington - Cuando el contribuyente estadounidense presenta la declaración de impuestos, ve la siguiente indicación en la mitad superior del formulario: "Campaña presidencial: marque esta casilla si usted, o su cónyuge, si los cónyuges realizan la declaración conjunta, desea que se destinen tres dólares a este fondo".
Si bien tres dólares es una cantidad módica, el sistema de financiación pública que apoya podría entregar a cada uno de los candidatos presidenciales cerca de 84 millones de dólares en fondos de campaña.
Este sistema ha destinado decenas de millones de dólares a las campañas presidenciales de todos los ciclos electorales desde el año 1976. Sin embargo, la participación del contribuyente en este sistema en el que marca la casilla ha disminuido. La cantidad alcanzó su tope máximo de 71,3 millones de dólares en el año 1994, pero se ha visto reducida a 51 millones de dólares en el 2006. Según el Servicio de Impuestos Internos, cerca del 28,7 por ciento de los contribuyentes hizo una aportación al fondo en 1980, una cifra récord; pero el porcentaje se vio drásticamente al 9,1 por ciento en 2005.
La financiación pública se instauró para abordar inquietudes sobre la influencia cada vez mayor que tenían los grupos de interés en las elecciones, y para que los candidatos de los dos principales partidos políticos tuvieran mayor igualdad de condiciones.
Con tal finalidad, los candidatos republicanos y demócratas que participan en las elecciones generales reciben una cantidad fija, indexada a la inflación. A los candidatos de otros partidos que obtengan más del cinco por ciento del voto, también se les permite recibir esta ayuda, aunque será una cantidad más pequeña.
Los destinatarios de los fondos han de reunir las estrictas condiciones que estipula el Congreso. Tienen que comprometerse a no aceptar contribuciones privadas, a no gastar más de 50.000 dólares de su propio dinero, y a adherirse a límites de gastos. Sin embargo, las comisiones del partido y comisiones de acción política (PAC) que no coordinen sus actividades con las de la campaña del candidato pueden seguir recaudando fondos. (Véase "Las comisiones 527 ayudan a políticos con millonarias campañas informativas ( http://usinfo.state.gov/xarchives/display.html?p=washfile-spanish&y=2008&m=April&x=20080409112609liameruoy0.3016016 )").
Los candidatos que se presentan a las elecciones primarias presidenciales pueden recibir fondos públicos de contrapartida para contribuciones de particulares de hasta 250 dólares. Para ello, el candidato tiene que recaudar entre donantes particulares más de 5.000 dólares en 20 estados. Las contribuciones del partido y de las PAC no reúnen los requisitos para la contrapartida.
CAMPAÑA 2008 RESALTA PROS Y CONTRAS DE LA FINANCIACIÓN PÚBLICA
Los candidatos pueden aceptar fondos públicos u optar por no participar en el sistema y evitar los límites de las contribuciones y los gastos. Esa decisión ya ha desatado polémica en la campaña de 2008.
Al igual que muchos candidatos, Barack Obama, que encabeza la contienda para la candidatura del Partido Demócrata, decidió no aceptar fondos públicos en las elecciones primarias. En septiembre de 2007, Obama marcó "sí" en un cuestionario que le preguntaba si deseaba "participar en el sistema de financiación pública para las elecciones presidenciales" si así lo hacía su adversario republicano. Agregó que "intentaría de manera decisiva alcanzar un acuerdo... para conservar la financiación pública de las elecciones generales".
Hasta la fecha, Obama ha recaudado 234 millones de dólares de donantes privados, lo cual es una cifra récord que indica que el senador por Illinois podría recaudar más dinero si no optara por recibir financiación pública. Aceptar fondos públicos, "presenta a los candidatos algunas decisiones difíciles en lo que respecta al modo en que desean avanzar, si desean competir en la mayor cantidad de estados posibles", dijo Obama en abril.
Los detractores de Obama sostienen que se está echando atrás en un compromiso que contrajo en un momento en el que no esperaba ganar la candidatura, ni mucho menos recaudar cantidades de dinero que han establecido un récord.
El presunto candidato republicano John McCain -que ha recaudado cerca de 75 millones de dólares a fecha de abril- ha intentado convertir el cambio en la posición que ha tomado Obama en uno de los enfoques de su campaña: "Dice una cosa, pero luego hace otra", declaró McCain, exhortando a Obama a que sea "fiel a su palabra al pueblo estadounidense".
McCain ha indicado en anteriores ocasiones que probablemente acepte los fondos públicos. No obstante, el 11 de abril declaró que si Obama rechazaba la financiación pública cabía la posibilidad de que él hiciera lo mismo.
Una editorial con fecha de 14 de abril en el diario The Washington Post decía que el posible cambio de postura de Obama "puede entenderse como táctica de campaña; el Sr. Obama está encima de una máquina de dinero que parece ser capaz de absorber ingentes cantidades de dinero que superan con creces el cheque federal". No obstante, agregó el Post que ello "le da una mala imagen al Sr. Obama".
Si Obama rechazara la financiación pública sería el primer candidato de uno de los partidos principales en rechazar fondos públicos para una elección general desde que se instituyera el sistema. La candidata demócrata Hillary Clinton no ha dicho si aceptaría fondos públicos para las elecciones generales.
LA POLÉMICA DE FINANCIACIÓN PÚBLICA QUE RODEA A MCCAIN
Cuando su campaña afrontó problemas de financiación en julio de 2007, McCain solicitó 5,8 millones de fondos de contrapartida que tenía a su disposición para su campaña en las primarias y pudo mantener a flote su campaña al solicitar un préstamo cuyo aval, según sus detractores, eran los fondos de contrapartida. Cuando más tarde mejoró la recaudación en su campaña, McCain intentó salirse del programa federal y de sus estrictas restricciones sobre los gastos. Sin embargo, la Comisión Federal de Elecciones (FEC) no pudo aprobar oficialmente su petición, debido a que cuatro de los seis cargos que conforman esta comisión están vacantes.
Funcionarios del Comité Nacional Demócrata (DNC) sostienen que el intento de McCain de retirarse sin la aprobación oficial del FEC contravino la Ley Bipartidista para la Reforma de Campañas de 2002, conocida como la ley "McCain-Feingold", en nombre de aquél y su copromotor demócrata, el senador Russ Feingold. El director ejecutivo del DNC, Tom McMahon, ha dicho que la polémica en torno a la financiación demuestra la "supuesta convicción de McCain de que las reformas que defendió se aplican para todos menos para él".
La FEC no puede actuar en este asunto ni en ningún otro porque la confirmación de los tres posibles comisarios del FEC en el Senado ha sido bloqueada por un estancamiento partidista en torno a uno de los candidatos al que se oponen grupos de los derechos civiles. (Véase "Comisión Federal Electoral regula las campañas presidenciales en EE.UU. ( http://usinfo.state.gov/xarchives/display.html?p=washfile-spanish&y=2007&m=November&x=20071107164101liameruoy0.8326227 )").
El 14 de abril el DNC presentó una demanda judicial contra la FEC para obligar a la agencia a investigar si McCain contravino las normas de financiación pública. McCain ya ha gastado más de los 54 millones de dólares que permiten las normas de financiación pública durante la temporada de elecciones primarias. El DNC sostiene que McCain tiene que seguir obedeciendo las restricciones que impone la financiación pública y no se le debería permitir gastar más fondos de las primarias.
Dado los desafíos que presenta, no está claro el futuro del experimento de financiación pública que ha existido durante tres décadas, pero por el momento sigue siendo una fuente importante de fondos de campaña para cualquier candidato que decida participar.
(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web: http://usinfo.state.gov/esp)
(Campañas de McCain y Obama se acusan mutuamente de abusar del sistema) (1245)
Por Ralph Dannheisser
Corresponsal especial del Servicio Noticioso desde Washington
Washington - Cuando el contribuyente estadounidense presenta la declaración de impuestos, ve la siguiente indicación en la mitad superior del formulario: "Campaña presidencial: marque esta casilla si usted, o su cónyuge, si los cónyuges realizan la declaración conjunta, desea que se destinen tres dólares a este fondo".
Si bien tres dólares es una cantidad módica, el sistema de financiación pública que apoya podría entregar a cada uno de los candidatos presidenciales cerca de 84 millones de dólares en fondos de campaña.
Este sistema ha destinado decenas de millones de dólares a las campañas presidenciales de todos los ciclos electorales desde el año 1976. Sin embargo, la participación del contribuyente en este sistema en el que marca la casilla ha disminuido. La cantidad alcanzó su tope máximo de 71,3 millones de dólares en el año 1994, pero se ha visto reducida a 51 millones de dólares en el 2006. Según el Servicio de Impuestos Internos, cerca del 28,7 por ciento de los contribuyentes hizo una aportación al fondo en 1980, una cifra récord; pero el porcentaje se vio drásticamente al 9,1 por ciento en 2005.
La financiación pública se instauró para abordar inquietudes sobre la influencia cada vez mayor que tenían los grupos de interés en las elecciones, y para que los candidatos de los dos principales partidos políticos tuvieran mayor igualdad de condiciones.
Con tal finalidad, los candidatos republicanos y demócratas que participan en las elecciones generales reciben una cantidad fija, indexada a la inflación. A los candidatos de otros partidos que obtengan más del cinco por ciento del voto, también se les permite recibir esta ayuda, aunque será una cantidad más pequeña.
Los destinatarios de los fondos han de reunir las estrictas condiciones que estipula el Congreso. Tienen que comprometerse a no aceptar contribuciones privadas, a no gastar más de 50.000 dólares de su propio dinero, y a adherirse a límites de gastos. Sin embargo, las comisiones del partido y comisiones de acción política (PAC) que no coordinen sus actividades con las de la campaña del candidato pueden seguir recaudando fondos. (Véase "Las comisiones 527 ayudan a políticos con millonarias campañas informativas ( http://usinfo.state.gov/xarchives/display.html?p=washfile-spanish&y=2008&m=April&x=20080409112609liameruoy0.3016016 )").
Los candidatos que se presentan a las elecciones primarias presidenciales pueden recibir fondos públicos de contrapartida para contribuciones de particulares de hasta 250 dólares. Para ello, el candidato tiene que recaudar entre donantes particulares más de 5.000 dólares en 20 estados. Las contribuciones del partido y de las PAC no reúnen los requisitos para la contrapartida.
CAMPAÑA 2008 RESALTA PROS Y CONTRAS DE LA FINANCIACIÓN PÚBLICA
Los candidatos pueden aceptar fondos públicos u optar por no participar en el sistema y evitar los límites de las contribuciones y los gastos. Esa decisión ya ha desatado polémica en la campaña de 2008.
Al igual que muchos candidatos, Barack Obama, que encabeza la contienda para la candidatura del Partido Demócrata, decidió no aceptar fondos públicos en las elecciones primarias. En septiembre de 2007, Obama marcó "sí" en un cuestionario que le preguntaba si deseaba "participar en el sistema de financiación pública para las elecciones presidenciales" si así lo hacía su adversario republicano. Agregó que "intentaría de manera decisiva alcanzar un acuerdo... para conservar la financiación pública de las elecciones generales".
Hasta la fecha, Obama ha recaudado 234 millones de dólares de donantes privados, lo cual es una cifra récord que indica que el senador por Illinois podría recaudar más dinero si no optara por recibir financiación pública. Aceptar fondos públicos, "presenta a los candidatos algunas decisiones difíciles en lo que respecta al modo en que desean avanzar, si desean competir en la mayor cantidad de estados posibles", dijo Obama en abril.
Los detractores de Obama sostienen que se está echando atrás en un compromiso que contrajo en un momento en el que no esperaba ganar la candidatura, ni mucho menos recaudar cantidades de dinero que han establecido un récord.
El presunto candidato republicano John McCain -que ha recaudado cerca de 75 millones de dólares a fecha de abril- ha intentado convertir el cambio en la posición que ha tomado Obama en uno de los enfoques de su campaña: "Dice una cosa, pero luego hace otra", declaró McCain, exhortando a Obama a que sea "fiel a su palabra al pueblo estadounidense".
McCain ha indicado en anteriores ocasiones que probablemente acepte los fondos públicos. No obstante, el 11 de abril declaró que si Obama rechazaba la financiación pública cabía la posibilidad de que él hiciera lo mismo.
Una editorial con fecha de 14 de abril en el diario The Washington Post decía que el posible cambio de postura de Obama "puede entenderse como táctica de campaña; el Sr. Obama está encima de una máquina de dinero que parece ser capaz de absorber ingentes cantidades de dinero que superan con creces el cheque federal". No obstante, agregó el Post que ello "le da una mala imagen al Sr. Obama".
Si Obama rechazara la financiación pública sería el primer candidato de uno de los partidos principales en rechazar fondos públicos para una elección general desde que se instituyera el sistema. La candidata demócrata Hillary Clinton no ha dicho si aceptaría fondos públicos para las elecciones generales.
LA POLÉMICA DE FINANCIACIÓN PÚBLICA QUE RODEA A MCCAIN
Cuando su campaña afrontó problemas de financiación en julio de 2007, McCain solicitó 5,8 millones de fondos de contrapartida que tenía a su disposición para su campaña en las primarias y pudo mantener a flote su campaña al solicitar un préstamo cuyo aval, según sus detractores, eran los fondos de contrapartida. Cuando más tarde mejoró la recaudación en su campaña, McCain intentó salirse del programa federal y de sus estrictas restricciones sobre los gastos. Sin embargo, la Comisión Federal de Elecciones (FEC) no pudo aprobar oficialmente su petición, debido a que cuatro de los seis cargos que conforman esta comisión están vacantes.
Funcionarios del Comité Nacional Demócrata (DNC) sostienen que el intento de McCain de retirarse sin la aprobación oficial del FEC contravino la Ley Bipartidista para la Reforma de Campañas de 2002, conocida como la ley "McCain-Feingold", en nombre de aquél y su copromotor demócrata, el senador Russ Feingold. El director ejecutivo del DNC, Tom McMahon, ha dicho que la polémica en torno a la financiación demuestra la "supuesta convicción de McCain de que las reformas que defendió se aplican para todos menos para él".
La FEC no puede actuar en este asunto ni en ningún otro porque la confirmación de los tres posibles comisarios del FEC en el Senado ha sido bloqueada por un estancamiento partidista en torno a uno de los candidatos al que se oponen grupos de los derechos civiles. (Véase "Comisión Federal Electoral regula las campañas presidenciales en EE.UU. ( http://usinfo.state.gov/xarchives/display.html?p=washfile-spanish&y=2007&m=November&x=20071107164101liameruoy0.8326227 )").
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Saludos
Rodrigo González Fernández
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