Un hombre
Estimado lector / a:
Difícil hablar de Don José de San Martín sin caer en lugares comunes.
Su mítica estatura, la proeza de Los Andes, estudiada en todas las academias militares del mundo, su desapego por los honores, su renunciamiento histórico, parecen increíbles de conjugar en un solo hombre.
Porque de eso se trata: un hombre.
La sola simpleza de la definición, alejada de la carga de ser un héroe, aumenta la admiración de quienes estudian su vida. Precisamente el ejemplo es lo que dejan como legado algunos pocos en la historia de la humanidad.
Su final, alejado de su tierra y, mucho más aún, de su logro por la libertad del continente sigue generando una culpa retrospectiva.
Solo, y lejos de su sueño...
Claro que parece imposible enderezar el pasado.
Más de uno de nosotros hubiera deseado, para él, un final lleno de honores en vida, más que todos los homenajes actuales. Estos días se plagan de artículos sobre el glorioso General en casi todos los medios.
Es bueno que así sea.
Pero de nada hubieran servido todas las palabras y discursos, si al menos uno de nuestros ciudadanos no entendiera su oportunidad; la oportunidad de seguir alguno de sus ejemplos, aunque más no sea en los pequeños actos de la vida cotidiana.
Los Masones decimos, cuando ingresa un miembro nuevo en Nuestra Orden, que quizás estemos iniciando al futuro Gran Maestre.
Por carácter extensivo, podríamos decir hablando de la vida de la República, que cada vez que nace un ciudadano, quizás estemos asistiendo el nacimiento del futuro San Martín.
Quizás con otros sueños y otras luchas, pero héroes al fin, nuestros hijos podrían ser en el futuro quienes logren avances para la humanidad.
Para ello será menester que el ejemplo continúe.
La transmisión del mismo deberá ser en absoluto responsable en cuanto a lo que mostramos, más que a lo que decimos. De nada sirve hablar de patria si no mostramos nuestra vocación para seguir las huellas de quienes la gestaron.
Nuestra República está creciendo y el crecimiento genera crisis.
Quizás no sea necesario librar aquel tipo de batallas que enfrentó el General, pero sí luchar por el medio ambiente; probablemente podamos obviar el cruce de la cordillera, pero no la búsqueda de soluciones para la pobreza, el hambre y la exclusión estructural.
Por supuesto podremos evitar el final en el exilio, pero no nuestra obligación de mejorar la educación como llave de la libertad.
Hagamos ese homenaje, sintamos a la patria como nuestra, fortalezcamos la República mejorando la calidad sus instituciones, formemos a nuestros hijos con valores.
También somos hombres.
En este año, en que la Masonería Argentina festeja su sesquicentenario, recordamos con orgullo a nuestro más ilustre iniciado, José de San Martín, General y Masón.
Dr. Sergio H. Nunes
Gran Maestre.
Rodrigo González Fernández
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