Carta a Bachelet de Joaquín Lavín
publicada hoy en editorial de el mercurio:
Estimada Presidenta:
Me siento con el derecho a escribirle por ser la única persona de mi sector político que siempre la ha defendido. Reconozco en usted a una persona muy bien intencionada, cercana, con sinceridad para reconocer los errores y, muy especialmente, veo a una mujer que no guarda ningún rencor pese a toda su experiencia de vida, lo que realmente es admirable y le hace mucho bien a Chile.
Esta vez siento el deber de decirle algo, con fuerza, pero con el mismo respeto y cariño. Los dos sabemos que lo que se haga o no se haga en educación durante su gobierno es demasiado trascendente, porque la educación es la única esperanza de cambiar sus vidas que tienen las familias más pobres.
Soy de los que creen que los cambios que anunció en su proyecto de ley representan, Presidenta, lo que usted genuinamente piensa. Se lo digo porque mucha gente en mi sector dice que este proyecto fue enviado simplemente con un propósito político, como hacer olvidar el Transantiago, o cambiar la agenda, o poner a la Alianza en una situación difícil. Es decir, una especie de reforma laboral "a lo Insulza" en los momentos decisivos de la estrecha campaña presidencial del 99. En ese momento sólo importaba que Lagos me ganara la elección, aun cuando el proyecto hiciera más difícil encontrar trabajo para los cesantes, como efectivamente ocurrió. Ahí la política justificaba cualquier cosa.
A usted, y se lo digo con toda honestidad porque conozco sus buenas intenciones, la creo incapaz de "jugar" con la educación de los hijos de familias de escasos recursos por lograr una mejora de popularidad o un éxito político. Usted no es de esas personas.
Por eso soy de los que creen que usted en el fondo de su corazón realmente piensa que no es bueno que los colegios "seleccionen" a sus alumnos, y que no es bueno que los colegios particulares subvencionados "lucren" con la educación.
Presidenta: siento que está cometiendo un error grave. Lo primero es que está equivocando el blanco al cual apuntar. El problema es la educación municipal. Ahí es donde están los malos resultados. Y justamente la noticia buena de los últimos años era que personas emprendedoras y con vocación de servicio, muchas de ellas profesores, se la jugaran por crear colegios donde más se necesitaban, otorgándoles por fin una alternativa a las familias más pobres. Y así hoy los colegios particulares subvencionados educan a tantos niños como los colegios municipales, que a su vez están quedando cada vez más vacíos.
Las familias prefirieron a los colegios particulares subvencionados, incluso pagando algo, porque encontraron en ellos mejor calidad de educación, más orden y disciplina, y mejor infraestructura. Los resultados del Simce y la PSU lo señalan categóricamente. Entonces, ¿por qué cargarles la mano a estos colegios? ¿Porque algunos sostenedores ganan plata? Pero, ¿no es verdad que entregan mejor educación y los padres voluntariamente los prefieren?
Durante mi gestión como alcalde de Las Condes entregué en concesión los colegios municipales a sociedades anónimas formadas por los mismos profesores de esos colegios. La experiencia lleva ya diez años. Hoy los colegios concesionados tienen resultados muy superiores a los otros colegios municipales. Y todo con la misma subvención, los mismos profesores y el mismo tipo de alumnos. A fines de cada año los profesores generan un excedente y reparten dividendos entre ellos. ¿Cuál es el "milagro"? Simplemente que los profesores ahora tienen más incentivos para hacerlo mejor y así recibir más alumnos que buscan calidad.
Obviamente su proyecto, Presidenta, "mata" este sistema. Adiós a los dividendos para los profesores, porque ya no podrán lucrar ni menos ser sociedades anónimas, y adiós a los incentivos para mejorar la calidad.
Todos nos movemos por incentivos, Presidenta. Para algunos el incentivo es plata, para otros -quizás como usted o como yo- es votos, o popularidad, o fama. Está en la naturaleza humana. Lo importante no es suprimir los incentivos, sino diseñar un sistema para que esos incentivos muevan a las personas a lograr el objetivo final que usted y todos queremos: mejorar la calidad de la educación.
En esto, Presidenta, no quiero seguir discutiendo. Pero qué terrible sería, y se lo digo muy seriamente, que como consecuencia de una medida tomada en su gobierno los niños de familias de escasos recursos vieran afectado el único sistema que les ha permitido arrancar de la mediocridad de los colegios municipales. Sería verdaderamente un "crimen". Por favor, piénselo mucho.
Permítame dos reflexiones más. La primera: su gobierno debería ser el gobierno de los emprendedores. De los que se atreven. De los audaces como mencionaba usted misma el otro día. ¿Por qué dificultarles la vida a las Pymes de la educación, que además lo estén haciendo mucho mejor que el Estado?
La segunda reflexión es más profunda. La única medida anunciada hasta ahora para la educación municipal tiene que ver con prohibir a los colegios seleccionar a sus alumnos. Seamos claros: los colegios municipales en general se están quedando con cada vez menos alumnos. Nadie los quiere. Sólo los que están obligados porque no tienen otra opción. Así es que en realidad aceptan a todo el que llegue. No tienen nada que seleccionar.
Pero hay un puñado de liceos que sí seleccionan. Son los llamados liceos de excelencia, el verdadero orgullo de la educación pública chilena. Usted debe saber, Presidenta, que en los cien colegios con mejor resultado de la PSU del año 2007, sólo hay dos liceos: el Instituto Nacional y el Carmela Carvajal. Poco más atrás viene su colegio, el Liceo 1.
Fui alcalde de Santiago y conozco muy bien el caso del Instituto Nacional, o del Liceo 1, o del Liceo de Aplicación. ¿Cuál es el secreto del éxito del Instituto Nacional? En medida importante el éxito es porque selecciona. Efectivamente: postulan para entrar a séptimo básico más de cuatro mil jóvenes, y quedan sólo setecientos.
Conocí muchos papás y mamás de familias modestas y de clase media que se esforzaron por años para preparar a sus hijos para quedar en el Instituto Nacional. ¿Por qué ahora ser aceptado en séptimo básico del Instituto Nacional ya no va a depender del esfuerzo individual o familiar, sino que de un sorteo entre los postulantes?
Presidenta, y créame por favor que esto yo lo aprendí en mi paso por la Alcaldía de Santiago, porque no lo tenía tan claro antes: los liceos de excelencia que seleccionan a sus alumnos entre los mejores de toda la educación pública cumplen una función social clave. Ellos preparan a la elite de la clase media. Un Ricardo Lagos, un Sergio Bitar, un Hernán Büchi, una Soledad Al-vear, una Michelle Bachelet, son un producto de este sistema. Usted, Presidenta, fue "seleccionada" para entrar al Liceo 1. Y entró porque se lo merecía. No es que entraran todas, o se sorteara. Se exigía el mérito.
Me va a decir, Presidenta, que su proyecto permite seguir seleccionando en 1º medio. Sí, pero el Instituto Nacional y todos los liceos de los que estamos hablando hoy parten en séptimo. Esto significa que si se aprueba su proyecto, y quieren seguir seleccionando, van a tener que cerrar el séptimo y el octavo. Y partir derechamente en 1º medio. O van a tener que recibir alumnos por sorteo en séptimo y octavo, y luego echarlos para seleccionar a todos de nuevo en 1º medio. O se tendrán que resignar a seguir adelante con los alumnos que recibieron sorteados en séptimo, con el riesgo de que ya no serán "de excelencia".
Presidenta, lo que usted tiene que hacer es crear liceos de excelencia, que seleccionen a los mejores, en cada región del país. Si hubiera al menos un liceo de la calidad del Instituto Nacional o del Liceo 1 en todas las ciudades grandes de Chile, la realidad sería distinta.
Con el afecto de siempre.
Mi respuesta Lavin y dirigida a la sra Presidenta:
Presidenta: Para que la carta de Joaquin Lavin sea eficaz y efectiva tendría que entrar Joaquin al gobierno.Sería la máxima expresión de la democracia y de alto impacto mundial. Porque luego de la redacción del proyecto de ley se da cuenta de que no tiene la concertación un equipo que redacte las ideas propicias para el momento actual y se estampen en un proyecto de ley que comprenda ( inclusivo ) el abanico de "ideas país..."
En consecuencia, presidenta, debe contratar a Joaquin Lavin y su equipo para que redacten un proyecto de ley conforme a lo que el país requiere.Redactado que sea el documento respectivo y concordado con el Congreso Nacional...cada uno para su casa.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Posteado por: rodrigo gonzález fernández (Abril 14, 2007 01:17 PM)
publicada hoy en editorial de el mercurio:
Estimada Presidenta:
Me siento con el derecho a escribirle por ser la única persona de mi sector político que siempre la ha defendido. Reconozco en usted a una persona muy bien intencionada, cercana, con sinceridad para reconocer los errores y, muy especialmente, veo a una mujer que no guarda ningún rencor pese a toda su experiencia de vida, lo que realmente es admirable y le hace mucho bien a Chile.
Esta vez siento el deber de decirle algo, con fuerza, pero con el mismo respeto y cariño. Los dos sabemos que lo que se haga o no se haga en educación durante su gobierno es demasiado trascendente, porque la educación es la única esperanza de cambiar sus vidas que tienen las familias más pobres.
Soy de los que creen que los cambios que anunció en su proyecto de ley representan, Presidenta, lo que usted genuinamente piensa. Se lo digo porque mucha gente en mi sector dice que este proyecto fue enviado simplemente con un propósito político, como hacer olvidar el Transantiago, o cambiar la agenda, o poner a la Alianza en una situación difícil. Es decir, una especie de reforma laboral "a lo Insulza" en los momentos decisivos de la estrecha campaña presidencial del 99. En ese momento sólo importaba que Lagos me ganara la elección, aun cuando el proyecto hiciera más difícil encontrar trabajo para los cesantes, como efectivamente ocurrió. Ahí la política justificaba cualquier cosa.
A usted, y se lo digo con toda honestidad porque conozco sus buenas intenciones, la creo incapaz de "jugar" con la educación de los hijos de familias de escasos recursos por lograr una mejora de popularidad o un éxito político. Usted no es de esas personas.
Por eso soy de los que creen que usted en el fondo de su corazón realmente piensa que no es bueno que los colegios "seleccionen" a sus alumnos, y que no es bueno que los colegios particulares subvencionados "lucren" con la educación.
Presidenta: siento que está cometiendo un error grave. Lo primero es que está equivocando el blanco al cual apuntar. El problema es la educación municipal. Ahí es donde están los malos resultados. Y justamente la noticia buena de los últimos años era que personas emprendedoras y con vocación de servicio, muchas de ellas profesores, se la jugaran por crear colegios donde más se necesitaban, otorgándoles por fin una alternativa a las familias más pobres. Y así hoy los colegios particulares subvencionados educan a tantos niños como los colegios municipales, que a su vez están quedando cada vez más vacíos.
Las familias prefirieron a los colegios particulares subvencionados, incluso pagando algo, porque encontraron en ellos mejor calidad de educación, más orden y disciplina, y mejor infraestructura. Los resultados del Simce y la PSU lo señalan categóricamente. Entonces, ¿por qué cargarles la mano a estos colegios? ¿Porque algunos sostenedores ganan plata? Pero, ¿no es verdad que entregan mejor educación y los padres voluntariamente los prefieren?
Durante mi gestión como alcalde de Las Condes entregué en concesión los colegios municipales a sociedades anónimas formadas por los mismos profesores de esos colegios. La experiencia lleva ya diez años. Hoy los colegios concesionados tienen resultados muy superiores a los otros colegios municipales. Y todo con la misma subvención, los mismos profesores y el mismo tipo de alumnos. A fines de cada año los profesores generan un excedente y reparten dividendos entre ellos. ¿Cuál es el "milagro"? Simplemente que los profesores ahora tienen más incentivos para hacerlo mejor y así recibir más alumnos que buscan calidad.
Obviamente su proyecto, Presidenta, "mata" este sistema. Adiós a los dividendos para los profesores, porque ya no podrán lucrar ni menos ser sociedades anónimas, y adiós a los incentivos para mejorar la calidad.
Todos nos movemos por incentivos, Presidenta. Para algunos el incentivo es plata, para otros -quizás como usted o como yo- es votos, o popularidad, o fama. Está en la naturaleza humana. Lo importante no es suprimir los incentivos, sino diseñar un sistema para que esos incentivos muevan a las personas a lograr el objetivo final que usted y todos queremos: mejorar la calidad de la educación.
En esto, Presidenta, no quiero seguir discutiendo. Pero qué terrible sería, y se lo digo muy seriamente, que como consecuencia de una medida tomada en su gobierno los niños de familias de escasos recursos vieran afectado el único sistema que les ha permitido arrancar de la mediocridad de los colegios municipales. Sería verdaderamente un "crimen". Por favor, piénselo mucho.
Permítame dos reflexiones más. La primera: su gobierno debería ser el gobierno de los emprendedores. De los que se atreven. De los audaces como mencionaba usted misma el otro día. ¿Por qué dificultarles la vida a las Pymes de la educación, que además lo estén haciendo mucho mejor que el Estado?
La segunda reflexión es más profunda. La única medida anunciada hasta ahora para la educación municipal tiene que ver con prohibir a los colegios seleccionar a sus alumnos. Seamos claros: los colegios municipales en general se están quedando con cada vez menos alumnos. Nadie los quiere. Sólo los que están obligados porque no tienen otra opción. Así es que en realidad aceptan a todo el que llegue. No tienen nada que seleccionar.
Pero hay un puñado de liceos que sí seleccionan. Son los llamados liceos de excelencia, el verdadero orgullo de la educación pública chilena. Usted debe saber, Presidenta, que en los cien colegios con mejor resultado de la PSU del año 2007, sólo hay dos liceos: el Instituto Nacional y el Carmela Carvajal. Poco más atrás viene su colegio, el Liceo 1.
Fui alcalde de Santiago y conozco muy bien el caso del Instituto Nacional, o del Liceo 1, o del Liceo de Aplicación. ¿Cuál es el secreto del éxito del Instituto Nacional? En medida importante el éxito es porque selecciona. Efectivamente: postulan para entrar a séptimo básico más de cuatro mil jóvenes, y quedan sólo setecientos.
Conocí muchos papás y mamás de familias modestas y de clase media que se esforzaron por años para preparar a sus hijos para quedar en el Instituto Nacional. ¿Por qué ahora ser aceptado en séptimo básico del Instituto Nacional ya no va a depender del esfuerzo individual o familiar, sino que de un sorteo entre los postulantes?
Presidenta, y créame por favor que esto yo lo aprendí en mi paso por la Alcaldía de Santiago, porque no lo tenía tan claro antes: los liceos de excelencia que seleccionan a sus alumnos entre los mejores de toda la educación pública cumplen una función social clave. Ellos preparan a la elite de la clase media. Un Ricardo Lagos, un Sergio Bitar, un Hernán Büchi, una Soledad Al-vear, una Michelle Bachelet, son un producto de este sistema. Usted, Presidenta, fue "seleccionada" para entrar al Liceo 1. Y entró porque se lo merecía. No es que entraran todas, o se sorteara. Se exigía el mérito.
Me va a decir, Presidenta, que su proyecto permite seguir seleccionando en 1º medio. Sí, pero el Instituto Nacional y todos los liceos de los que estamos hablando hoy parten en séptimo. Esto significa que si se aprueba su proyecto, y quieren seguir seleccionando, van a tener que cerrar el séptimo y el octavo. Y partir derechamente en 1º medio. O van a tener que recibir alumnos por sorteo en séptimo y octavo, y luego echarlos para seleccionar a todos de nuevo en 1º medio. O se tendrán que resignar a seguir adelante con los alumnos que recibieron sorteados en séptimo, con el riesgo de que ya no serán "de excelencia".
Presidenta, lo que usted tiene que hacer es crear liceos de excelencia, que seleccionen a los mejores, en cada región del país. Si hubiera al menos un liceo de la calidad del Instituto Nacional o del Liceo 1 en todas las ciudades grandes de Chile, la realidad sería distinta.
Con el afecto de siempre.
Mi respuesta Lavin y dirigida a la sra Presidenta:
Presidenta: Para que la carta de Joaquin Lavin sea eficaz y efectiva tendría que entrar Joaquin al gobierno.Sería la máxima expresión de la democracia y de alto impacto mundial. Porque luego de la redacción del proyecto de ley se da cuenta de que no tiene la concertación un equipo que redacte las ideas propicias para el momento actual y se estampen en un proyecto de ley que comprenda ( inclusivo ) el abanico de "ideas país..."
En consecuencia, presidenta, debe contratar a Joaquin Lavin y su equipo para que redacten un proyecto de ley conforme a lo que el país requiere.Redactado que sea el documento respectivo y concordado con el Congreso Nacional...cada uno para su casa.
Saludos
Rodrigo González Fernández
Posteado por: rodrigo gonzález fernández (Abril 14, 2007 01:17 PM)