SENADOR EDUARDO FREI RT.: HABLA DE ENERGIA NUCLEAR

ENERGIA NUCLEAR EN EL SENADO CHILENO :

El debate sobre este tema debe centrarse en aspectos técnicos y no ideológicos

Por Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Presidente del Senado

Presidente del Senado, Eduardo Frei Ruiz-Tagle

Recientemente el Gobierno anunció la creación de una comisión de expertos para definir las bases a partir de las cuales se abordarán los estudios de factibilidad para instalar una planta de energía nuclear en Chile.

 

Se trata de una decisión acertada y necesaria, pues, como todos sabemos, una de las prioridades de nuestro país es la diversificación de su matriz energética y la ampliación de su capacidad de generación. Asimismo, tiene el mérito de poner punto final a la discusión ideológica centrando el debate en un plano estrictamente técnico.

Entonces, será un selecto grupo de especialistas el que defina las reales posibilidades que tiene Chile de explorar esta alternativa energética y, de paso, aclararán los mitos y realidades que la rodean. Ello significa despejar las dudas que suscita la energía nuclear en cuanto al monto de la inversión, las medidas de seguridad que se deben adoptar, el tratamiento de los residuos nucleares, la capacitación de los recursos humanos, los costos asociados, el abastecimiento de las materias primas que se requieren y el impacto político estratégico que provoca su utilización, entre otras materias.
Sin perjuicio de lo anterior, son conocidas las enormes ventajas que tiene la energía nuclear. Se trata de un recurso que tiene un costo parecido a los actuales, y es competitivo y estable en el tiempo, factores todos ellos vitales para nuestro país. Además, es abundante y no contamina, porque no produce gases de efecto invernadero.

Estas son sólo algunas de las razones por las que hoy existe una clara tendencia mundial que privilegia el uso de esta fuente energética, sobre todo luego de la fuerte alza que ha experimentado el petróleo en los últimos años, sin que se avizore en el corto y mediano plazo una baja en el valor de este combustible, y por la significativa importancia que está cobrando la problemática del calentamiento global. Es así como en la actualidad Francia se abastece en un 78,5% de la energía nuclear, Alemania en un 31%, Japón en un 29,3%, seguidos de Estados Unidos y Gran Bretaña con cerca de un 20%.

Por su parte, los detractores de esta alternativa enfatizan los problemas de seguridad que conlleva el funcionamiento de estas plantas, a propósito del desastre de Chernobyl, el carácter sísmico de nuestra geografía y el manejo que se debe hacer con los desechos nucleares.

 

Si bien estas aprehensiones son comprensibles, la verdad es que lo ocurrido en Chernobyl se debió a severas negligencias de sus operadores, experiencia que en todo caso permitió que los países que cuentan con este tipo de centrales fortalecieran sus medidas de prevención. A la vez, la tecnología actualmente existente es claramente muy distinta a la de aquella época y de hecho los expertos no descartan que en un horizonte no muy lejano el progreso tecnológico permita un mejor tratamiento de los residuos, los que -de todos modos- hoy es posible disponer de manera bastante segura.

En cuanto a la sismicidad de nuestros suelos, este factor no constituye un real peligro. El mejor ejemplo es Japón, país tan propenso a los temblores y terremotos como el nuestro, y que, sin embargo, cuenta con varias plantas nucleares, sin que eso le haya significado atravesar por algún episodio de emergencia significativa.
Argumentos más, argumentos menos, la decisión de la Presidenta Bachelet es una demostración de visión de Estado. No podemos esconder la realidad. Hoy Chile es un país deficitario en recursos de energía, porque, en gran medida, dependemos de la hidrología y del suministro de gas natural proveniente de Argentina, el que cada vez es menor. De igual forma, tenemos por delante el desafío de duplicar nuestra capacidad de generación de aquí a diez años para responder satisfactoriamente al sostenido aumento de la demanda.
El actual escenario que vivimos limita el crecimiento del país y afecta nuestra competitividad, lo que nos hace más vulnerables. Si queremos desarrollarnos no podemos cerrarnos a la posibilidad de la energía nuclear. Ciertamente, serán los estudios que harán los expertos designados por el Gobierno, los que determinarán la factibilidad técnica, económica y estratégica de avanzar en tal sentido para luego tomar la decisión que más convenga a Chile. Por lo mismo, no corresponde y no es prudente descartar a priori esta alternativa sin antes conocer de manera profunda y acabada sus beneficios y costos, en consideración de nuestras futuras necesidades energéticas.

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Saludos cordiales
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
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