Estoy verdaderamente con el corazón destrozado. Recorrí Constitución, Iloca, Talca, Curicó, Molina, San Rafael, Río Claro, y debo confesar que Nunca había visto lo que vi. Por eso creo que hay un antes del terremoto del 27 de febrero y un después.
Esto será una señal dramática en la vida de todos nosotros.
En los medios de comunicación se publicaron diversas críticas al Presidente del Senado, Jovino Novoa por haber convocado a una sesión especial para escuchar de boca del Ministro del Interior todo lo que se ha hecho y los pasos que está dando el gobierno para enfrentar la emergencia e ir en ayuda de los miles de damnificados.
Contrariamente yo creo que fue una decisión acertada y oportuna, porque nuestra actividad no es solamente electoral ni legislativa, es representativa,
Y cuando uno ve situaciones como las que hemos podido apreciar en las distintas regiones afectadas por el terremoto y el tsunami, no es posible callarlas ni menos hacerlas presentes en 15 días más. Eso me parecería un incumplimiento de la función parlamentaria
Es cierto que, en este drama había cosas inevitables. La brutalidad del terremoto en su intensidad era inevitable y no estamos acostumbrados ni menos preparados para algo de esta magnitud. Y, obviamente, todo lo que de ahí deriva parte de esa verdad esencial.
O sea, nos encontramos con una calamidad.
Pero junto a eso, yo tengo la convicción más absoluta de que había cosas evitables. Y ahí es donde yo creo que al Senado le corresponde advertir para corregir situaciones que en Chile no se pueden volver a repetir.
Lo primero, la alerta temprana.
Yo vi, la diferencia entre Iloca y Constitución. Estuve en el barro. En Iloca se destruyó el 80 por ciento de la ciudad y no hay ni un muerto -a la distancia, a metros de allá, se descubrieron el martes dos cadáveres, pero a la distancia-, porque un teniente de Carabineros -y es bueno decirlo-, cuando advirtió visualmente lo que ocurría, salió con un megáfono a recorrer la ciudad y a decirles y a obligarlos a que la gente subiera a los cerros. Y no hay, a consecuencias del tsunami, ningún fallecido, a diferencia de Constitución.
Estoy hablando a nombre de una comuna que ha perdido a 350 personas hasta ahora. Porque los que hemos estado allá sabemos que hay un número indeterminado de personas, probablemente turistas, que fueron sorprendidas, en su mayoría, por el tsunami. Y ahí han fallecido centenares de personas.
Lo que no entiendo, y el Senado tiene que determinarlo, es ¿qué ocurrió?.
Porque la Armada afirma que envió una alerta en su momento, y después un fax. Y la conversación con la Presidenta Bachelet respecto de si mantenía o no la alerta de tsunami fue 40 minutos después de ocurrido. O sea, es completamente irrelevante. El asunto es por qué si se había dado un aviso, a menos que alguien esté falseando, no se alertó al país. Y lo digo con el dolor de haber visto, muchos cadáveres
Los parlamentarios tenemos que llevar una respuesta más potente a nuestra zona y a nuestro país. No nos podemos quedar con una explicación de que hay simplemente una zona gris. Aquí no puede haber zonas grises.
Un segundo elemento evitable tiene que ver con la seguridad de las personas.
En Constitución, a mí me tocó ver el saqueo a cinco metros. No podía creerlo. Muchos vecinos no podían creer lo que estaba ocurriendo. Y vimos la absoluta incapacidad de poder enfrentar un drama que rompe la moral. Porque una cosa, es el terremoto físico, que mata a las personas y a la vivienda, y otra, el terremoto moral, que genera una inseguridad dramática en las personas que ahí estaban. Y eso, era evitable. Porque se evitó a partir del toque de queda y en el momento en que las Fuerzas Armadas, en cumplimiento de la norma legal, salieron a patrullar las calles.
Entonces, la pregunta es ¿por qué no antes?
El Ministro del Interior ha dicho que ahora hay 4 mil efectivos
Yo estuve el martes con el General Pesce y hablé el miércoles último y me informó que hay dos mil efectivos. O sea, hay 2 mil y no 4 mil como nos informó el Ministro del Interior en la Sala del Senado.
Y yo que fui testigo presencial, puedo decir que había personal perfectamente adecuado para haberlo decretado el mismo día sábado, o a más tardar el domingo. Porque ví como estaban las Fuerzas Armadas y Carabineros trabajando
Entonces, no nos contentemos con una respuesta de que: "mire, no se podía". ¡Se podía!
Y ahí es donde yo quiero que por lo menos determinemos cuál es la institucionalidad para este tipo de actuaciones. Qué cabe esperar respecto del futuro. Si las Fuerzas Armadas han cumplido una labor notable en estos días, reconocida por moros y cristianos, me parece que lo inteligente es ver por qué no se hizo antes y por qué no se evitó de esa manera decenas de destrucciones por conductas delictuales que hoy día el mundo chileno no puede y no alcanza a entender.
Y, en tercer lugar, la velocidad de respuesta.
Yo lo digo, y se lo dije al Ministro del Interior, estamos en el siglo XXI y estamos reaccionando como si estuviéramos en el terremoto de Chillán.
O sea, aquí la velocidad en un país moderno no tiene nada que ver con lo que hemos visto nosotros estos días.
Hay lugares amplísimos, y lo he preguntado a las autoridades, se ha llegado al 20 por ciento, hoy, al 20 por ciento de los afectados, y básicamente por el mundo privado, por el mundo de las iglesias, por el mundo de los clubes deportivos, por el mundo de las juntas de vecinos, por el mundo espontáneamente solidario que surge en Chile.
Pero no puede ser que a estas alturas en la Región del Maule Norte que yo represento en el Senado, tengamos 35 mil viviendas destrozadas. 15 mil de ellas sin ninguna posibilidad de recuperarlas, 10 mil en gravísima situación y 10 mil más en situaciones intermedias.
Entonces, estamos hablando de que hay cientos de miles de personas que hoy día están en los cerros de los distintos lugares sin carpa -hay una vaguada costera, los que hemos estado ahí lo hemos visto estos días-, sin alimentos, sin protección y viviendo muy precariamente.
Eso no es propio de un país que moderno, que se prepara teóricamente frente a las catástrofes.
Y dentro de este punto de la velocidad de respuesta, aquí no hay, no hubo ningún plan de emergencia. Yo pregunté dónde estaba el plan de emergencia. Estaba en la intendencia, y la intendencia se cayó. Guardaron el plan de emergencia en un edificio de 100 años. Claro, uno lo mira después. Y se acabaron las comunicaciones y se acabó todo
Entonces,, yo lo digo bien a fondo del alma. Hay muchas cosas que se pueden hacer. Reformar la ONEMI, la de hoy no sirve para los desafíos, para los terremotos a que el mundo está expuesto. Y eso lo hemos visto con dolor, con dificultad, con drama. Hay que incentivar la reconstrucción, hay que hacer muchas cosas.
No puede ser que las alertas tempranas de tsunami en Chile, que mataron a miles de personas, en la práctica no existan. No puede ser que la seguridad de las personas se entreguen a decisiones que al final se demoran tres días y generan un terremoto moral en los ciudadanos, y no puede ser que estemos con una velocidad de respuesta que deja a cientos de miles de personas hoy día en la indefensión
Eso es un drama que no es posible compatibilizar con el Chile que nosotros queremos construir