Tampico • Nos faltan políticos que asuman como valor máximo, la ética de la responsabilidad", nos dice el profesor e investigador Bernardo Guillermo Bravo, quien ostenta la medalla "Profesor Lauro Aguirre" otorgada por el gobierno de ciudad Madero; este 10 de octubre a las 19:00 horas presentará su libro El Político, en el Espacio Cultural Metropolitano. Por lo que concedió para MILENIO Tamaulipas una entrevista, sobre los mitos y realidades que envuelven la figura y las acciones, de un político:
¿Cómo debe obrar un político en la actualidad?
Primero antes de hablar un político debe conectar el cerebro con la lengua… Es necesaria la prudencia política. Hay quienes con una declaración lo echan todo a perder. Nos faltan políticos que asuman la responsabilidad como valor máximo. Max Weber nos habla de la ética de la responsabilidad, en su ensayo La Política como Vocación, y nos dice: "Se puede obrar con convicciones o con responsabilidad, pero ante todo con responsabilidad…". Si no es responsable, no puede ser tal.
Por eso aquí en el libro a presentar, digo, tres son las cualidades decisivas del político; pasión, sentido de la responsabilidad y mesura. Si no tiene una causa no es político y, si no hay responsabilidad tampoco. Para ello hay un juicio muy duro que hago en El Político, mucha gente podrá decir: ¡Ah qué Guillermo Bravo…tan! No le hace, en las primeras 80 páginas, defiendo a Maquiavelo, al que se le ha atacado como consejero de infames. No es tal cosa, se darán cuenta cuando lean todo esto...
La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad, Está cumpliendo 500 años El Príncipe, no es sólo este libro el que analizo, analizo otros. Pero en él, abordo alguno de los capítulos de los más recalcitrantes; pero que no se diga que él inventó esto, antes, ya se practicaba esto, antes ya se hablaba de ello.
¿Los griegos ya lo practicaban?
Sí, muchas cuestiones, como esta que te explico y de la que hemos estado platicando, como el caso del mismo Platón, donde dice: "Sólo se le permite al ciudadano mentir, si es para servir al estado", al tribuno, al juez, a quien sea, si es para servir al estado.
¿Dentro de la historia de México y del mundo, vemos muchas situaciones donde muy probablemente se haya manejado la mentira como recurso en servicio del estado, que no sale fácilmente a la luz? Recuerdo la invasión francesa.
Sí, la historia se construye mucho con la visión del que gana. La visión del que gana hace mitos de la historia; la realidad sin mitos ni magia es otra. El político es otra persona, con otras cualidades, e incluso llega a tener que matar u ordena que se mate. Por ejemplo, el caso Juárez, quien dice no. Los cánones políticos hablan del que se subleva contra el estado o invade; es un enemigo y como mandatario tienes que actuar y actúas. Si no, pasas por un cobarde y el poder se vuelve contra ti. En este caso el presidente Juárez, dice, Maximiliano es una persona que está aquí como extranjero y se ha hecho emperador, y aquí somos una República, y ordena a Mariano Escobedo a que lo fusile. Pero, ha pasado así en toda la historia de la humanidad.
¿Qué pasa si flaquea o se "humaniza" demasiado el político?
Si tiene la cobardía el político, y se duele para decir; háganlo, pues se dan otras situaciones. Porfirio Díaz siempre lo ordenó y decía del contrario "es que la trae contra el estado, o palo o lo que sea". O se endereza dándole algo o lo matamos - como lo exhortaba Maquiavelo-, en el Renacimiento lo hicieron así. Un ejemplo contrario, de debilidad fue (Francisco I.) Madero, a quien le avisan y le dicen: "señor allá en Veracruz se están sublevando contra usted", los agarran, los tienen y él ordena, "déjenlos libres, ya me prometieron que se van a portar bien" y hay varias señales. Pero ha Félix Díaz y otros sublevados les perdona la vida, aunque le dicen, "señor hay que fusilarlos" y no. Al final son los mismos que lo matan.
¿Qué hacer? El poder se vuelve contra ti, si eres débil; esto no es para cualquiera. Si tienes temor a aplicarlo, no sirves para político, la gente te toma la medida. Luego los demás ven, que cumplir o no cumplir con una encomienda es lo mismo y que no pasa nada. Y cuando ven que no pasa nada, ven que tú eres débil, esa es una visión equivocada. Le es muy difícil a la gente entender este tipo de situaciones que enfrenta el político, al que sin embargo, al momento de aplicar la autoridad con firmeza, al final también resulta a tacado.
¿Hay una doble moral en esto?
Cierto. Bueno esa doble moral, es primero porque no entendemos al político. Queremos un político y, cuando lo vemos actuar, nos da temor. Por otro lado cuando se le presenta dicha condición en la que tiene que actuar y no actúa, tampoco nos gusta y lo tachamos de débil. Es que no es un santo.
Precisamente dice Max Weber, el que entra a la política, hace un pacto con el Diablo. Y dice: "quien quiera salvar su alma, o salvar la de los demás no la encuentra en los caminos de la política", donde hay veces se debe actuar con cierta dureza que no es propia de una vida de santos. La sociedad necesita la conducción de alguien que tenga cualidades de fuerza, prudencia, valor y de decisión.
Y hagan lo que hagan los jefes, nada se les podrá reprochar, nada pero nada; lo dice Platón en la República, fíjate, no lo dice Guillermo Bravo. Sin embargo, hay políticos a los que aparentemente les sobra valor para actuar, pero no. Un buen jefe es prudente, y en estos casos se confunde muchas veces la imprudencia con el valor. La imprudencia no es valor. El político deber ser prudente, debe saber cuándo actuar y cuándo no. Y en mi libro también se toca cuándo no es bueno destapar toda la verdad, pensando en que le hace mal a la nación, cuándo no es tiempo de abrirla. Sé que les va a gustar todo los temas que se tocan aquí.