MAURICIO CARVALLO
En círculos políticos y judiciales todavía no se olvida cuando (julio de 1995) el entonces abogado del Consejo de Defensa del Estado, Davor Harasic, pidió reunirse con el Presidente Eduardo Frei para tratar el caso "Pinocheques", que inquietaba al comandante en jefe del Ejército.
-Le solicité autorización para explicar públicamente que era él quien estimaba que había razones de Estado para cerrar el caso -recuerda Harasic-. El Presidente me dijo que no sólo me autorizaba, sino que así se informara. Como abogado del Estado, sufrí una frustración enorme. Hechos posteriores demostraron que se podía haber investigado perfectamente el origen de ese dinero.
En diciembre de 1996 renunció al CDE: el organismo había desestimado apelar del cierre del proceso contra el director de Investigaciones, Nelson Mery, y el subsecretario Marcelo Schilling en el entorno del caso de Jaime Guzmán.
Hoy, a los 60 años, Harasic es un reconocido litigante, profesor de Derecho Procesal de la U. de Chile, miembro del consejo superior de la U. Alberto Hurtado y presidente de Chile Transparente, filial de Transparencia Internacional, que combate la corrupción a nivel mundial. Sigue siendo el mismo:
-El 23 de noviembre del 2006, cuando el país estaba alarmado por los casos de Chiledeportes, uso de fondos reservados y planes de empleo, la Presidenta Bachelet presentó una potentísima Agenda de Probidad mediante un gran acto en La Moneda. Aunque la corrupción no se soluciona sólo con lo normativo, esa agenda es esencial para crear un entorno para combatirla. Sin embargo, hasta hoy sólo se ha aprobado la ley de protección al denunciante, la de acceso a la información y, con bastantes problemas, la del lobby. Todo lo demás sigue pendiente.
"El sector político tiene la obligación de pronunciarse a la brevedad. La Presidenta debe terminar su mandato con la Agenda de Probidad aprobada. Quienes formamos parte de la comisión de expertos, la vimos muy comprometida con el tema, y tiene que honrar su compromiso y obligar a sus ministros a sacarla adelante. Lo mínimo que puede hacer el país es demandarle cumplir su promesa".
-¿Pero por qué no se habría hecho?
-A la Agenda de Probidad se la llevó el Transantiago. Pero es una explicación demasiado fácil. Chile no puede estancarse por ser monotemático.
-Es decir, ¿la Agenda sólo sirvió para pasar el temporal de Chiledeportes y los otros casos de corrupción?
-Eso sería espantoso, porque generaría una deslegitimación de las instituciones. Y eso sí que es grave.
La "sensación" de corrupción
-¿Qué comentarios le produce la frase de la Presidenta "están creando la sensación de una corrupción generalizada"? ¿Es sólo una sensación?
-Como es difícil dar datos duros objetivos, la corrupción siempre se mide sobre la base de percepciones. Según encuestas serias, como la última de Adimark, crecieron quienes pensaban que el tema se enfocaba mal. De modo que es la ciudadanía la que está dando la mayor sensación de corrupción.
"Esto no es malo. Porque si la ciudadanía se preocupa, quiere decir que todavía estamos en un país sano. La corrupción generalizada es un hecho normal, internalizado como parte de la vida cívica, y en Chile esto no pasa. Entonces, no es bueno que nos quejemos de que la ciudadanía percibe mal estos actos".
-¿Hace mal la Presidenta en enojarse y señalar que "Chile ha progresado en todos los ámbitos (...), por eso no deja de sorprenderme que algunos insistan en crear la impresión de que se encuentra erosionado por irregularidades"?
-Claramente, el país no está erosionado por irregularidades. Pero no estamos contentos de cómo está. Dentro del contexto mundial, Chile no está mal situado... según con quienes nos queramos comparar. Es muy fácil compararnos con los países de América Latina, pero comparémonos con los países de la OCDE, nórdicos, europeos.
-¿Y si nos comparamos con ellos?
-Entonces es efectivo que no hemos avanzado y que en los últimos dos años claramente hemos retrocedido, según indica el índice mundial de Transparencia Internacional de 2007.
-¿A qué se debe?
-Debíamos haber hecho un esfuerzo importante que no se hizo. En consecuencia, si este año subiremos o bajaremos, dependerá mucho de cuál sea la voluntad política para dar curso a la Agenda de Probidad estancada. Además, falta generar conciencia ciudadana. Somos bastante autoflagelantes y decimos que somos mucho más corruptos de lo que somos. Me da mucha pena cuando se dice esto, porque podemos perder este activo de la ciudadanía alerta y vigilante que se molesta con la corrupción.
-¿No somos corruptos?
-Quisiera que fuéramos mucho menos corruptos de lo que somos, pero dentro del mismo contexto latinoamericano, Uruguay está avanzando y Chile retrocediendo. Entonces la pregunta es qué hacemos para mejorar. Y ahí es donde uno dice no perdamos la conciencia de que todas estas situaciones están siendo investigadas por la justicia. Un país no corrupto no es aquel en que no sucedan actos de corrupción (siempre los habrá), pero en un país corrupto el sistema no reacciona. Y en Chile el sistema reacciona.
-Pero es lo que se tendría que hacer, aunque todos fuéramos corruptos. Lo ideal sería que no ocurrieran los casos.
-Eso sería utopía, aunque tenemos que tender hacia eso a través de un cambio cultural. Por eso la principal actividad de Chile Transparente es un proyecto de formación valórica para alumnos de primero a octavo básico. Con el patrocinio de la Unesco y del Ministerio de Educación, se les enseñará a respetar a los demás. Hacerlos razonar en torno a dilemas valóricos los puede hacer distintos a nosotros: más tarde no usufructuarían indebidamente de una licencia médica, porque se darían cuenta de que privarán de beneficios a otros que sí los necesitan.
-Si no se hiciera nada y todo siguiera igual, ¿qué pasaría?
-Ya estamos retrocediendo. Esto no es retórica. Hay índices, como el de Transparencia Internacional, que es un espejo de aquel del Banco Mundial. Si se sigue así, la corrupción será tomada como algo absolutamente regular. Y cuando nos pare un carabinero, en lugar de pasarle la licencia, se le pasará plata...
"Determinadas cosas las consideramos vivezas. Estamos haciendo una encuesta en 20 servicios (Carabineros, SII, Registro Civil) con las "pillerías" del chileno, como hacerse pasar por otro, o beneficiarse de Fonasa. El año pasado descubrí que se había copiado en mi cátedra. Un profesor me preguntó si a principios de año pedí no copiar... Le respondí que no, pero que tampoco prohibí que se llevaran los muebles para la casa. Si debemos prohibir que se copie, quiere decir que estamos muy mal. ¡Ésos son actos de corrupción!".
-¿Cómo toma entonces que sostenedores y profesores participaran en los ilícitos de las subvenciones de Educación?
-Ahí está la corrupción privada. No se toma así porque estamos acostumbrados a mirar para el lado. Y como estamos en el fragor de un año de elecciones, todos quieren enrostrarle al otro el problema y todo se centra en la política. No podemos seguir sacando dividendos de la corrupción. Tenemos que convertirla en un enemigo de todos. Es el cambio que necesitamos generar en Chile.
Sobre el nuevo contralor:
"Sus actuaciones han sido paradigmáticas"
-¿Qué importancia le asigna a la actitud de transparencia del nuevo contralor, Ramiro Mendoza?
-Absolutamente esencial; sus actuaciones han sido paradigmáticas. El hecho de que su agenda esté en la página web de la Contraloría debiera ser el abc de las autoridades. Tenemos que saber exactamente qué están haciendo en cada minuto porque nosotros les pedimos administrar el país. Dentro del anquilosado marco normativo de la Contraloría, el contralor ha impulsado reformas muy importantes. Uno siente como que éstas no tienen tanta urgencia porque él les imprimió nuevos bríos, pero también es cierto que no necesitamos un control de legalidad ex antes, sino un control de gestión. Lo que está sucediendo en Educación son actos de gestión mal realizados, que pueden esconder corrupción.
-Usted señaló en 2006 que la Contraloría seguía "una cultura de secretismo absoluto", que "obedece a una mentalidad burocrática antigua"...
-¡Contra eso está luchando el actual contralor! Es una persona abierta, dispuesta al diálogo. Se aprobó una excelente ley de acceso a la información, que es el paradigma de lo que el sector político debiera hacer en materia de leyes de probidad. Allí hay un ejemplo notable sobre la actitud del contralor. Durante la tramitación del proyecto emitió un informe contrario a la autonomía del Consejo de la Transparencia y se lo envió al Senado. Nos reunimos con él en tres oportunidades y le hicimos presente las razones por las cuales era conveniente, y el contralor cambió de opinión. Fue como un acuerdo virtuoso que se produjo para impulsar este tipo de leyes que nos interesan a todos.
Consejo de la transparencia:
"Es el desafío de Chile en lo inmediato en materia de probidad"
-¿Por qué estima imperfectas las comisiones de ética del Parlamento?
-Porque si forman parte de ellas sólo compañeros, no se informa lo que se investiga y por qué se archivan o no ciertos hechos, a lo menos se da pábulo para pensar que hay compadrazgo o acuerdos en el tema. Aún no obtenemos respuesta de la Cámara sobre un parlamentario supuestamente pasado a la comisión de ética por conflictos de interés.
-¿Qué habrían hecho con ella?
-¡Darla a conocer! Nos tienen que dar cuenta de lo que hacen. En este sentido, ha habido avances importantes en las páginas web del Senado y la Cámara, pero por Dios que ha costado. Les tuvimos que poner a disposición una página web.
-¿Qué ha pasado con el lobby?
-Lamentablemente, la ley se aprobó con un registro de lobbistas que, me temo, va a registrar una sola persona en Chile. Y las demás van a seguir haciendo lobby. Afortunadamente, como contrapartida positiva, se aprobó que las autoridades tienen que develar los actos de lobby.
-Pero se considera lobby sólo aquel que se hace en la oficina de una autoridad, y no en su casa o en un café...
-Es absolutamente absurdo. Veremos cómo sale realmente la ley. Aquí solamente se mira lo público, pero los sectores gremiales y colegios profesionales se opusieron al registro de lobbistas.
El marco de qué es público o privado lo fijará el Consejo de la Transparencia, integrado por cuatro personas nombradas en paquete por la Presidenta y aprobadas por el Senado. La ley está a punto de promulgarse, y después de 60 días deberá designarse a sus integrantes. El desafío de Chile en lo inmediato en materia de probidad es tener el mejor Consejo de Transparencia que se pueda. Por eso el acuerdo de quiénes lo integren es muy importante.
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