Por Miguel Paz
El motivo oficial de la visita de José Miguel Insulza a Chile la semana pasada fue asistir a la reunión del Foro Económico Mundial, que este año se realizó en Santiago, entre el miércoles y el jueves en CasaPiedra, al que también asistieron la Presidenta Bachelet y su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. Pero el paso del “Panzer” por la capital irremediablemente “presidencializó” la agenda política y copó todos los espacios.
Bajó las escaleras de La Moneda con Ricardo Lagos Weber, se reunió con los barones del PS, con Guido Girardi y la mesa del PPD, con Ricardo Lagos, con Soledad Alvear, le “pegó” a los senadores de la Alianza por el proyecto de depreciación acelerada, aclarándoles que su voto en contra no significa que se alejen del empresariado. Sin embargo, lo más contundente fue que el secretario general de la OEA confirmó sus aspiraciones presidenciales y fijó “octubre de 2008 como una buena fecha” para decidir su futuro.
Los efectos de sus visitas relámpago ya se hacen notar. Incluso en cercanos a Ricardo Lagos Escobar. El viernes, en una entrevista donde defendió a Lagos de las críticas de la oposición, el ex jefe de programación de La Moneda y cuñado del ex Mandatario, Pedro Durán, señaló que “Insulza sería un excelente Presidente”. Algo que podría interpretarse como la primera baja del laguismo.
El miércoles, después de almuerzo, Insulza tenía previsto asistir al Foro Económico Mundial, pero su apretada agenda se lo impidió (ver recuadro). Llegó a CasaPiedra cerca de las seis de la tarde, minutos antes del discurso de apertura del ministro de Hacienda, Andrés Velasco, y dejó el lugar pasadas las ocho de la noche, después de dar inicio a la sesión plenaria inaugural del foro con una charla. Entremedio de todo esto recibió a LND en un salón del centro de eventos, mientras su amigo Juan Gabriel Valdés se paseaba mirando el reloj con insistencia e Insulza se distendía antes de salir disparado a una cena privada para luego irse a dormir esa noche a la casa de su amiga y ex militante del MAPU Ana María Casanueva, porque le quedaba más cerca que la residencia de José Antonio Viera-Gallo.
“Uno no se puede encontrar con una amiga o con un amigo sin que crean que uno está complotando algo”, se queja el “Panzer”. “Lo ven con alguien y dicen [imposta una voz grave] ‘concertaron una reunión’”.
Como sea, desde que se bajó del avión, el ex ministro del Interior se instaló en Proyectamérica, el think tank que hasta hace poco comandó su más cercano compañero, el ministro Viera-Gallo. Luego partió a reunirse con Belisario Velasco en La Moneda y por la tarde participó en un acto del 50º aniversario de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), al que también asistió Ricardo Lagos, y de ahí no paró hasta su regreso a Washington el jueves.
En la actividad, que se realizó en el Patio de las Camelias del Palacio de la Moneda, la Presidenta Bachelet valoró el aporte de los profesionales de la institución y destacó entre ellos especialmente a Lagos e Insulza. “Permítanme felicitar a todos ustedes en nombre de dos de los más ilustres. Uno que ocupó la primera magistratura de Chile, Ricardo Lagos Escobar. Otro que encabeza la OEA, José Miguel Insulza”, dijo Bachelet en lo que fue interpretado por algunos como un “dedazo” de parte de la Presidenta y la luz verde para el inicio de la temprana carrera presidencial.
Aunque Insulza está consciente de que al igual que a Lagos y Alvear le conviene atrasar lo más posible la disputa presidencial, también entiende que para ser una carta segura debe subir en las encuestas, y eso sólo puede lograrlo con un pie en Washington y el otro en Santiago con visitas cargadas de reuniones y apariciones que le hagan potenciar su imagen en los sondeos de opinión.
Ni tan cerca que queme al santo, ni tan lejos que no lo alumbre. Esa parece ser la máxima que José Miguel Insulza sigue devotamente por estos días. Su permanencia en Washington, interrumpida por unas breves vacaciones que se tomó en Chile la primera semana de abril y por su estadía en Santiago entre el lunes y el jueves pasado, le ha permitido sostener en el tiempo su estrategia de “estar sin estar” para forjarse un camino como presidenciable de la Concertación.
Su salto al quinto lugar de la encuesta CERC sobre los políticos con más futuro lo ratifica, y el sondeo del CEP de diciembre pasado, en que Insulza fue incluido por primera vez desde que se fue a la OEA, también. “La vieja”, como le puso en los ’60 Jaime Ravinet “por rezongón”, ya no tiene de qué quejarse.
–Le molestaba no estar en la encuesta CEP.
–Nuncaaa. Lo dije en broma la primera vez nomás, porque de repente me pareció gracioso haber estado siempre en todas las encuestas y de repente no estar. Es una cosa muy chilena: uno se va de Chile y creen que desapareció del mundo. Ese fue el comentario que hice, pero no, no me molestó en absoluto.
–¿Nunca llamó al CEP o se lo comentó a Eliodoro Matte, que anduvo hoy en el foro?
–No, en ningún caso. Ni llamé a nadie para que me pusieran ni nada por el estilo.
–¿Qué sintió cuándo apareció en la encuesta CEP?
–Como había trascendido que yo estaba en la encuesta, me pareció normal. Mire, nunca me he calentado mucho con las encuestas, pero debo reconocer que me gusta cuando salgo. A todo el mundo le gusta aparecer en las encuestas. Pero tampoco hay que calentarse la cabeza con eso.
–¿Cuándo dejará la OEA para asumir su candidatura presidencial?
–No he dicho que lo vaya a hacer.
–En la encuesta CERC sobre los políticos con más futuro, usted está en el quinto lugar con un 11%, por debajo de Ricardo Lagos, Solead Alvear y Sebastián Piñera, que aparece en el primer puesto. De manera que la única opción que usted tendría para crecer electoralmente es venirse a Chile.
–Le voy a decir algo: yo creo que la campaña presidencial en Chile no va a empezar hasta después de la elección municipal. El que lance campañas antes hace una tontera, porque es prematuro y al mismo tiempo le hace un daño al Gobierno de la Presidenta Bachelet. Hoy día no está pasando nada que permita saber quiénes van a ser los candidatos en octubre o noviembre del próximo año.
–¿Ricardo Lagos pensará lo mismo?
–Yo creo que todos piensan lo mismo. Aquí no hay nadie corriendo, todavía. No sabemos quiénes van a ser los candidatos aún.
–En las últimas semanas usted se ha juntado en más de una ocasión con Ricardo Lagos. ¿Conversaron del tema presidencial?
–Me he reunido con el Presidente Lagos y hemos conversado de muchos temas, pero éste no lo hemos conversado a fondo.
–¿Cuál fue el acuerdo que estableció con Lagos en la última reunión que sostuvieron?
–No, esas cosas no pasan.
“SE CAMPAÑIZA TODO LO QUE HAGO”
–Por la unidad de la Concertación, ¿no sería mejor que el candidato presidencial sea un DC, considerando que los últimos han sido socialistas?
–Eso lo va a decidir la Concertación. No tengo ninguna ansiedad especial, no niego la posibilidad de examinar el tema, pero naturalmente siempre y cuando esa figura genere algún grado de unidad. No estoy para entrar en una pelea entre “ene” candidatos.
–El martes, usted se reunió con Soledad Alvear. La presidenciable de la DC dijo que lo “echó de menos” en el debate con Piñera del miércoles en el Centro Cultural de La Moneda.
–La verdad es que yo le debí haber dicho a Soledad que no iba a ir. Pero la decisión de no asistir la tomé en la noche, cuando vi la estructura del evento y efectivamente era una conferencia de prensa presidencial, mejor dicho, una conferencia de prensa política. Está bien que lo hagan Soledad y Sebastián, que son políticos que están en Chile. Pero no estaba bien que yo me fuera a meter ahí. Puede ser que deje caer de pronto un par de comentarios, y otra cosa es que uno ya se meta a hacer política activa en Chile.
–¿A quién ve como el mejor rival en la Alianza para la presidencial: Piñera o Longueira?
–Todos son buenos, por eso llegaron ahí. Aunque usted no lo crea, había mucha gente en el mundo nuestro que un año antes de la elección presidencial pensaba que Joaquín Lavín era pan comido y estuvo a punto de ganarnos. No hay que decir nunca cuál es mejor o cuál es peor.
–Longueira tampoco debatió entre Alvear y Piñera porque estaba resfriado. En los primeros meses de la Presidenta en el poder, Longueira se quejaba de que en el Gobierno no había con quién hablar, a diferencia de cuando usted era ministro de Lagos y conversaban diariamente.
–Nos entendimos muchas veces y yo le tengo aprecio por eso. Sobre todo porque la gente que dice que va a hacer una cosa y la hace merece siempre mi respeto. Longueira es un socio confiable y eso en la política es fundamental. La palabra empeñada tiene que ser central en la actividad política.
–El comunicado que usted envió recordando el acuerdo que suscribió con Longueira que prescribía al 2003 los delitos en el financiamiento de campaña, ¿fue un acto de campaña presidencial?
–No. Lo que pasa es que en eso participó mucha gente, pero toda la negociación la llevamos en un principio pocos. Entonces, yo llegué a la conclusión por el debate que veía en los diarios de que había mucha gente que parecía haber olvidado lo que habíamos acordado en esos años, y me pareció oportuno recordarlo. Hice las consultas, por cierto. Consulté con el Presidente Lagos, desde luego, me pareció lo mínimo. Pero no tuve ningún interés presidencial en ello. Por el contrario, si fuera por temas presidenciales, uno preferiría no meterse en ese lío.
–¿Qué le pasa al ver que sus venidas a Chile y su encuentro con amistades políticas irremediablemente “presidencializan” la agenda del país?
–Eso es malo, me carga. Yo trato de juntarme con muchos amigos. Me junto con amigos que a veces no son ni conocidos que se ríen y me dicen “por qué me ponen en los diarios a mí”. Trato de hacer mi vida normal, la misma que hacía cuando vivía en Chile. Pero parece que no hay muchas noticias o este tema presidencial en realidad se está vendiendo bien, porque se “campañiza” todo lo que hago. LND