EL DETERIORO DE LA GESTIÓN PÚBLICA
3 AÑOS DE ADMINISTRACIÓN "A MEDIAS"
DESTACADO: Al día siguiente del cumplimiento de los 3 años del gobierno de Michelle Bachelet, la presidenta decidió hacer un cambio de gabinete que refleja tanto las dificultades propias de su gobierno como las miserias de la Concertación. En 1.300 palabras resumiremos las lacras del gobierno para demostrar que, efectivamente, la única opción para que Chile vuelva a levantarse es la alternancia en el poder
Al día siguiente del cumplimiento de los 3 años del gobierno de Michelle Bachelet, la presidenta decidió hacer un cambio de gabinete que refleja tanto las dificultades propias de su gobierno como las miserias de la Concertación. En 1.300 palabras resumiremos las lacras del gobierno para demostrar que, efectivamente, la única opción para que Chile vuelva a levantarse es la alternancia en el poder.
EL ÚLTIMO CAMBIO DE GABINETE Y LA FORMACIÓN DE UN EQUIPO DE CAMPAÑAEl cambio de gabinete recién realizado implica que Bachelet duplicó la razón de ministros por años de gobierno de cada mandato, pasando a un promedio de 7 por año a 14.
En específico, la salida del Ministro de Relaciones Exteriores, Alejandro Foxley, además de representar nuevamente el distanciamiento de la DC de la línea socialista del gobierno, demuestra la incapacidad de la mandataria de unir a la Concertación en torno a su mandato. Belisario Velasco salió de Interior por las mismas razones que, finalmente, hicieron salir a Foxley.
Pero la salida del Ministro Secretario General de Gobierno, Francisco Vidal es también especialmente simbólica. Vidal fue subsecretario de Desarrollo Regional durante la campaña municipal de 2000 cuando la DC lo acusó de intervenir electoralmente a favor del PPD. Luego, en 2005 siendo también Segegob se produjo el escándalo en Chiledeportes sobre el cual respondió, ante la Cámara de Diputados, que esa entidad se manejaba sola, faltando a la verdad, al igual que hizo con su currículum. Es un Ministro que tiene, claramente, sus credenciales éticas mancilladas.
Pero, además, Francisco Vidal es premiado con los cambios, a pesar de que no cumple con los estándares que debe cumplir un funcionario público. A pesar de ellos, encarna además la figura del funcionario que, independiente de sus capacidades, da tumbos en distintas reparticiones, llegando, ahora, a Defensa, como si la Concertación entendiera que ese es un espacio similar al limbo donde se puede pasar, sin hacer gestión verdadera.
LOS RESULTADOS ECONÓMICOS DE ÚLTIMOS AÑOS
Los cambios recientes demuestran entonces dos serias lacras de la Concertación, las cuales han impactado sobre los indicadores de gestión y, desde ahí, sobre la suerte del país. Esto lo podemos ver tanto en relación con el desempeño macroeconómico del país, como en la gestión de las empresas públicas e incluso en sectores específicos, como educación y salud.
En materia de crecimiento, durante la administración Bachelet, Chile a duras penas supera el 5% de crecimiento (sólo el año 2007). La crisis atrapó al país con un crecimiento desmejorado, el que nunca volvió a ser el registrado previo a la crisis asiática. Para este año, las proyecciones más auspiciosas hablan de un crecimiento nulo. Específicamente, durante la administración Bachelet, el PIB siempre ha terminado creciendo menos (o bordeando el límite inferior) que las proyecciones de enero del mismo año (efectuadas por el Banco Central de Chile). El mínimo de crecimiento proyectado para 2006 fue de 5,25 y obtuvimos un 4,3. Para 2007 fue de 5 y crecimos 5,1; y para 2008 fue de 4,5 y crecimos un 3,4.
Una evaluación similar hacemos al analizar la tendencia del desempleo. El primer semestre de 2007, promediaba 6,6%. Los niveles de 2008 superaron con creces los del año anterior, y hoy, en enero de 2009, la cifra ya alcanzó 8%. Nunca se obtuvo la meta propuesta en la Agenda Bicentenario de Viera Gallo (2007): promediar en 2007 un desempleo de 6% (este año el promedio fue de 7,1%).
Asimismo, al observar la tendencia de la inflación en 2008 (8,7%), esta prácticamente triplicó el centro del rango meta establecido por el Banco Central. 2008 registra la inflación más alta desde 1994, alcanzando un 8,7%.
El ejercicio de evaluación de los tres años de Michelle Bachelet también es lapidario cuando observamos lo realizado en materia de resultados en la gestión del Estado Empresario. Los resultados empeoran en 2008 con respecto al año anterior y se obtienen cifras negativas en la mayoría de los casos. Esta es una señal evidente que el Estado en manos de esta administración termina siendo un mal administrador de recursos. Esto es especialmente preocupante en el caso de CODELCO. Sus costos han subido aunque pudieron ser manejados adecuadamente, con un precio del cobre en US$4/libra. En la actualidad, ellos resultan absolutamente desmesurados con el actual valor del metal rojo (aprox US$1,5/libra promedio lo que va de 2009).
SECTOR SOCIAL: LO PEOR DE LA DÉCADA
En ámbitos sociales, específicamente en educación, los resultados SIMCE no muestran mejoras significativas en la administración Bachelet y tampoco se acortan las brechas entre establecimientos municipales particulares subvencionados y particulares. El Gobierno de Bachelet sin tener a la educación como prioridad, producto de la "revolución pingüina" de mayo de 2006, hoy tramita con dificultad una reforma, la cual se originó en una propuesta de reforma a la LOCE (LGE) que terminó siendo modificada por el acuerdo educacional entre la Alianza y la Concertación de noviembre de 2007. A pesar que las modificaciones a los proyectos por parte del Ejecutivo han intentando plasmar el acuerdo en los cuerpos legales, hasta hoy (11 de marzo de 2009) nada se ha transformado en ley. En definitiva, los niños siguen esperando.
El sector Salud, Seguriedad Ciudadana y Transantiago nos sirven para señalar el peor de los males demostrados por esta administración. Esto es, la gestión de políticas públicas fallidas. En relación con el sector salud, al final de la gestión de Pedro García había una deuda de $23 mil millones, y con dineros comprometidos durante ese mandato fue reducida durante el primer año de la administración de María Soledad Barría (2006) a $3 mil millones. A fines del año 2008, la deuda de los hospitales de la red asistencial pública ascendía a $57.242 millones, la cifra más alta en los últimos diez años por este concepto.
Adicionalmente, el presupuesto total del Programa Inversión Sectorial en Salud (encargado de financiar inversión en infraestructura y equipamiento) aumentaó fuertemente durante la administración Bachelet; más que se duplica en 2007 (con respecto a 2006), pero los resultados de gestión se mantienen en estándares similares (los hospitales aún no muestran mejoras, listas de espera continúan, etc.).
En materia de seguridad ciudadana, la tasa de denuncias cada 100 mil habitantes por delitos de mayor connotación social entre los años 2006 y 2008 se incrementó, en una razón equivalente al 7.2% entre 2006 y 2007 y a 1.8% entre 2007 y 2008. Desde que asumió Bachelet la tasa de denuncias ha aumentado en un 9% y, específicamente, la violencia intrafamiliar creció en un 15%.
Como se puede ver, no toda la crítica a la gestión del gobierno de Michelle Bachelet apunta al escandaloso Transantiago. Sus deficiencias van aún más allá. Pero el plan de transportes metropolitano nos refiere a un Chile que está siendo administrado a medias. A casi dos años de su entrada en funcionamiento el Ministro de Transporte ha sincerado cifras y las estimaciones proyectan un déficit operacional para el 2009 cercano a los US$ 540 millones, e iría disminuyendo hasta llegar a US$ 300 millones en 2014. Con todo, la cifra total de déficit operacional al año 2014 llegaría a los US$ 2.200 millones, sin tomar en cuenta los recursos destinados a regiones o los pagos del crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pues esta cifra solo incluye los recursos necesarios para la operación del sistema
En este Chile a medias, como señalamos sumamos los casos de hospitales inaugurados sin estar listos, salas cunas improvisadas para la foto, puentes que se hunden 20 cms. tras ser terminados, transformaciones urbanas que son abandonadas, ausencia de gestión ambiental y niveles de corrupción que crecen de forma preocupante. Todo esto debe ser asumido como una realidad y transmitido en forma directa a los ciudadanos, para provocar la convicción de que Chile necesita la alternancia en el poder.