EL VATICANO: "no debemos permanecer fijos mirando al cielo, sino que, bajo la guía del Espíritu Santo, debemos ir por todas partes y proclamar el anuncio salvador de la muerte y resurrección del Cristo"

VATICANO - Benedicto XVI en Montecassino -

También nosotros como los Apóstoles, "no debemos permanecer fijos mirando al cielo, sino que, bajo la guía del Espíritu Santo, debemos ir por todas partes y proclamar el anuncio salvador de la muerte y resurrección del Cristo"

Cassino (Agencia Fides) – El domingo 24 de mayo el Santo Padre Benedicto XVI ha ido en visita pastoral a Cassino y Montecassino. A las 10,15 horas ha presidido la Concelebración Eucarística en la solemnidad de la Ascensión del Señor en Cassino, en la Plaza Mirando, que llevará su nombre en recuerdo de la visita. "El carácter histórico del misterio de la resurrección y la ascensión del Cristo - ha dicho Benedicto XVI en la homilía - nos ayuda a reconocer y comprender la condición trascendente y escatológica de la Iglesia, la cual no ha nacido y no vive para suplir la ausencia de su Señor 'desaparecido', sino que más bien encuentra la razón de su ser y su misión en la invisible presencia de Jesús operante con la potencia de su Espíritu. En otras palabras, podríamos decir que la Iglesia no desarrolla la función de preparar la vuelta de un Jesús 'consiente', sino por el contrario, que vive y obra para proclamar su 'presencia gloriosa' de manera histórica y existencial".
Al inicio de la homilía, el Pontífice se ha detenido en las lecturas bíblicas del día, para ilustrar el sentido de la solemnidad. "La Ascensión de Cristo significa, en primer lugar, el asentamiento del Hijo del hombre crucificado y resucitado en el majestad de Dios sobre el mundo - ha explicado el Papa -. En el Cristo subido al cielo, el ser humano ha entrado de modo inaudito y nuevo en la intimidad de Dios; el hombre encuentra ya para siempre espacio en Dios… la solemnidad de la Ascensión nos invita a una comunión profunda con Jesús muerto y resucitado, invisiblemente presente en la vida de cada uno de nosotros". Siguiendo después el Evangelio del día, el Santo Padre ha subrayado que la Ascensión de Jesús al cielo "no comportaba la ausencia temporal del mundo, sino que más bien inauguraba la nueva, definitiva e insuprimible forma de su presencia, en virtud de su participación en la potencia real de Dios". Esta solemnidad por lo tanto debería llenarnos de serenidad y de entu siasmo - ha subrayado el Papa -, precisamente como ocurrió a los Apóstoles que desde el Monte de los Olivos partieron 'llenos de alegría'. Como ellos, también nosotros, acogiendo la invitación de los 'dos hombres con vestiduras blancas', no podemos permanecer con la mirada fija en el cielo sino que, bajo la guía del Espíritu Santo, debemos ir por todas partes y proclamar el anuncio salvador de la muerte y resurrección del Cristo".
Dirigiendo después a la Comunidad diocesana, el Santo Padre la ha exhortado "a consolidar la fe en la presencia real de Jesús; sin Él nada podemos hacer de eficacaz en nuestra vida y en nuestro apostolado", y ha recordado el objetivo de su visita: animar a "construir, fundar y reedificar" constantemente la Comunidad diocesana sobre Cristo, como indica el mismo san Benito, "que recomienda en su Regla no anteponer nada a Cristo".
Comentando después los puntos cardinales de la espiritualidad benedictina, sintetizadas en el lema: ora et labora et lege, la oración, el trabajo, la cultura, el Pontífice ha subrayado que la oración, "es la más bella herencia que dejó San Benito a los monjes", pero también a toda la Iglesia particular: "La oración, a la que cada mañana invita a los monjes la campana de san Benito con sus graves tañidos, es la senda silenciosa que nos conduce directamente al corazón de Dios; es la respiración del alma que nos devuelve paz en las tempestades de la vida". Citando luego la gran atención dedicada a la profundización bíblica, el Santo Padre ha deseado: "Que la atenta escucha de la Palabra divina alimente vuestra oración y os haga profetas de verdad y de amor en un coral empeño de evangelización y promoción humana".
Luego el Pontífice se ha detenido en otro aspecto de la espiritualidad benedictina: el trabajo, relacionándolo con la situación actual. "Culturizar el mundo laboral es típico del alma del monaquismo - ha afirmado -, y éste es también el esfuerzo de vuestra Comunidad que trata de estar al lado de los numerosos trabajadores de la gran industria presente en Cassino y de las empresas a esta unida. Sé lo crítica que es la situación de tantos obreros. Expreso mi solidaridad a quienes viven en una precariedad preocupante, a los trabajadores en casa-integración o incluso despedidos. Que la herida del paro que aflige este territorio induzca los responsables públicos, a los empresarios y cuantos tienen posibilidad a buscar, con la contribución de todos, válidas soluciones a la crisis profesional, creando nuevos puestos de trabajo para salvaguardia de las familias". El Santo Padre ha subrayado después que "la familia tiene hoy una necesidad urgente de recibir mayor atención" y ha anima do a los jóvenes que no encuentran una actividad laboral que les permita construirse una familia: "no os desaniméis, queridos amigos, la Iglesia no os deja".
A la tradición benedictina también pertenece la atención al mundo de la cultura y la educación. El archivo y la Biblioteca de Montecassino "recogen innumerables testimonios del empeño de hombres y mujeres que han meditado y buscado cómo mejorar la vida espiritual y material del hombre" ha recordado Benedicto XVI, quien ha subrayado: "En vuestra Abadía se percibe de modo palpable el 'quaerere Deum', esto es, el hecho de que la cultura europea ha sido la búsqueda de Dios y la disponibilidad a su escucha. Y esto vale también para nuestro tiempo". Por último, el Santo Padre ha mencionado el compromiso de hacer que de la universidad y las escuelas "laboratorios de conocimiento, de investigación, de pasión por el futuro de las nuevas generaciones", sin descuidar "la atención al hombre frágil, débil, a las personas minusválidas y a los inmigrantes" como manifiesta la "Casa de la Caridad" inaugurada por el mismo Pontífice en esta visita. (S.L) (Agencia Fides 25/5/2009)

Links:
El texto completo de la homilía del Santo Padre, en italiano
http://www.fides.org/ita/magistero/bxvi/vmcassino_messa_cassino_240509.html

Fuente:
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Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU

 

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