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Paula García y Tomás Martínez
"Aquí todos debemos asumir las responsabilidades. Si llueve, todos nos mojamos", dijo una y otra vez Andrés Zaldívardurante la reunión de poco más de dos horas que sostuvo ayer la senadora Soledad Alvearcon los ex presidentes de la Democracia Cristiana. Eran cerca de las 9.30 y el ex ministro apelaba a no responsabilizar a la directiva de lo que a esas alturas se daba por descontado: el partido tiene una posibilidad de sufrir mañana una de sus peores derrotas electorales.
El encuentro tenía como objetivo abordar la forma en que encararán el resultado de los comicios. El primero en intervenir fue el jefe de la campaña, Gonzalo Duarte, quien, de acuerdo a un asistente, contrastó las proyecciones electorales de la DC con las de los partidos del bloque de izquierda de la Concertación. La ecuación no fue del todo positiva. En una larga mesa del Salón Bernardo Leighton, uno de los fundadores de la falange, lo escuchaban el ex Presidente Patricio Aylwin, el canciller Alejandro Foxley y los dirigentes Gutenberg Martínez y Ricardo Hormázabal, entre otros.
La intervención de Duarte abrió un amplio debate. Se habló de una caída de cuatro a cinco puntos porcentuales (en las elecciones de 2004 obtuvieron el 20,3%), una pérdida de 250 a 300 mil electores y de los dos factores que explicaban ese pronóstico. 1) El impacto de las dos listas de concejales, que llevó a los partidos a duplicar su número de candidatos y forzó una elección más competitiva. 2) La amenaza de los ex DC, agrupados en el Partido Regionalista Independiente.
En ese contexto, Martínez defendió con fuerza la idea de unificar un discurso común, resaltar los elementos positivos del resultado municipal y no contaminar la elección con la disputa presidencial. El resto de los asistentes compartió el diagnóstico, que se traducirá en poner el acento en la cantidad de alcaldes y concejales electos, además de explicar los factores que llevaron a la caída del partido.
"Coincidimos en que cualquier resultado afecta al partido en su conjunto. Aquí hay un destino común", cuenta un asistente, quien añade que la decisión de mostrar una DC unida pasa por fortalecer su posición ante el bloque PS-PPD-PRSD, en momentos en que se dará inicio a la negociación de la lista parlamentaria y la candidatura presidencial.
LOS CALCULOS DE FREI
En la reunión se evitó abordar la pugna entre Alvear y Eduardo Frei, quien tendrá un comando paralelo en la Fundación Frei Montalva la noche de la elección. Sí se dijo que no había que personalizar los resultados. Es uno de los temores que aún ronda en el alvearismo: que el ex presidente culpe ese mismo día a la senadora de la derrota y exiga su salida de la directiva, para fortalecer su opción con miras a 2009.
Las señales que ha enviado Frei, sin embargo, van en el sentido contrario. En el círculo del parlamentario sostienen que él está consciente de que una brusca caída electoral de la DC -bajo el 15%- también afecta sus planes. Y que embestir contra Alvear podría traerle más costos que beneficios al interior del partido.
Por este motivo, cuentan en su equipo, el senador evitaría enfrentar en la noche de mañana a su ex ministra de Justicia. La ofensiva vendrá en los días posteriores a la municipal.
Diversas fuentes partidarias señalan que el escenario que más acomoda al ex mandatario apunta a que la DC supere levemente el 15%. Una derrota electoral, sin caer en una crisis interna, le permitiría reforzar a partir de la próxima semana sus cuestionamientos a la senadora y redoblar la presión para no realizar las elecciones internas del 14 de diciembre, donde se elegirá al abanderado de la colectividad.
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