Fue el gesto del senador UDI Hernán Larraín lo que intensificó en el oficialismo una discusión que, no obstante, ya se había iniciado en el marco de la conmemoración de los 40 años del Golpe de Estado. El simbólico "perdón" que el parlamentario pronunció el lunes sorprendió a todo su partido y terminó incomodando a varios dirigentes que respaldaron y trabajaron por el régimen militar. Y puso en una compleja situación a la candidata presidencial de la Alianza, Evelyn Matthei, quien se vio forzada a diseñar una estrategia.
En medio del debate, el timonel UDI, Patricio Melero, dice que su colectividad debe presentar una "perspectiva responsable" y "no sesgada" de lo ocurrido, y agrega que en su sector "no estamos dispuestos" a entregarle una "superioridad moral a la izquierda".
¿La señal de Hernán Larraín complica a la UDI?
Tenemos la convicción de que no hay reconciliación ni convivencia sana con una mirada sesgada y excluyente de la historia. Y eso es algo en lo que tenemos que seguir trabajando, como lo hizo la UDI en 2003, con una propuesta concreta sobre DD.HH. después de reunirnos con los familiares de ejecutados de Pisagua. (Documento "La paz ahora").
¿No hace falta una declaración más categórica sobre las violaciones a los DD.HH.?
Las visiones sesgadas no ayudan. Es ahí donde está nuestro énfasis: en no eludir ni lo ocurrido antes del 11 de septiembre ni los hechos posteriores. La UDI tiene el deber de exponer una perspectiva responsable de la historia.
Pero hay dirigentes de la UDI que son partidarios, derechamente, de que no se aborde el tema, como Jovino Novoa...
Cuando la UDI hace su propuesta en el 2003, hace una declaración en la que señalamos explícitamente que durante esos años muchas veces se cometieron excesos graves y que hay que reconocer que faltó mayor capacidad para denunciar y prevenir esos hechos.
Como presidente de la UDI y como alguien que ejerció un cargo durante esa época, ¿pide perdón o hace un mea culpa?
Como presidente del partido, tengo un rol institucional. La UDI ha colaborado en la reconciliación y en la búsqueda de la paz social como ningún partido de derecha lo ha hecho hasta el día de hoy. La UDI ha sido el único partido de derecha que ha hecho una propuesta concreta. Y creo que las acciones individuales son personales. No corresponde exigírselas a nadie.
¿Por qué no replicar un gesto como el de Hernán Larraín?
Porque el perdón es un acto personal. Lo que molesta en nuestro sector es esa pretensión de la izquierda de autoasignarse una superioridad moral para cuestionar al gobierno militar, en circunstancias que ellos no solamente transgredieron la ley y fomentaron la violencia política antes y durante el gobierno de la Unidad Popular, sino que siguen, hasta hoy, justificando las violaciones a los DD.HH. en Cuba, Corea y otras partes, así como la violencia política que instalaron en el país y la acción terrorista, que también justificaron en democracia.
¿Pero por qué a la derecha le cuesta tanto realizar un pronunciamiento más firme?
Porque no estamos dispuestos a otorgarle a la izquierda una categoría de superioridad moral para condenar las violaciones a los DD.HH. en el gobierno militar, que, desde luego, yo las condeno y las considero ilegítimas e innecesarias. Cuando viene de parte de sectores que las condenan en Chile y las justifican en Cuba y en otras partes, eso genera un doble estándar muy irritante. La superioridad moral que la izquierda se arroga para enjuiciar al gobierno militar, sin ninguna autocrítica, dificulta que la centroderecha haga un mea culpa mayor.
El Presidente Piñera habló de "cómplices pasivos", de aquellos que "sabían y callaron" o que "no quisieron saber". ¿No es eso un llamado de atención para las autoridades civiles del régimen?
Entiendo las palabras del Presidente en una perspectiva amplia y no excluyente sobre los partidarios del gobierno militar. La izquierda ha provocado una deformación de la historia y delimitan su juicio únicamente a partir del 11 de septiembre. La figura de Salvador Allende ha adquirido, en los últimos años, una altura republicana que no tuvo.
Pero él habló, específicamente, del tema de los DD.HH. durante el régimen militar…
Bueno, creo que el concepto de complicidad puede tener una connotación negativa. Más bien, lo que les ocurrió a muchos, en parte por falta de información y por el énfasis en darle al país una reconstrucción de la democracia, fue que no tuvieron una mirada más severa sobre lo que había ocurrido.
¿Le preocupa que el Mandatario entregue una declaración categórica en el acto del gobierno?
Sería un grave error, que no va a cometer, que tuviera una mirada sesgada, porque eso no contribuye ni a la reconciliación ni a la convivencia sana que el país necesita. El Presidente, justamente por su rol, bien hace en plantear una mirada que no excluya ninguno de los episodios de lo que ocurrió, que probablemente ni la izquierda ni la derecha, por sí solas, tendrían la capacidad de hacer.