Influenza porcina y conflicto por Compin
El complejo escenario sanitario que enfrenta la subsecretaria de Salud
Evaluada como una excelente profesional, Jeannette Vega se ha destacado incluso a nivel internacional. Pero la piedra en el zapato que le juega en contra, a juicio de funcionarios del sector, son los problemas de trato que muchos de sus subalternos han debido sufrir. Situación que opaca sus logros y que mantiene en constante tensión las relaciones con la Seremi del área y el ISP, de donde salió en 2002 en muy mal pie con los sindicatos.
Por Claudia Urquieta Ch.
Una crisis sanitaria, que incluso podría convertirse en una pandemia a nivel mundial, tiene a las autoridades de Salud en alerta máxima. Porque si bien la gripe porcina, que ya lleva varias muertes confirmadas en México y que se ha extendido a otros países del mundo no ha llegado a Chile, la posibilidad de que lo haga existe.
Por eso, será necesaria una coordinación impecable entre los distintos organismos y funcionarios del área, que además enfrentan el nuevo brote de listeria que, tal como anunció la subsecretaria de Salud Pública, Jeannette Vega, "llegó para quedarse".
Pero no todos son problemas sanitarios. El jueves pasado, en el programa "Esto No Tiene Nombre", Vega instaló un conflicto con los gremios al adjudicar a los empleados de la Seremi de Salud la responsabilidad de los atrasos en los pagos de licencias médicas a los usuarios en las oficinas de la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin).
Dichos que sacaron ronchas entre los funcionarios de la institución, que junto a representantes de la Agrupación de Empleados Fiscales (Anef) apuntaron las responsabilidades a la decisión del Minsal de centralizar en la Contraloría Médica el trabajo que antes realizaban las seis sedes de la Compin en la Región Metropolitana.
Según fuentes de Salud, "con esto se está armando una tremenda pelea, muy desafortunada". Principalmente porque reabre viejas heridas en la relación de Vega con los sindicatos, con los que mantuvo serios conflictos mientras dirigió el Instituto de Salud Pública (ISP). Situación que incluso la impulsó a dejar el cargo en octubre de 2002, a poco más de un año de asumirlo.
Supuestas irregularidades administrativas, el cierre del laboratorio productor de vacunas y problemas de gestión, fueron los embates que motivaron la petición de renuncia por parte de los funcionarios. A lo que se sumó una pugna con el subsecretario de la época, Gonzalo Navarrete, y los "compadrazgos" de este en el ISP.
Para el ex subsecretario de Salud -que asumió luego de Navarrete- Antonio Infante, esta situación la retrata muy bien: "Con una gran lucidez técnica, con una capacidad de empuje impresionante, pero impaciente. Lo que la puede llevar a ser poco delicada. Y ahí empiezan los problemas".
Porque en su opinión "querer cambiar e impulsar esos cambios vehementemente son los elementos justos para que los sindicatos fuertes se pongan las plumas".
La licencia del seremi de Salud
Las relaciones conflictivas no han sido sólo con los sindicatos. Según fuentes del Minsal, "es muy maltratadora", lo que en ocasiones opaca su desempeño. "Su forma de pedir las cosas es desesperado. Siempre en un constante incendio".
Y agregan que si hay algo que Vega no soporta es la gente "lenta" o que en su opinión tenga una mala formación académica. Por eso, muchas veces se sale de sus casillas y arde Troya.
En otras ocasiones simplemente pierde la paciencia cuando le llevan la contra. Así habría sucedido con el seremi de Salud de la Región Metropolitana, Roberto Belmar. Diversas fuentes afirman que la licencia médica que sufrió el doctor hace unos meses habría sido catapultada por un fuerte encontronazo que sostuvo con la subsecretaria en Concepción, durante una reunión nacional de seremis.
Desde la entidad pública señalan que "el mismo día que Belmar llegó a Concepción habló con ella en privado. Conversaron sobre algunos problemas de recursos y contratación de gente, ya que ella maneja el asunto, el seremi no tiene accionar".
La discusión fue fuerte, lo que no dejó en muy buen pie al médico: luego de una mala noche tuvo que ir a la clínica, ya que tenía molestias precordiales "y se presumía que era un episodio cardiaco". Por ello, tuvo que volver a Santiago y pidió varios días de descanso.
Vega, que es muy cercana al senador Guido Girardi, tampoco ha mantenido una relación muy fluida con la directora del ISP, Ingrid Heitmann, con quien ha tenido varios roces. El último luego del nuevo brote de listeria, ya que hubo una pugna relacionada con quien informaba el número total de casos y quien asumiría la vocería.
Al interior de la subsecretaría también ha tenido encontrones. Quizás el más emblemático fue la rencilla con el ex jefe de la División de Prevención y Control de Enfermedades, Pedro Crocco, que optó por dejar el Minsal. Pero el ministro de Salud, Álvaro Erazo, le pidió que se quedara y lo enviaron como encargado del Departamento de Estudios.
Por este tipo de situaciones, un cercano señala que "técnicamente es bastante buena. Ella sabe. Es matea y se la ha pasado estudiando, pero la mata su genio, su inteligencia emocional".
De la OMS al Auge
Antes de asumir como directora en el ISP, la epidemióloga de la Universidad de Chile había trabajado en la oficina de Santiago de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Además, también formó parte de un equipo de profesionales destacados en Salud Pública -entre ellos algunos premios Nobel- en la conocida Iniciativa Rockefeller entre 1997 y 2000, con el objetivo de definir qué debía hacerse en torno a la equidad de la salud en el mundo. El doctor Timothy Evans era el director Ejecutivo de la División de Equidad de la Fundación.
Tres años después volvieron a trabajar juntos en la Organización Mundial de la Salud (OMS), donde Vega estaba cargo del departamento de equidad y pobreza sociales, que dependía de un cluster dirigido por Evans.
Su paso dejó una excelente impresión, tanto que en septiembre del año pasado, durante la presentación en el país de los resultados de dicha comisión "cuando intervino Tim Evans habló del rol de Vega y se quebró, porque a pesar de que se le había ofrecido una excelente posición, ella prefirió venirse", recuerda el ex subsecretario Antonio Infante.
La oferta se la hizo la entonces ministra de Salud, Soledad Barría, que le pidió fuera parte de su gabinete como coordinadora del Plan Auge. Un mes después, en enero de 2008, asumió como subsecretaria de Salud en reemplazo de Lidia Amarales.
Vega no era ajena al Auge. De hecho el conocido "padre" de la iniciativa, Hernán Sandoval, es muy cercano a ella.
Según recuerda Sandoval, se conocieron en los años 80', durante un seminario en el ISP: "Siempre nos vimos porque ella trabajó en el comando de la campaña de la Concertación para preparar el programa de Salud de (Patricio) Aylwin. Y en la comisión de Salud del PPD estuvimos trabajos juntos en varias ocasiones".
Donde empezaron a verse a diario fue en la Secretaría Ejecutiva de la Reforma de la Salud, entre 2000 y 2001.
Sin soltar los audífonos
Desde muy temprano, el equipo de profesionales -entre los que se contaban Infante, Sandoval, y Vega- se reunía en una oficina que el Minsal había arrendado en el octavo piso de un edificio de Huérfanos con Bandera.
A la hora correspondiente, todos salían a almorzar. Salvo tres médicos que preferían continuar trabajando: Dagoberto Duarte -actual director del Servicio de Salud de Valparaíso-, el ex director de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb), Francisco Espejo, y Jeannette Vega.
"Ellos trabajaban con audífonos. Eran muy trabajólicos y creo que no valoraban mucho la importancia de constituir relaciones interpersonales en la pega", recuerda divertido Infante, que también participó en la comisión.
Para Sandoval, su actual puesto como subsecretaria le ha tocado "en un período extra complejo y difícil, con herencia de problemas no resueltos que complican su gestión y limitan la posibilidad de gestionar a futuro. Y eso debe preocuparla, ya que al estar sumergida en el día a día no tiene muchas posibilidades de proyectar más allá".