El gobierno cubano se gasta unos US$2000 millones anuales en importaciones de alimentos. |
El gobierno cubano aprobó un decreto ley que permite y regula la entrega de tierras ociosas a los campesinos y demás personas que quieran trabajar la tierra y producir los alimentos necesarios para garantizar las necesidades internas. "Se autoriza la entrega de tierras estatales ociosas en concepto de usufructo a personas naturales o jurídicas, las que serán utilizadas en forma racional y sostenible de conformidad con la aptitud de uso del suelo para la producción agropecuaria", dice el decreto-ley 259.
Con esta medida el gobierno persigue "el objetivo de elevar la producción de alimentos y reducir su importación", que en el actual año será de casi US$2.000 millones, una gran parte gastados en el mercado estadounidense.
"El límite máximo a entregar a personas naturales sin tierras es de 13.42 hectáreas", pero se amplia para los campesinos: "en el caso de quienes posean tierras, en propiedad o usufructo, podrán incrementarlas hasta completar 40.26 hectáreas", explica la ley.
Hecha la ley, hecha la trampa
La entrega de tierras será gratuita y se firman contratos por un plazo de 10 años (renovables) con los particulares y por 25 años (renovables) con las empresas, granjas y cooperativas. Tienen si la limitación de que no pueden ser vendidas ni legadas.
Tierras ociosas en poder de un diputado parcialmente aradas para evitar que el gobierno las reparta. |
Por otra parte, "obliga al usufructuario a desarrollar la actividad fundamental para la cual fue entregada y le da derecho a su disfrute, uso y a percibir los frutos de ésta", lo cual implica controles posteriores para garantizar que producen.
Los problemas empiezan con la definición de "tierras ociosas", porque muchas empresas y granjas estatales comenzaron a arar pedazos de terreno para evitar que se los quiten, algo que pudimos comprobar en las afueras de La Habana.
Cabe anticipar que el presidente cubano deberá enfrentar las maniobras de la burocracia, enquistada en el gobierno, el partido y el empresariado, que tratarán de no perder las tierras que controlan y que les dan el poder.
Inversión necesaria
Jorge Luís Alfonso, presidente de la cooperativa "Nico López" de La Habana, afirma que "mientras unos tienen enormes extensiones de tierra sin producir, un campesino con menos de dos hectáreas entrega 1.800 litros de leche".
Jorge Luis cree que no bastará con repartir tierras, "el campesino necesita también insumos, no nos venden ni grampas para poner alambrado"... y ¿las nuevas tiendas para campesinos?, pregunto y su respuesta no se hace esperar "están vacías".
Si el gobierno quiere reflotar la agricultura deberá invertir, opinan quienes hablaron con BBC Mundo. Los hombres del campo sostienen que hacen falta piezas de repuesto para los tractores, alambrado, fertilizantes, insecticidas, sistemas de regadío y hasta ropa de trabajo para los campesinos.
"Por ahora todo va quedando en papeles", dice el presidente de la cooperativa, "más burocracia y más papeleo, casi nos piden una fotografía de cada ternero que nos nace", se queja y agrega que "necesitamos más agilidad, más operatividad".
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