Aborto: algunas pistas para un análisis con pro y contra
[El Nuevo Diario]
Francisco Ursua, QUITO, Ecuador, Junio 19, 2007
Hay pro y contra del aborto;
¡pero nadie dice que sea bonito![1]
Más bien es sórdido y, en un porcentaje decreciente de naciones del continente, está penado. Es clandestino y esto lo hace más sórdido aún, caro y riesgoso.
Pro:
son tres vidas, no una sola. Y dos de ellas están más avanzadas en su camino de salvación. La vida humana no es un absoluto: muchas personas no le conceden el derecho a la vida <<a un ser que no es aceptado por su madre, al que no se le reconoce un carácter humano, al que no ha sido o es ahora deseado o no ha sido procreado intencionalmente...>> (criterios relacionales sobre el comienzo de la vida humana)[2] ¡Es muy difícil querer lo que no querías! El feto ya siente el rechazo en el vientre de la madre, y el niño no deseado crece con cargas a veces intolerables para él mismo
Nadie puede negar que la realidad biológica existente desde la fecundación, el zigoto, es indiscutiblemente humana, pero esto no significa automáticamente como lo pretenden algunos autores- que se trate ya de un pleno ser humano cuya vida tenga que ser respetada absolutamente.>>[3]
el acto está en la potencia solo como potencia: lo que puede ser, todavía no es. Es muy triste dejar morir una semilla; pero la semilla no es el árbol
la píldora del día siguiente no es abortiva, porque solo impide la anidación. El embrión recién fecundado no es vida plenamente humana: no exhibe actividad cerebral.[4] No es viable
Contra:
la vida humana es sagrada desde el momento de la concepción hasta su término natural
el destino humano se prolonga [hacia atrás] hasta las fases precedentes del desarrollo embrionario, en el que ya existe un ser capaz de personalizarse.[5]
el acto ya está en la potencia: lo que puede ser, ya es (en este caso, un nuevo ser humano). Si matas la semilla estás matando el árbol
la píldora del día siguiente es abortiva, porque impide la anidación
tenemos que ser congruentes: si estamos en contra de la pena de muerte, tenemos que estar en contra del aborto[6]
¿Cuándo empieza la vida?
En el momento de la concepción, enseña la Iglesia Católica. Desde los 43 ó 45 días, el embrión ya exhibe actividad cerebral.[7]
Caso práctico y reflexiones
A los 16 años, después de una noche de copas, se va con el que no quiere y se embaraza. Y en caso de violación, ¿tampoco está presente la misericordia divina? (Pero no es necesario apelar a ella: un número importante de teólogos católicos opinan que puede ser legítima, en caso de violación, la aplicación inmediata de medidas antianidatorias dentro de las dos primeras semanas después del atentado. Se daría así prevalencia al derecho indiscutible de la mujer a no quedar embarazada violentamente, sobre el derecho a la vida del hipotético nuevo ser).[8] Otra pregunta: ¿la Iglesia Católica hace bien en seguir apoyando la penalización del aborto? ¿No han sufrido ya bastante los dos? ¿El castigo es justo y correctivo, cuando viene de una sociedad toda ella corrompida?
El magisterio de la Iglesia Católica
· La vida es inviolable desde el momento de la concepción.
La constitución Gaudium et spes del Concilio Vaticano II condena el aborto; pero su redacción original: <<la vida ya concebida en el útero ha de ser salvaguardada con el mayor cuidado>> fue modificada con <<desde la concepción>>, para evitar que la defensa de la vida solo fuese obligatoria a partir de la anidación. [El documento conclusivo de la 5ª reunión del CELAM en Aparecida en mayo del 2007, refrenda esta modificación];
· la discusión [que plantea Santo Tomás] sobre [el momento de] la recepción del alma racional queda en un segundo plano;
· el derecho a la vida del no-nacido se aplica incluso en las situaciones más dramáticas [léase violación, o niños no deseados o concebidos no intencionalmente];
· el legislador no está obligado a sancionar la violación de todo valor ético, pero sí de los que afecten al bien común,
como es el caso del derecho a la vida.[9]
Panorama legal mundial
El criterio más general del legislador es la viabilidad; pero la viabilidad (que el feto pueda vivir fuera del vientre de la madre, pues) es un criterio arbitrario porque depende de las tecnologías médicas disponibles: en el Reino Unido el aborto es permitido hasta las 24 semanas, porque recién se dio un alumbramiento exitoso de esa edad. En Portugal, antes de las 10 semanas no es penado. En España no es punible si el embarazo pone en riesgo la salud física o síquica de la mujer, o es el resultado de una violación.[10] En México capital recién se despenalizó hasta las 14 semanas, así como el uso de la píldora abortiva; en los Estados Unidos no hay límite desde que la Suprema Corte lo despenalizó en 1973, en el famoso caso Roe vs Wade.
Una buena solución intermedia
Si no lo quieren, denlo en adopción. -¡Se equivocaron! Les va a costar nueve meses a los dos; pero no la vida entera.
Sobre la prevención, o la continencia
· no se confíen del látex. Las fibras naturales dan un poco más de protección
· ¿descartan de plano la continencia, al menos hasta que encuentren un amor responsable? Sepan ambos que el recato <<a la antigüita>> también es seductor... No somos más hombres (ni más mujeres) por hacer así nomás lo que hacen otros y otras. ¡Piensen bien lo que hacen! ¡Se embarazan los dos, y los dos abortan. Si es eso, tan tremendo y tan triste, y que además deja huellas síquicas imborrables, lo que deciden hacer, háganlo pronto. Después de las seis semanas ya son muy fuertes los argumentos contra!
Dos miradas de altura
Umberto Eco dice que es cuestión de la mujer con su conciencia y con su Dios. El cardenal Martini, que ojalá nunca se le presente a la mujer este dilema.[11]
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1 Congregación Luterana Episcopal Adviento -San Nicolás, Quito, grupo de discusión de adultos, abril de 1998: Leslie Mortimer. Las puntualizaciones sin atribución de autor son mías, o de Radio Católica Nacional del Ecuador en diversas transmisiones a partir de 1995.
2 Javier Gafo, S.J., 10 palabras clave en bioética, Verbo Divino, 1994, pp 60-61, 86. Javier Gafo es licenciado en biología y en filosofía, y doctor en teología moral, profesor de teología y director de la cátedra de bioética de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid.
3 Javier Gafo, S.J., op. cit., p 61
[4] Javier Gafo, S.J., op. cit., p 59.
[5] José Ignacio González Faus citado por Javier Gafo, S.J., op. cit., p 72. Las inserciones entre corchetes [] son mías.
[6] Adolfo Pérez Esquível, Premio Nóbel de la Paz de 1980, citado por Javier Gafo, S.J., op. cit., p 89
[7] Javier Gafo, S.J., op. cit., p 59
[8] Javier Gafo, S.J., op. cit., pp 82, 83
[9] Javier Gafo, S.J., op. cit., pp 67-69; las inserciones entre corchetes [] son mías.
[10] Javier Gafo, S.J., op. cit., p 47. Conforme a la <<ley del aborto>> de 1985, se requieren la autorización expresa de la embarazada y el dictamen de un médico diferente del que practique el aborto, excepto en casos de urgencia, en que no se exige el cumplimiento de estos requisitos.
[11] Umberto Eco y Carlo María Martini, S.J., ¿En qué creen los que no creen?, Planeta, 1999, pp 38, 46. Umberto Eco es el gran semiólogo y novelista de fama universal, que además conoce bien el Evangelio. El cardenal emérito de Milán, Carlo María Martini, gran biblista, splendore de tempi nostri, fue papabile en la elección pasada (la del 2005).
Saludos
Rodrigo González Fernández
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