La situación es favorable para la energía nuclear
Por Andrew Paterson
Es probable que el extraordinario interés despertado por la energía nuclear conduzca, en un plazo de 10 a 20 años, a la construcción de las primeras centrales de energía nuclear en Estados Unidos en los 25 años transcurridos. Las expectativas de viabilidad económica de los nuevos proyectos de energía nuclear aumentan debido a varios factores:
Costos de producción competitivos y fiabilidad: En Estados Unidos, los costos de producción de la energía nuclear en las centrales actuales son ligeramente inferiores a los de las centrales activadas por carbón y casi una tercera parte de los de las que funcionan por gas, según los directorios privados y las bases de datos del Utility Data Institute. No obstante, esto se debe a que los gastos de bienes de capital de los 103 reactores de Estados Unidos son recuperados plenamente por sus propietarios. El precio del combustible de uranio-menos de medio centavo un kilovatio-hora -pese a su reciente subida, se ha mantenido más estable y mucho más bajo que los del gas. Además, el combustible de uranio proviene de aliados estables: Canadá y Australia, no de fuentes de suministro volátiles del Oriente Medio. Y el reciclado de material bélico ruso de la guerra fría suministra la mitad de nuestro combustible. Por último, las centrales nucleares funcionan constantemente, en toda condición meteorológica, lo que hace que sean la fuente más fiable de electricidad en gran escala.
Posibilidad de reducir los costos de construcción: El costo de construcción de las centrales nucleares es el más alto del sector de generación de energía en gran escala. No obstante, en los últimos años, ha surgido un mercado internacional de reactores nucleares. Los propietarios de centrales estadounidenses están estableciendo alianzas para hacer una serie de encargos de diseños uniformes certificados por la Comisión Reguladora de Estados Unidos (NRC), que debería provocar una reducción del precio de las unidades individuales. Al asociarse, las empresas de servicios públicos ofrecen a los vendedores de reactores y las empresas de obras de ingeniería una curva de ventas a lo largo de 20 años, lo que les permite contratar personal y encargar grandes componentes eficientemente. Con encargos múltiples, los gastos de capital de las nuevas unidades pueden experimentar reducciones de alrededor de 1.200 a 1.500 dólares por kilowat-eléctrico (kWe) de casi 2.000 a 2.300 dólares por kWe para las primeras unidades. En comparación, los gastos de capital de las centrales activadas por carbón son de cerca de 1.300 a 1.500 dólares por kWe (según, si someten el carbón a combustión o a gasificación), y los de las centrales que funcionan con gas son de alrededor de 600 dólares por kWe.
Previsibilidad de la licencia: La NRC ha modificado los trámites de concesión de licencias para centrales de energía nuclear-que la industria considera un "atolladero"-para hacerlas más previsibles, sin comprometer la seguridad. Las reformas de la NRC se pondrán a prueba en el futuro próximo, con ayuda del gobierno, en el marco del programa Energía Nuclear 2010 del Departamento de Recursos Energéticos. No obstante, a diferencia de las plantas "verdes" del decenio de 1970, los primeros nuevos reactores se añadirán a sitios nucleares existentes, en los que ya está en pie la infraestructura y que cuentan con el apoyo de la comunidad, sobre todo en el Sudeste.
Experiencia y diseño avanzado de centrales: En lugar de una variedad de diseños, la NRC certifica ahora sólo unos pocos diseños de reactor. Y lo que es más importante, el diseño y la construcción son ahora mucho más avanzados que hace 25 ó 30 años, cuando se encargaron los últimos reactores de Estados Unidos -antes de que existieran las técnicas de diseño automatizado asistido por computador/manufactura automatizada asistida por computador (CAD/CAM). Desde 1980, miles de horas adicionales de experiencia mundial han mejorado el proceso de diseño e ingeniería.
Financiación a cargo del gobierno: El apoyo del gobierno a los primeros pocos reactores-en garantías de préstamos, créditos fiscales a la producción y seguro federal contra riesgos para retrasos en los encargos-monetiza los ahorros de emisión de la energía nuclear y ayudará a la industria a hacer frente a las incertidumbres de las reglamentaciones fuera de su control. Los tipos de interés también son ahora considerablemente más bajos que a finales del decenio de 1970 (un tipo preferencial de 5 a 6 por ciento ahora, frente a 15 por ciento entonces). Se han cerrado más reactores a causa de los altos tipos de interés que por el accidente de Three Mile Island, en marzo de 1979.
Energía nuclear frente a gas natural: En el decenio de 1990, después de la promulgación de la Ley de Aire Limpio (Clean Air Act), el gas natural, relativamente barato, surgió como la opción no contaminante más popular. Los gastos de capital de la energía nuclear-que pueden ser el triple de los de las centrales activadas por gas-y otros factores, como el ciclo de construcción de cuatro a seis años, hizo que los inversionistas y las empresas de servicios públicos vieran pocos atractivos en la energía nuclear. Pero desde entonces, los precios del gas han aumentado de manera espectacular y han permanecido volátiles. Un estudio realizado en 2001 por el Electric Power Research Institute proyectó que la nueva capacidad nuclear podría ser económicamente viable si los precios del gas natural se mantuvieran por encima de 5 dólares por millón de unidades térmicas británicas (BTU). De hecho, los precios oscilan entre 8 y 12 dólares por millón de BTU para entregas en diciembre de 2006.
Andrew Paterson es socio de la firma Environmental Business International, especializada en datos de mercado e información de inteligencia estratégica para las industrias energéticas y ambientales (
www.ebiusa.com (
http://www.ebiusa.com/ )). Es también consultor de Technology Management Services, empresa especializada en la prestación de apoyo técnico a agencias federales, en particular el Departamento de Recursos Energéticos.
Las opiniones expresadas en este artículo no reflejan necesariamente la opinión ni la política del gobierno de Estados Unidos.
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