el presidente de Chile, Sebastián Piñera, hizo hoy un llamamiento a la reconciliación entre los chilenos 40 años después del golpe militar que derrocó a Salvador Allende, y criticó la actuación de los jueces y la prensa de su país durante la dictadura del general Augusto Pinochet.
"La verdad y la justicia son dos imperativos morales (...), dos componentes fundamentales para la paz y la reconciliación" de una sociedad "que vivió eventos muy dolorosos", señaló el mandatario en un encuentro con corresponsales extranjeros.
Piñera admitió que "todavía falta verdad y justicia", porque "no se conocen las circunstancias en que murieron y los lugares donde están enterrados los detenidos desaparecidos", por lo que pidió que quienes disponen de información, la entreguen y así "alivien la angustia de los familiares y de la sociedad entera".
Según el informe elaborado en 1991 por la comisión Rettig, en los 17 años que duró la dictadura (1973-1990) unos 3.200 chilenos murieron a manos de agentes del Estado, de los cuales 1.200 se encuentran todavía desaparecidos.
Las Fuerzas Armadas y Carabineros han sido emplazados por los sucesivos gobiernos democráticos a aportar toda la información disponible para esclarecer las violaciones a los derechos humanos, pero según sus responsables, los datos de que disponían ya fueron entregados a la Justicia y a las comisiones de investigación.
"Es bueno recordar, no para revivir las mismas querellas, odios y divisiones que tanto sufrimiento causaron, sino para todo lo contrario, para aprender juntos de esos errores e iluminar los caminos del futuro", enfatizó este miércoles el mandatario.
Piñera, que en 2010 se convirtió en el primer representante de la derecha que accede al poder democráticamente en los últimos 50 años, votó en 1988 contra la continuidad de Pinochet, aunque en su gabinete hay ministros que en su día apoyaron el régimen militar, como Andrés Chadwick (Interior) y Cristian Larroulet (secretario general de la Presidencia).
El presidente chileno sostuvo que durante la dictadura ni los jueces ni la prensa de su país hicieron todo lo que debían para frenar las violaciones a los derechos humanos.
"El Poder Judicial no estuvo a la altura de sus obligaciones y desafíos. Pudo haber hecho mucho más, porque por mandato constitucional le correspondía cautelar los derechos de las personas y proteger las vidas".
Igualmente, "los medios de comunicación podían haber investigado la realidad en materia de derechos humanos con mucho más rigor, con mucha más profundidad y no quedarse con la versión oficial del gobierno militar", agregó.
A juicio del mandatario, "toda la sociedad pudo haber hecho mucho más".
"Estoy seguro -dijo- de que si tuviésemos la oportunidad de volver atrás la historia, todos actuaríamos de manera distinta y mejor. Los que contribuyeron al quiebre de la democracia, no lo habrían hecho, y los que cometieron o toleraron las violaciones a los derechos humanos, habrían cambiado sus conductas", sentenció.
En los últimas semanas, coincidiendo con la proximidad del 40 aniversario del golpe de Estado, varios políticos han expresado su arrepentimiento por la actitud que mantuvieron entonces, desde los senadores Hernán Larraín (derechista) y Camilo Escalona (socialista) hasta el ministro Chadwick, "número dos" del Gobierno.
La última asunción pública de responsabilidades la hizo ayer la Asociación de Magistrados del Poder Judicial, de orientación progresista, que pidió perdón por sus "omisiones" y admitió que con sus acciones, los jueces "contribuyeron al doloroso balance que en materia de derechos humanos quedó tras ese gris período".
Para el próximo lunes, Piñera ha organizado en el palacio de La Moneda un acto oficial en memoria de los 40 años del golpe que Pinochet encabezó contra el socialista Allende, el 11 de septiembre de 1973.
Pero los representantes de la oposición -entre ellos la exmandataria Michelle Bachelet (2006-2010), que se presenta como candidata en los comicios presidenciales de noviembre próximo- ya han anticipado que no acudirán, una postura que el Gobierno tachó de "electoralista".
El presidente chileno aprovechó el encuentro con la prensa extranjera para hacer patente su rechazo a una intervención unilateral en el conflicto de Siria, como promueven Francia y Estados Unjidos.
"Condenamos los atropellos a los derechos humanos que están ocurriendo en Siria y especialmente el uso de armas químicas o biológicas en contra de la población", dijo Piñera.
"Pero cualquier acción militar debe estar respaldada por Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad", puntualizó el gobernante chileno.
