Hay varios aspectos a tener en cuenta a la hora de sentar en la mesa a nuestros invitados, y más si nos encontramos con títulos nobiliarios, cargos políticos o empresariales o relaciones de consanguinidad. El protocolo es muy estricto y le obliga a plantearse cuestiones como: ¿a qEl protocolo es muy estricto y le obliga a plantearse cuestiones como: ¿a quién otorgo un lugar mejor, al presidente del Gobierno o a mi abuelo nonagenario? Bárbara de Senillosa, experta en protocolo, nos ayuda a responder a estas preguntas con estos diez consejos básicos.
1.
Lo primero que hay que decidir cuando tiene lugar un banquete en casa es cuál de los dos estilos vamos a escoger: presidencia francesa o presidencia inglesa. En el modelo inglés, los anfitriones se sientan en las esquinas de la mesa, mientras que en el francés –el más común en España y el preferido de Senillosa– los anfitriones se sientan en el centro de la mesa, frente a frente, rodeados de las personas de mayor importancia. Y aquí es donde comienzan las dificultades.
2.
"Vamos a pensar en parejas heterosexuales, aunque luego se puede adaptar a parejas homosexuales y solteros", afirma Senillosa. "Los anfitriones se sientan frente a frente. Tradicionalmente el hombre se sentaba mirando a la puerta de entrada, por donde entraban y salían los invitados, y la mujer mirando a la puerta de servicio, que solía encontrarse en el lado opuesto". Pese a que habrá quien proteste por el aire machista de los asuntos de protocolo, "la costumbre hace la norma y la norma hace la ley. Por tanto, la tradición ha hecho que, pese al paso de los siglos, se hayan mantenido estas prácticas", explica Senillosa.
3.
A la derecha de la anfitriona se sienta el hombre con el cargo más importante, lo que supone un asunto peliagudo. La importancia puede valorarse por rango, por cargo o por edad, algo que corresponde decidir a los anfitriones. "Imagine que por edad le tocase a su padre, pero por respeto decide darle ese lugar en la mesa a su suegro. Es imprescindible que se lo comunique previamente a su padre para evitar ofensas innecesarias", afirma Senillosa, quien asegura haberlas visto de todos los colores en asuntos de protocolo. "Mucha gente se ofende, e incluso los que se las dan de campechanos acaban teniendo la piel muy fina, especialmente en el momento en que ocupan un cargo institucional".
4.
Es fundamental intercalar chico-chica. Nunca se debe sentar a dos hombres o dos mujeres juntas, en la medida de lo posible, de manera que se pueden hacer parejas "ficticias" en la mesa con aquellas personas que vengan solas, solteros, viudos, etc... "Los hombres solteros van muy cotizados porque hay poquísimos", explica Senillosa, que se refiere exclusivamente, en este caso, a cuestiones de protocolo.
5.
De este modo, siguiendo la misma lógica, a la izquierda de la anfitriona se sienta al segundo hombre más importante, y su acompañante femenina a la izquierda del anfritrión. Y así sucesivamente, hasta llegar a las esquinas de la mesa, donde encontraremos a las personas de menor rango o edad.
6.
De hecho, en las esquinas suelen sentarse generalmente los hijos de los anfitriones, siempre que tengan cierta edad. "Si son niños, lo más recomendable es habilitar una mesa aparte, lo que será mejor para todos. Los adultos estarán más tranquilos y los niños mucho más contentos".
7.
Es importante que una vez sentados, los comensales ya se conozcan. Para ello, es fundamental efectuar las correspondientes presentaciones durante el aperitivo, una tarea que correrá a cargo tanto de los anfitriones como de sus hijos o, si se trata de una comida de negocios, de la secretaria.
8.
Cuidado con los aperitivos. "Es preferible sacar cuatro aperitivos que doce", afirma Bárbara de Senillosa. "Si nuestros invitados se sacian antes de comer después no tendrán hambre, de manera que siempre es mejor disponer cuatro aperitivos de muy buena calidad que cumplan su función: abrir el apetito y propiciar que los invitados interactúen".
9.
A la hora de servir también existe un protocolo. "Se sirve primero a la señora más importante, que es la que está sentada a la derecha del anfitrión. Seguidamente, a la de la izquierda, que es la segunda señora más importante, y así sucesivamente por orden de importancia", explica Senillosa. La última mujer en servirse es la anfritriona. A continuación, se procede exactamente de las misma manera con los hombres, de forma que la última persona de la mesa en servirse es el anfitrión.
10.
Por último, una vez sentados es importante tener claros ciertas normas de protocolo en la mesa. "Desde no chupar el cuchillo a no comerse el pan del de al lado, no empezar a comer el primero hasta que se ha servido todo el mundo o no levantarse de la mesa, entre otros detalles a tener en cuenta", afirma Senillosa.uién otorgo un lugar mejor, al