PRESIDENTE DEL SENADO A MINISTRO DE HACIENDA...
Podemos decirle al titular de Hacienda y del Central que en el largo plazo, estaremos todos muertos. En esta oportunidad, de hambre .
Por Adolfo Zaldívar, Presidente del Senado
Presidente del Senado, Adolfo Zaldívar
Hace ya varios meses pedí eliminar el impuesto específico a los combustibles. Se podría decir, sin riesgo de cometer un error, que tal medida fue también solicitada por otros parlamentarios, de manera transversal, y por varios economistas y especialistas, más allá de banderías políticas legítimas.
Las razones que nos asistían eran que, debido al encarecimiento del petróleo lleno de componentes especulativos, fuera de toda proporción con el crecimiento y la actividad, y por la crisis energética de Chile que tiene aditamentos propios a la situación mundial, el crudo estaba jugando un rol pernicioso en la inflación y en el mismo crecimiento del país, por su incidencia en el transporte. Además , había de por medio un problema social, ya que la parafina –esencial en el calentamiento de los hogares- se encareció a tal punto que excedió el precio de la bencina, reduciendo por ese medio aún más el costo de vida, ya sumamente deteriorado por el mayor costo de los alimentos.
La autoridad optó por atacar el problema por medios que han resultado casi perfectamente inútiles para rebajar el costo a público de este vital elemento. Cuando ya se asignaban millonarios recursos al Fondo de Estabilización del Petróleo, la bencina volvía a subir y la parafina, el combustible de los hogares, modestos o no, continuaba impertérrita su encarecimiento.
Notoriamente, a regañadientes, la autoridad ha debido ir reconociendo, tardíamente, la necesidad de implementar esta medida, la eliminación del impuesto específico, y no otra.
En esta oportunidad, el titular del Banco Central, ha anunciado su decisión de atacar una inflación notoriamente internacional desde nuestro mismo país, subiendo la tasa de interés en forma incluso más agresiva que en las alzas previas. Lo que seguramente impulsó a Hacienda a dar este tímido paso. O sea, la inflación, producida por el exceso de liquidez mundial que se deposita en los commodities, significativamente el petróleo, será combatida restringiendo el crédito y la demanda interna de los chilenos, y su efecto visible será sin duda debilitar aún más la alicaída actividad económica, pero con un efecto marginal en el flagelo inflacionario.
Demás está decir que el problema inflacionario hubiera sido bastante más tolerable de haberse actuado oportunamente eliminando el referido impuesto, el que sí hubiera tenido como resultado rebajar la inflación, ya que es un encarecimiento generado interna y artificialmente. Su implementación mínima y tardía, de 6 UTM, se terminará rebajando 1 UTM adicional con las medidas anunciadas el 22 de agosto, la que sumada al 1,5 anterior, completa apenas 2,5 UTM, , es decir menos de la mitad del tributo, y pone al país en una escalada de aumento de tasas que atacará de raíz el crecimiento y el empleo.
Ya se ha anunciado por el titular del Banco Central, que el no enfrentar la inflación con el aumento de tasas, pondrá en grave riesgo el crecimiento económico futuro. Parafraseando a un famoso economista inglés, podemos decirle al titular de Hacienda y del Central que en el largo plazo, estaremos todos muertos. En esta oportunidad, de hambre.
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN LIBREMENTE
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
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