Si nos fijamos en los últimos estudios, se pone de relieve los fracasos de la ingeniería genética para cumplir sus promesas y la creciente evidencia de que se puede conseguir una mejor productividad agrícola con la agricultura ecológica [1]. Por ejemplo, el último estudio desarrollado por la Universidad de Canterbury, Nueva Zelanda, concluye que "a pesar de las afirmaciones de que la ingeniería genética podría ser necesaria para alimentar al mundo, no encontramos beneficio alguno en los rendimientos cuando se comparó los Estados Unidos con Europa Occidental, en los países económicamente desarrollados de la misma latitud que no utilizan cultivos transgénicos". Esto no es del todo sorprendente, puesto que simplemente no existen cultivos transgénicos diseñados para aumentar el rendimiento.
La mayoría de los cultivos transgénicos que existen actualmente (por ejemplo, la soja transgénica "Roundup Ready" de Monsanto) son tolerantes a herbicidas, lo que permite que se apliquen herbicidas abundantemente, matando a todas las plantas excepto el cultivo transgénico. Esto es realmente negativo para la biodiversidad ya que afecta a los animales, como aves [2] y insectos [3], mediante la reducción de la abundancia de las plantas de que se alimentan. Aquí también se podrían incluir a las abejas, puesto que el uso de herbicidas añade es una presión más para sus poblaciones que ya se encuentran en declive. El resto de los cultivos transgénicos son en su mayoría resistentes a los insectos puesto que producen su propio insecticida (por ejemplo, el maíz Bt). Estos tampoco son buenos para la biodiversidad ya que también pueden matar a otros insectos no objetivo como las mariposas [4]. Los problemas de resistencia en los insectos [5] y el hecho de que aparezcan plagas secundarias [6], implica que los agricultores tienen que seguir pulverizando insecticidas en los cultivos transgénicos Bt. Con los cultivos transgénicos, los agricultores siguen dependiendo de los plaguicidas.
La realidad es que los prometidos cultivos transgénicos "beneficiosos" siguen atrapados en la etapa de desarrollo en los laboratorios. La razón es que los científicos están descubriendo que las características que necesitamos para ayudar a los cultivos a enfrentar el cambio climático (por ejemplo, tolerancia al calor) o el incremento de nutrientes (por ejemplo, vitaminas mejoradas) son en realidad muy complejos y controlados por varios genes.
La ingeniería genética sigue siendo una tecnología imprecisa y no es capaz de dar respuesta a la compleja red que regula la expresión génica en las células. Por ejemplo, el arroz "dorado", una variedad transgénica de arroz, está todavía en desarrollo después de 20 años, en gran parte debido a la complejidad de la ingeniería genética. Mientras tanto, los avances en la mejora convencional significa que varios de los cultivos prometidos por la ingeniería genética ya se encuentran en los campos de los agricultores. Por ejemplo, tanto el arroz tolerante a las inundaciones como a la sequía ya están en los campos de los agricultores y el maíz resistente a la sequía está disponible en muchas partes de África, donde más se necesita. Cultivos nutritivamente mejorados también ya existen, sin necesidad de utilizar la ingeniería genética, pero sin duda, la solución más sostenible es mejorar el acceso a una alimentación sana y variada.
Está claro que los cultivos transgénicos no son capaces de producir los cultivos que los agricultores y los consumidores necesitan, mientras que una revolución silenciosa en las técnicas convencionales de mejora ya está produciendo estos cultivos. Los cultivos transgénicos están atrapados en dos sencillas características: tolerancia a herbicidas y resistencia a insectos. Estos no ayudan a "alimentar al mundo", pero representan una amenaza para la salud humana y animal, así como para la biodiversidad. Así que la respuesta a la pregunta inicial es: ¡NO! Los cultivos transgénicos no son necesarios para alimentar al mundo.
Janet Cotter, Unidad Científica de Greenpeace Internacional
Notas:
[1] Heinemann, JA et al. 2013. Sustainability and innovation in staple crop production in the US Midwest, International Journal of Agricultural Sustainability: DOI:10.1080/14735903.2013.806408; Jacobsen SE et al.2013. Feeding the world: genetically modified crops versus agricultural biodiversity. Agronomy for Sustainable Development: DOI 10.1007/s13593-013-0138-9 Quist DA et al. 2013. Hungry for Innovation: pathways from GM crops to agroecology. Ch. 19 in: European Environmental Agency (EEA) Late lessons from early warnings: science, precaution, innovation. Vol. 2. EEA Report no 1/2013 pp. 490-517.
[2] Heard MS et al. 2003a. Weeds in fields with contrasting conventional and genetically modifies herbicide-tolerant crop – I. Effects on abundance and diversity. Philosophical Transactions of The Royal Society London B 358: 1819-1832; Heard MS et al. 2003b. Weeds in fields with contrasting conventional and genetically modified herbicide-tolerant crops. II. Effects on individual species. Philosophical Transactions of The Royal Society London B 358: 1833-1846.
[3] Pleasants JM & Oberhauser KS 2012. Milkweed loss in agricultural fields because of herbicide use: effect on the monarch butterfly population. Insect Conservation and Diversity doi: 10.1111/j.1752-4598.2012.00196.x
[4] Dively GP et al. 2004. Effects on monarch Butterfly larvae (Lepidoptera: Danaidae) after continuous exposure to Cry1Ab expressing corn during anthesis. Environmental Entomology 33: 1116-1125.
[5] Tabashnik B et al. 2013. Insect resistance to Bt crops: lessons from the first billion acres. Nature Biotechnology 31: 510-521.
[6] Catangui MA & Berg RK 2006.Western bean cutworm, Striacosta albicosta (Smith) (Lepidoptera : Noctuidae), as a potential pest of transgenic Cry1Ab Bacillus thuringiensis corn hybrids in South Dakota Environmental Entomology 35 1439-1452.
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