Una gran victoria de los ciudadanos y puerta abierta a un mundo mejor
Nota
Los políticos y sus medios de comunicación sometidos nos han engañado presentándonos a Trump como un seguro perdedor y como un candidato peligroso, cuya victoria pondría al mundo en peligro, pero la verdad es justo lo contrario: Trump será un buen presidente, entre otras razones porque no es un político y porque ha sabido triunfar en la vida competitiva y en los mercados. Su triunfo de hoy abrirá las puertas a un mundo distinto, que no puede ser peor al mundo miserable que nos han construido los políticos del actual establishment, injusto, violento, corrupto, desigual, engañoso y habituado a las guerras sangrientas y a la marginación y explotación de los ciudadanos.
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Cuando una cadena de televisión rusa me preguntó hace dos días quien ganaría en Estados Unidos, les dije que si los indignados y víctimas de la crisis acudían a votar, ganaría Trump. En la tarde del martes, cuando vi las colas en los colegios americanos, afirmé ya con claridad que ganaría Trump, como así ha ocurrido.
No es que uno sea más listo que los grandes medios de comunicación y los líderes políticos del mundo, que habían vaticinado erróneamente la victoria de la Clinton, sino que sabemos leer los signos de los tiempos y hace mucho que habíamos descubierto que los ciudadanos del mundo votan ya contra sus políticos porque los rechazan y odian el mundo que ellos han construido, así como sus privilegios, su arrogancia y sus injusticias y abusos. Esa "venganza" de los ciudadanos contra sus pésimos dirigentes políticos, constructores de un mundo sin valores ni grandeza, se ha plasmado ya en el sorprendente resultado del Brexit, el del referéndum de Colombia para la paz con la guerrilla y en la derrota inesperada de muchos gobiernos que parecían favoritos. La derrota de Hillary tiene las mismas raíces que lo que ha ocurrido en las urnas de España: la pérdida de cinco millones de votos por parte del PP y el PSOE , el auge de Podemos y Ciudadanos y la caída del bipartidismo.
Los ciudadanos están cabreados y quieren que los políticos arrogantes y corruptos muerdan el polvo.
Esa oposición ciudadana a los políticos, ese rechazo a la clase política que reflejan las encuestas, merecido porque ellos han construido un mundo injusto y deleznable y ni siquiera rinden cuentas de sus fracasos, se ha convertido ya en la gran fuerza transformadora del siglo XXI, en un tsunami que acabará con una era de violencia e injusticia, que restablecerá el valor de la democracia y que acabará con los abusos de una casta política insufrible.
La victoria de Trump, contrariamente a lo que se dice, sera una bocanada de aire fresco para el mundo y un tónico para la democracia, destrozada por nuestros políticos, que la han degradado y desarmado.
Trump será, probablemente, un buen presidente, entre otras razones porque no es un político y porque él, en el mundo competitivo de los negocios, ha demostrado que vale, no como nuestros burócratas y políticos profesionales, que lo único que han aprendido a hacer en sus vidas es embaucar a los ciudadanos con discursos atractivos y vivir del presupuesto a cuerpo de rey.
Francisco Rubiales Moreno
No es que uno sea más listo que los grandes medios de comunicación y los líderes políticos del mundo, que habían vaticinado erróneamente la victoria de la Clinton, sino que sabemos leer los signos de los tiempos y hace mucho que habíamos descubierto que los ciudadanos del mundo votan ya contra sus políticos porque los rechazan y odian el mundo que ellos han construido, así como sus privilegios, su arrogancia y sus injusticias y abusos. Esa "venganza" de los ciudadanos contra sus pésimos dirigentes políticos, constructores de un mundo sin valores ni grandeza, se ha plasmado ya en el sorprendente resultado del Brexit, el del referéndum de Colombia para la paz con la guerrilla y en la derrota inesperada de muchos gobiernos que parecían favoritos. La derrota de Hillary tiene las mismas raíces que lo que ha ocurrido en las urnas de España: la pérdida de cinco millones de votos por parte del PP y el PSOE , el auge de Podemos y Ciudadanos y la caída del bipartidismo.
Los ciudadanos están cabreados y quieren que los políticos arrogantes y corruptos muerdan el polvo.
Esa oposición ciudadana a los políticos, ese rechazo a la clase política que reflejan las encuestas, merecido porque ellos han construido un mundo injusto y deleznable y ni siquiera rinden cuentas de sus fracasos, se ha convertido ya en la gran fuerza transformadora del siglo XXI, en un tsunami que acabará con una era de violencia e injusticia, que restablecerá el valor de la democracia y que acabará con los abusos de una casta política insufrible.
La victoria de Trump, contrariamente a lo que se dice, sera una bocanada de aire fresco para el mundo y un tónico para la democracia, destrozada por nuestros políticos, que la han degradado y desarmado.
Trump será, probablemente, un buen presidente, entre otras razones porque no es un político y porque él, en el mundo competitivo de los negocios, ha demostrado que vale, no como nuestros burócratas y políticos profesionales, que lo único que han aprendido a hacer en sus vidas es embaucar a los ciudadanos con discursos atractivos y vivir del presupuesto a cuerpo de rey.
Francisco Rubiales Moreno
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
Diplomado en Gerencia en Administracion Publica ONU
Diplomado en Coaching Ejecutivo ONU(
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Santiago- Chile
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