Miércoles 17 de diciembre de 2008.
Estaba de vacaciones en la casa de sus abuelos en Portezuelo. La idea era descansar, sin embargo tras una serie de peticiones el reposo dio paso al nacimiento de una candidatura parlamentaria.
La protagonista de esta metamorfosis, que define como "providencial", es Asunción Lavín, de 27 años, hija del rostro de la UDI, Joaquín Lavín quien ahora se proyecta en su primera incursión en el ámbito político de manera formal y propia. Porque si de algo sabe es de campañas, acompañando a su padre entiende lo que significa sumarse a este proceso. Algo que nació por peticiones directas y luego de recorrer varias comunas.
Por ello señala, "siento que las personas de este distrito se sienten como un poco abandonas entre comillas". Por eso ya se proyecta con un estilo firme. Dice que vivía en Santiago hasta ahora. Pues sus ojos se proyectan en Ñuble, donde espera establecerse si resulta elegida. Sabe que aquí tiene a su favor el cariño hacia su papá. "Ven en mí un poco la misma vocación, el mismo estilo, tengo el mismo timbre, transmito los mismo valores, el mismo trabajo en terreno".
-¿Qué significa la opción parlamentaria?.
-Implica representar a la gente de acá. Yo siendo diputada voy a tener oficina en todas las comunas, me voy a venir a vivir acá. El trabajo de diputado es algo serio y a uno le dan los recursos para moverse así y trabajar con la gente. Estar mucho acá, estar en permanente consulta.
-Se critica que las figuras lleguen de afuera ¿cómo explica su raigambre con la zona?.
-Me siento parte porque siempre he venido a esta zona por mis abuelos, toda la vida desde que tengo uso de razón. Mi familia es muy conocida acá. También la cercanía se produjo ahora cuando me lo piden de aquí, en el fondo yo nunca habría venido impuesta de Santiago acá. Me siento de Ñuble de corazón.
Una historia de adversidades.
Asunción está casada con Isaac Givovich con quien tiene una hija, Antonia, la que se empina en los cinco meses. Pero esto no coarta sus actuales anhelos. "Mi marido me ayuda mucho con la guagua. Yo he vivido las campañas acarreando la familia completa. Y se podía, con sacrificio, pero se podía".
Estudió en Concepción educación diferencial, aunque no alcanzó a terminar por decisiones personales. "Yo en verdad siempre he tenido vocación de servicio, no sabía en realidad si era la política mi camino".
-Su historia personal ha estado marcada por la salud, tanto por su marido (sufre una enfermedad en sus articulaciones) como la suya (diabetes). ¿siente que eso le entrega otra mirada?.
-El tema de las enfermedades es un golpe duro en la vida. Nosotros creemos mucho en Dios y creemos que estas son pruebas que nos dio y también nos da la fortaleza para asumirlas y salir adelante.
-También ha pasado momentos difíciles como las denuncias que detonó su marido en el municipio de Huechuraba. En ese momento señaló que ya no tenía la misma confianza en el partido ¿se reencantó con la UDI?.
-Es un asunto complicado lo de Huechuraba, todavía no se ha resuelto nada. Yo voy a la UDI desde que tengo ocho años, para mí es como mi segunda casa. No me peleo con ellos por una cosa de estilo. Le tocó lamentablemente a mi marido esta situación y esperemos que se resuelva de la mejor manera.
-¿Pidió el consejo de su padre cuando le ofrecieron esta posibilidad?.
-No, no lo pedí, a mi papá le gusta que tome mis decisiones sola. -El otro nombre que se señala es el de María Paz Oyarzún. Es interesante son dos mujeres jóvenes compitiendo ¿Qué le parece eso?.
-Me parece bien, que bueno que gente joven se esté metiendo en esto. Sea ella o yo, ojalá sea yo, nos vaya lo mejor posible.
-¿Qué espera de la decisión que tomen las directivas?.
-Que se tome en cuenta lo que quieren las personas acá, las que siempre trabajan por el partido, por el candidato que venga, que ahora realmente quieren ser escuchadas. Ojalá una encuesta o unas primarias si no fuera así, pero ojalá nunca a dedo.
-¿Tiene su propia polaroid o se la va a pedir a su papá?.
-Estamos pensando, pero creo que voy a tener que pedírsela a mi papá. .
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